Durante siglos las leyes contra vagabundos (una traducción aproximada de ‘loitering laws’) fueron utilizadas en Reino Unido y EEUU para justificar el acoso policial a personas sin empleo conocido, es decir, los pobres.
En EEUU, fueron una forma legal de mantener sometida a la población negra que se había librado de la esclavitud tras la guerra civil. En la época de la lucha por los derechos civiles, se emplearon para detener a los líderes del movimiento. Era suficiente con estar en la calle sin hacer nada especial (o esperando a que comenzara una manifestación) para ser detenido.
Consideradas anticonstitucionales por los tribunales cuando los ayuntamientos aprobaban versiones similares de esas normas, han pasado a ser una práctica policial habitual en algunas zonas de EEUU a través del ‘racial profiling’, que consiste en considerar sospechosa a una persona por el hecho de ser negro o latino. Ahora se sospecha que se sigue empleando para identificar sin motivo a una persona para pedir su documentación y entregarlo en su caso a los agentes de inmigración de ICE.