Fiel a su carácter pragmático y cauteloso, Joe Biden no parece que quiera sorprender o impresionar a nadie con los nombramientos más importantes de política exterior. Los nombres que se han conocido este lunes para los puestos de secretario de Estado y consejero de Seguridad Nacional lo confirman. Antony Blinken, de 58 años, será el jefe de la diplomacia norteamericana. Jake Sullivan, de 43, será su gran consejero de política exterior y defensa. Ambos fueron sus principales asesores en asuntos internacionales cuando fue vicepresidente. Blinken tiene una experiencia diplomática que se remonta a la época de Bill Clinton.
Biden no ha buscado el fichaje de algún congresista o luminaria en estos asuntos del Partido Demócrata. Es un ascenso natural de dos personas que ocuparon cargos de nivel medio en la Casa Blanca de Obama que les permitían participar en muchas de las deliberaciones que tenían lugar en el Despacho Oval.
La prioridad de Blinken será recuperar el enfoque multilateral abandonado por Trump. «En pocas palabras, los grandes problemas que afrontamos como país y como planeta, sea el cambio climático, sea una pandemia, sea el despliegue de armas peligrosas, por decir lo obvio, ninguno de ellos tienen soluciones unilaterales. Incluso un país tan poderoso como Estados Unidos no puede ocuparse de ellos en solitario», dijo en una conferencia en julio.
Blinken es descrito como alguien de perfil más «intervencionista» en los conflictos militares que el nuevo presidente. Básicamente, porque Biden se mostró en contra de una intervención militar más profunda en Libia que su futuro secretario de Estado sí apoyó. Tuvo la misma posición en el caso de la guerra de Siria.
Aparecía en la conocida foto de la Situation Room donde Obama, Biden, Clinton y varios asesores siguieron la operación en la que se eliminó a Bin Laden. Blinken está situado de pie cerca de la puerta.
Como era de esperar, los nombramientos no serán bien recibidos en Rusia. Blinken y Sullivan jugaron un papel importante en la Administración de Obama en el intento de impedir la anexión de Crimea y en general en unas relaciones gélidas que terminaron finalizando en la confrontación. El hecho de que Putin no haya enviado un mensaje de felicitación a Biden por creer que la disputa legal sobre el resultado de las elecciones aún no ha terminado revela hasta qué punto Moscú desconfía del nuevo presidente.
Sullivan fue uno de los dos representantes norteamericanos que acudieron a Omán para entablar contactos directos con los iraníes en Omán con los que se inició el proceso que permitió la firma del acuerdo nuclear. La gran incógnita es si Biden decidirá que EEUU volverá a unirse a un pacto que Trump abandonó e intentó boicotear. Varias informaciones en medios de EEUU indican que la Casa Blanca pretende adoptar nuevas sanciones contra Irán hasta el traspaso de poderes el 20 de enero con el objetivo de dificultar futuras decisiones de Biden.
Este domingo, Netanyahu y el director del Mossad viajaron a Arabia Saudí para reunirse con el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el príncipe heredero saudí, Bin Salmán. Es probable que hayan hablado del acuerdo con Irán y de lo que pueden hacer para impedir que vuelva a coger fuerza.
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Antony Blinken steps into the spotlight with Obama administration role. Perfil de Blinken en The Washington Post en 2013.
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Foto: Blinken en una visita a Moldavia en 2015.