Irene Hernández Velasco entrevista en El Mundo a Guillermo Arenas, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Paris Nanterre. Una conversación muy interesante sobre los dos políticos que se enfrentan el domingo en las elecciones presidenciales francesas. Arenas explica los motivos del éxito de Marine Le Pen, que conseguirá en la segunda vuelta el mejor resultado alcanzado nunca por el Frente Nacional:
«Es evidente que la sociedad francesa muestra un profundo y generalizado rechazo hacia la globalización, un rechazo que en mi opinión es social y se dirige sobre todo a la globalización de un modelo anglosajón de sociedad. La sociedad francesa no está cómoda con una sociedad en la que aumenta el multiculturalismo y en las que hay barrios en los que viven comunidades enteras no francesas. Hay un malestar profundo en Francia con todo eso. Y el discurso xenófobo y racista del FN ha encontrado en este fenómeno del multiculturalismo y la globalización una caja de resonancia importante. Eso, unido a la injerencia monetaria europea y a las dudas sobre el libre comercio, al retorno de las ideas proteccionistas, ha hecho que el FN tenga en esos momentos una capacidad de seducción enorme. Antes, el voto al FN era un voto de protesta, ahora es un voto de adhesión».
Arenas cree que Emmanuel Macron será un presidente frágil, porque la mayor parte del apoyo que recibirá será un voto contra Le Pen. ¿Cuáles son sus ideas y en quién se apoyará para aplicarlas como presidente? El profesor francés comenta que Macron es un producto de las circunstancias del momento. Estas elecciones parecían condenadas a una victoria fácil de la derecha con un candidato como Fillon favorito para derrotar a Le Pen en la segunda vuelta. Su hundimiento ha permitido la aparición de Macron, de 39 años, al que Arenas compara con un personaje histórico proclamado emperador de Francia con 35 años. Napoleón, claro.
«Si sale elegido, será el presidente de la República Francesa más joven desde Napoleón. Macron será una especie de Napoleón IV. Francia es un país con una mitología muy arraigada de culto a los hombres jóvenes y con éxito. Y yo creo que Macron ha jugado a ser ese personaje. Como Napoleón, del que se decía que la edad media de sus generales era de 27 años, Macron se ha rodeado de un equipo de colaboradores jóvenes y ambiciosos, procedentes muchos del mundo de la comunicación, que nos han vendido a Macron como si fuese un yogur o un paquete de detergente, dejando su programa muy velado. De hecho, no hemos conocido su programa hasta muy tarde, en una operación que me recordaba a las de aquellas marcas que tratan de crear expectativa entre los consumidores. Macron me parece que es alguien que considera la victoria electoral como un fin, no como un medio. Justo como Napoleón».
Ganar la presidencia sólo será la primera mitad del trabajo. En junio, se celebran elecciones legislativas, y ahí Macron tendrá que construir un partido desde cero, no un simple movimiento político para llevarle a él a lo más alto. Ya hay una encuesta, de OpinionWay-SLPV, que hace una predicción algo prematura para esos comicios. El partido de Macron podría obtener entre 249 y 286 escaños. La derecha, ahora sin líder, entre 200 y 210. El FN, de 15 a 25. En la izquierda, los socialistas se quedarían entre 28 y 43 en su peor resultado de siempre, y el partido de Mélenchon tendría sólo entre seis y ocho.
Los resultados se verían condicionados por los pactos de los partidos y decisiones de los votantes para la segunda ronda, lo que hace ciertamente especulativa cualquier predicción en estos momentos. El movimiento de Macron ha dicho que presentará candidato en las 577 circunscripciones, pero ahora sólo se conoce el nombre de un puñado de ellos.