Netanyahu ha ofrecido un breve resumen de su mentalidad y principios de política exterior en el acto en el que se ha puesto el nombre de Shimon Peres a la central nuclear de Dimona (nombre oficial: centro de investigación nuclear). Dimona es el lugar donde Israel desarrolló y culminó su programa de armas nucleares.
«Shimon (Peres) aspiraba a la paz, pero sabía que la auténtica paz sólo se consigue si nuestras manos empuñan con decisión armamento defensivo. En Oriente Medio y en muchas partes del mundo, hay una verdad simple: no hay lugar para los débiles. Los débiles quedan hechos pedazos y son masacrados y borrados de la historia, mientras los fuertes, para bien o para mal, sobreviven. Los fuertes son respetados. Las alianzas se hacen con los fuertes, y al final la paz se hace con los fuertes».
El elogio del fuerte en las relaciones internacionales tiene por un lado un significado bastante obvio. Nadie quiere ser un ratón en un mundo de leones. La apelación a los fuertes es también un recurso retórico habitual en dictaduras y regímenes autoritarios. Los fuertes son los que imponen su voluntad a los débiles, los que les obligan a aceptar condiciones humillantes para que haya paz, los que se niegan a aceptar acuerdos anteriores si piensan que les perjudican, los que proceden a rearmarse y no toleran que otros también lo hagan.
Es una forma adecuada de definir la política exterior de Israel.