Chelsea Manning ha salvado la vida. El soldado norteamericano que entregó a WikiLeaks centenares de miles de documentos sobre la guerra norteamericana en Irak y Afganistán ha visto conmutada su pena por Barack Obama para que salga de prisión el 17 de mayo cuando cumpla siete años entre rejas. Por sus circunstancias personales –intentó suicidarse en dos ocasiones– y las condiciones de su encarcelamiento, no es exagerado decir que no habría sobrevivido mucho tiempo a su condena a 35 años.
¿Qué debemos a Manning? Entregó a WikiLeaks vídeos de operaciones militares en Irak y Afganistán que demostraban la comisión de crímenes de guerra. El más conocido es el que WikiLeaks difundió con el título Collateral Murder. Conviene detenerse en él porque es un buen ejemplo de lo que nos cuentan que ocurre en las guerras y lo que realmente sucede.
En las imágenes se ve a un helicóptero Apache disparar contra un grupo de personas al este de Bagdad. Entre los muertos, estaban dos empleados de la agencia Reuters, un fotógrafo y su conductor. La versión oficial indicaba que el helicóptero disparó contra un grupo de insurgentes que habían abierto fuego y se mantuvo después de que Reuters reclamara una investigación.
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