La CIA se toma la molestia de no contarnos nada

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Los servicios de inteligencia norteamericanos han difundido una versión resumida de su análisis de los intentos del Gobierno ruso de interferir en las elecciones de EEUU que dieron la victoria a Donald Trump. Por ser más precisos, la CIA, la NSA y el FBI ofrecen una versión desclasificada del informe que entregaron a la Casa Blanca y que ha fundamentado las acusaciones del Gobierno norteamericano conocidas en los últimos meses.

La primera conclusión que se puede sacar de la lectura de sus 25 páginas: es una forma de recomendar a la gente que siga los medios de comunicación, porque la mayor parte del análisis ha aparecido antes publicado. Un momento, ¿he dicho 25 páginas? Será contando portada, contraportada, páginas en blanco y anexos. El informe en términos estrictos sobre el tema que nos ocupa tiene cinco páginas y se compone de conclusiones sin ninguna prueba, ni conocida ni por conocer. Es muy posible que la versión secreta del informe incluya pruebas concretas. No está al alcance del ciudadano medio.

El informe ahora conocido establece que Putin decidió interferir en la campaña electoral para perjudicar a Hillary Clinton y favorecer la victoria de Trump. Sus intenciones fundamentales eran «socavar el orden democrático y liberal dirigido por EEUU», y denigrar a Clinton y perjudicarla en su carrera electoral. Dice que «desarrolló una clara preferencia por el presidente electo Trump».

En un párrafo posterior, se da un paso más para explicar que Putin aspiraba a hacer posible la victoria de Trump desacreditando a Clinton y comparándola en términos desfavorables con Trump. Un detalle importante: la CIA y el FBI están convencidos de que eso ocurrió así. La NSA, no tanto: «CIA and FBI have high confidence in this judgment; NSA has moderate confidence».

Una de las principales funciones de la NSA es interceptar comunicaciones. No parece que tenga pruebas por esa vía de lo ocurrido.

¿Cómo hizo todo eso Rusia? Los servicios de inteligencia realizaron «ciberoperaciones» contra objetivos relacionados con la campaña. Esa información se difundió a través de un supuesto hacker llamado Guccifer 2.0 y de la web DCLeaks.com y terminó llegando a manos de WikiLeaks. ¿Pruebas? Ninguna. Las referencias a Guccifer 2.0 y a sus posibles conexiones con Rusia han aparecido en muchos medios de comunicación. No es ninguna novedad.

Al menos, el informe precisa que esa infiltración no afectó en absoluto al recuento de los votos, una teoría de la conspiración sin base sostenida por algunos partidarios de Clinton y todos aquellos que han querido presentar la victoria de Trump como ilegítima o que hasta han definido a Trump como un «activo» del espionaje ruso.

Hay referencias a antecedentes de los tiempos de la URSS con un dato que no sé si es conocido: «En los años 70, el KGB reclutó a un activista del Partido Demócrata para que entregara información sobre la campaña del entonces candidato Jimmy Carter y sus planes de política exterior». En cualquier caso, supongo que no es un gran revelación saber ahora que el KGB se dedicaba al espionaje. Pero incluir detalles de la URSS, un país que no existe desde 1991, siempre atrae la atención de los norteamericanos si alguien les quiere meter miedo con la amenaza exterior.

Y ya está. Ahí se acaba todo. El informe cuenta con ocho páginas más dedicadas al aparato de propaganda del Kremlin. Una vez más, nada que sea desconocido. Se dedica un amplio espacio a RT, cuya función como medio gubernamental obviamente siempre ha sido la de defender los intereses del Gobierno ruso. Algunos de los ejemplos que da sólo sirven para ridiculizar a los autores del informe. ¿Necesitamos a la CIA, el FBI y la NSA para que nos cuente lo que ya sabemos? ¿Qué tipo de prueba supone que RT emitiera un documental sobre Occupy Wall Street en noviembre?

Como otro ejemplo de las intenciones de RT, se dice que emite programas «antifracking» («destacando los asuntos relacionados con el medio ambiente y el impacto en la salud pública»). Y lo hace, dicen, por la preocupación de Moscú por la competencia que supone el fracking en la producción propia de gas y petróleo. La conspiración, una vez más.

Cualquiera que haya visto algún programa de RT sobre EEUU habrá visto que no desaprovechan ninguna oportunidad de reflejar los problemas políticos y económicos de la sociedad norteamericana. Eso da lugar a algunos contenidos interesantes y de valor, y a otros de pura intención propagandística.

Ese no es el tema. La relación entre EEUU y Rusia no se encuentra en una situación crítica ni la victoria de Trump se ha producido porque Moscú haya utilizado los mismos métodos de EEUU: es decir, influir en los resultados electorales de otros países favoreciendo por medios políticos a unos candidatos sobre otros y difundir informativa negativa sobre los hostiles a los intereses de tu país. O si la cosa es más seria, empleando los mismos métodos que la NSA. Hackear las redes informáticas de un partido es un asunto muy distinto. Sobre eso no sabemos nada gracias a este informe.

Su difusión entra dentro del terreno de la propaganda, el mismo negocio al que se dedica RT con gran dedicación.

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