No hay travesía del desierto más dramática que la que sufrieron los laboristas británicos: 18 años en la oposición bajo la égida de Thatcher y Major. Este reportaje de Cuatro recuerda la época en que una feroz crisis contribuyó a aniquilar las posibilidades electorales de un partido. Cada país tiene sus propias circunstancias y por ejemplo no hay que olvidar el impacto que tuvo un factor imprevisible como fue la guerra de las Malvinas, pero siempre se pueden sacar algunas conclusiones.
El PSOE debería prestar más atención a lo que ocurre en estos momentos en el Reino Unido, donde los laboristas luchan por recuperar la credibilidad en política económica. Algunos sondeos los sitúan ahora por delante o muy cerca de los tories, pero lo cierto es que los conservadores pensaban que iban a estar mucho más abajo un año después de llegar al poder. La mayor parte del desgaste se lo han comido los liberales demócratas.
Tras una derrota de grandes dimensiones, es muy difícil recuperar el favor de la opinión pública si no se hace un análisis claro de los errores cometidos. La primera reacción del PSOE fue un ejemplo de manual de lo que no se debe hacer. Por dolorosa que sea, la autocrítica es imprescindible. Con ocasión de la presentación por el Gobierno británico de los resultados de una comisión sobre la reforma del sistema financiero, Ed Balls, que lleva los asuntos económicos en el ‘gabinete en la sombra’ comenzó su intervención pidiendo perdón a los británicos por la incapacidad de los gobiernos laboristas de haber puesto en práctica un auténtico sistema regulatorio que hubiera controlado los excesos de la industria financiera. En ocasiones, esa autocrítica ha sido clara y directa, en otras ha sido dubitativa y superficial, pero nadie niega en el partido que no te van a creer si antes no has dicho qué es lo que funcionó mal, en qué medida era responsable el Gobierno y por tanto qué hay que hacer para que no se repita esa situación.
Hoy ha aparecido un manifiesto de dirigentes socialistas, entre los que está Carme Chacón, que apunta algunas ideas al respecto (en una web por cierto que parece diseñada y concebida por un enemigo mortal de los socialistas).
A lo largo de la última legislatura, los socialistas nos hemos ido dejando parte de nuestra credibilidad en el camino. Cuando tardamos en reconocer y llamar a la situación económica con el mismo nombre que la llamaban los ciudadanos, perdimos ante ellos buena parte de nuestro crédito. Cuando aplicamos, ciertamente obligados, políticas contra la crisis ajenas a nuestra orientación ideológica y a nuestros valores, perdimos otra parte de nuestro crédito. Más aún cuando no fuimos capaces de equilibrar los esfuerzos y sacrificios que dichas políticas imponían a los sectores más débiles de nuestra sociedad con la carga fiscal que debería haberse exigido a los más poderosos.
La política fiscal no es el único asunto que los socialistas deberían revisar de su gestión anterior. Hablan de «la hegemonía de los poderes financieros» y de «la prepotencia de la derecha alemana», pero no relacionan esa denuncia con algunas de las decisiones de Zapatero, como por ejemplo la reforma constitucional empaquetada y distribuida en agosto sin ningún debate público de calado.
Y que no se engañen con la promesa de Rajoy de no mirar al pasado para justificar sus medidas. 17 meses después de las elecciones, los tories continúan haciendo referencias constantes a la herencia recibida. Ocurrirá lo mismo en España.
A nuestro juicio la pérdida de credibilidad y coherencia ha sido fruto de la erosión de nuestros mecanismos democráticos y del aislamiento social progresivo de nuestro partido. Ese es el por qué de nuestros errores. Antes de que los ciudadanos se alejaran de nosotros, nosotros nos alejamos de los ciudadanos.
Este es un punto de vista interesante para comenzar a asumir la derrota. Por utilizar otro ejemplo británico, tanto los laboristas en los años de Thatcher como los conservadores en los de Blair apuntalaron sus derrotas electorales al pensar que las anteriores habían sido culpa de los ciudadanos, y no de ellos.
La negación de la realidad es la mejor forma de regalar la victoria al rival cuatro años después.
Comentario.
Lo siento, no pude resistirlo. 🙂 🙂
Como votante del PSOE durante 20 añós -y juro que como no votante del PSOE el resto de mi vida- no sé que me dá mas asco: la actitud de Rubalcaba, haciéndose el estrangis de los resultados de las elecciones (y de su anterior pertenencia al gobierno); la actitud de Chacón, Aguilar, Caamaño y cia, olvidándose también de su -teórica, claro- responsabilidad en muchas de las decisiones respecto a las que ahora piden autocrítica y respecto a las que en su día callaron como putas; y ya , para terminar, el carnavalito que montaron superstars como Pajín, Madina, Oscar López y cía en las páginas de Domingo de El país hace un par de semanas, arrogándose el papel de renovadores, sobre todo con gente como Pajín o Madina en sus filas, que habría que preguntarles donde y que han estado haciendo los últimos 8 años, o como López, que lleva cosechando localmente los peores resultados locales de toda la historia sin darse por enterado.
Una cosa es el inevitable cinismo necesario para la práctica de la política y otra cosa la actitud de toda, toda la gente que está en la cúpula de este partido, que hiede por todas partes.