La presión de los políticos republicanos y demócratas, los medios de comunicación y no sabemos cuántos asesores de la Casa Blanca ha conseguido que Donald Trump ceda este lunes para obligarle a señalar directamente a grupos neonazis y racistas. En una declaración en la Casa Blanca ante las cámaras, Trump los ha nombrado en relación a los sucesos de Charlottesville: «El racismo es el mal y aquellos que causan violencia en su nombre son criminales y matones, incluyendo el KKK, los neonazis, los supremacistas blancos y otros grupos de odio que son repugnantes a todo lo que queremos en Estados Unidos».
Pero como Trump es Trump, no es nada sorprendente que el domingo, cuando todo el mundo estaba hablando sobre lo sucedido en Charlottesville, decidiera dar una buena noticia a todos los grupos extremistas que comparten su rechazo visceral a la inmigración. Anunció en una entrevista, conocida el lunes, que está pensando seriamente en conceder un indulto a Joe Arpaio, que fue sheriff del condado de Maricopa, en Arizona.
Arpaio es toda una celebridad para los grupos ultraderechistas de EEUU y ha aparecido en numerosas ocasiones en los medios de comunicación. Fue derrotado en las últimas elecciones locales, en una campaña en que grupos progresistas y conservadores de todo el país contribuyeron con grandes cantidades de dinero, y posteriormente condenado en un juicio por malos tratos cometidos sobre los extranjeros sin papeles detenidos en su campaña contra la inmigración ilegal.
En Twitter, Trump casi ha confirmado que hizo esta declaración para calmar a las fieras (los periodistas), pero que es inútil intentarlo con esta gente.
Made additional remarks on Charlottesville and realize once again that the #Fake News Media will never be satisfied…truly bad people!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 14, 2017
¿Cómo han encajado los ultras la última intervención de Trump? No están muy afectados. Dan por hecho que el presidente se ha visto obligado a dar ese paso forzado por las circunstancias. Richard Spencer, uno de sus dirigentes más conocidos y que tenía previsto intervenir en el acto racista de Charlottesville, lo ha dejado claro.
Estas son algunas de sus frases en una rueda de prensa del lunes posterior a la intervención de Trump: «Es sólo una tontería. No creo que nadie lo tome en serio, incluido el presidente». «Es como si todos tuviéramos que sacar una guitarra acústica y ponernos a cantar kumbaya. Es una total estupidez».
«La derecha alternativa (alt-right, el término con el que se autodefinen muchos de estos grupos ultras en los últimos años) ha llegado muy lejos en los últimos dos años en cuanto a su exposición pública. ¿Es Trump una de las causas de eso? Desde luego». «Trump no es derecha alternativa. Trump no es un identitario. Pero estamos conectados con Trump a un nivel psíquico (quizá quería dejar psicológico) porque es un nacionalista».
Le preguntaron si hay alguien en la Casa Blanca con quien comparten ideas. Dijo que Bannon y Miller (consejeros de Trump) «están conectados con las ideas identitarias de una forma que el resto no comparte».
Spencer confirmó que celebrarán otro acto similar en la Universidad A&M de Texas el 11 de septiembre.
Sobre el asesinato de la joven que fue embestida junto a otros manifestantes antifascistas por un coche conducido por una persona de ideas racistas, dijo: «No voy a condenar a ese joven en este momento». De hecho, intentó exonerarle: «Realmente temía por su vida con todos esos delincuentes rodeando el coche y atacándole».
Otro líder ultraderechista coincidió con este análisis sobre las palabras de Trump. «La última condena de Trump fue también correcta y apropiada al ser el máximo dirigente de todo el país», dijo a TPM William Johnson en un email. «Compruebo que condenó todo racismo INCLUIDO el que procede del KKK y los neonazis. El uso de la palabra ‘incluido’ indica que cree que hay una fuente mayor y dominante más allá de los grupos mencionados» (mayúsculas en el original).
Es una interpretación que parece retorcida, pero no del todo. Viene a decir que existe un racismo antiblanco contra el que también se ha posicionado Trump, que es lo que los grupos neonazis y racistas sostienen desde hace mucho tiempo.
Da la impresión de que los grupos neonazis y racistas no han quedado muy impresionados por las declaraciones de Trump y que piensan que el presidente de alguna manera sigue estando con ellos. Es muy posible que no estén del todo equivocados.