520 muertos en la ofensiva del Gobierno sirio contra Guta Oriental en Damasco

Las imágenes de este reportaje de Channel 4 son de esta semana en Guta Oriental y por tanto anteriores a la votación en el Consejo de Seguridad de la ONU en la que se aprobó pedir un alto el fuego en Siria durante los próximos 30 días. En los tres días anteriores, Rusia había dejado claro que estaba en contra del proyecto de resolución promovido por Suecia y Kuwait. Con algunos cambios, no muy importantes, la resolución se aprobó finalmente sin que haya tenido consecuencias inmediatas. El texto obliga a los combatientes a permitir la evacuación de heridos y el envío de ayuda humanitaria a una población que vive sin sustento escondida en los sótanos de los edificios.

Guta Oriental es un suburbio del sureste de Damasco controlado por los insurgentes desde hace varios años. El Gobierno sirio está decidido a acabar con este enclave que si bien está a unos pocos kilómetros del centro de la capital nunca supuso una amenaza tan clara en la guerra como otras zonas del país. En los últimos días, los insurgentes han respondido con ataques de mortero en los que han muerto 16 personas, según el Gobierno.

El número de víctimas en Guta es mucho mayor. Médicos sin Fronteras informó el sábado que los hospitales y clínicas que reciben su apoyo han contabilizado 520 muertos y han tratado a 2.500 heridos después de varios días de bombardeos de las fuerzas de Asad. Trece centros sanitarios apoyados por la ONG han sido alcanzados por bombas o proyectiles. Según las cifras de MSF, el 48% de los muertos son mujeres y niños, es decir, no combatientes, así como el 58% de los heridos.

Dos grupos distintos controlan Guta Oriental. Jaysh al-Islam (Ejército del Islam), de ideología salafista, y Failaq al-Rahman, vinculado al FSA (siglas del grupo Ejército Libre de Siria). El hecho de tener un enemigo común no ha impedido combates entre estos grupos en los últimos años. También hay presencia de Tahrir al-Sham, el grupo antes llamado Frente Al Nusra que años atrás juró lealtad a Al Qaeda. Un ejemplo de la dificultad de adscribir ideologías a estos grupos es que los miembros de Al Nusra deberían ser más cercanos a los salafistas de Jaysh al-Islam, pero estos han intentado acabar con ellos en varias ocasiones.

La resolución de la ONU permite al Gobierno de Asad continuar sus operaciones contra ISIS y Al Qaeda. A primer ahora del domingo, las informaciones indicaban que no se habían producido ataques aéreos. Más tarde, grupos insurgentes denunciaron que fuerzas del Gobierno habían realizado una ofensiva por tierra que había sido rechazada.

La ONU calcula que 400.000 personas viven en Guta Oriental, una estimación difícil de confirmar. Muchas de las personas que continúan allí han escapado de otras zonas del país. Tanto el Gobierno como sus enemigos han impedido la huida de civiles de la zona sitiada y la evacuación de heridos.

La prioridad de Rusia es ayudar a su aliado a acabar con los últimos reductos de los insurgentes. La de EEUU, asegurar el control del norte de Siria a través de la milicia kurda del YPG.


Un programa de Democracy Now con Rawya Rageh de Amnistía Internacional, la periodista Alia Malek y Wendy Pearlman, profesora y autora de ‘We Crossed a Bridge and It Trembled: Voices from Syria’.

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