Un vídeo grabado por el familiar de un paciente en un hospital egipcio muestra los esfuerzos del equipo médico de urgencias por salvar a sus pacientes enfermos de Covid después de que fallara el suministro de oxígeno. «Varios testigos, incluidos el personal médico y familiares de pacientes, dijeron que la presión del oxígeno había caído a niveles progresivamente bajos», cuenta el NYT. «Al menos, tres pacientes, dijeron, y posiblemente un cuarto, habían muerto por falta de oxígeno».
El vídeo fue subido a Facebook por el sobrino de una de las personas fallecidas. En él aparece el personal de la UCI intentando salvar a un paciente aplicándole oxígeno de forma manual. Junto a esa cama, se ve a una mujer, médica o enfermera, sentada en el suelo agarrándose las rodillas, probablemente superada por la situación.
El suministro de oxígeno que necesitaban ese día llevaba varias horas de retraso. El sistema de reserva no funcionó. El Gobierno egipcio ha negado que esa fuera la causa de las muertes, ocurridas el 2 de enero, y las ha achacado a complicaciones por la enfermedad.
«Todos en la UCI están muertos. No hay oxígeno», se oye decir al autor de la grabación. Fue detenido por la policía durante 24 horas e interrogado antes de ser puesto en libertad.
Las imágenes se han extendido por todo Egipto al ser una de las escasas pruebas conocidas de los problemas del sistema sanitario del país en la gestión de la pandemia. La información en los medios de comunicación, controlados por el Gobierno sean públicos o privados, es casi nula sobre la dificultad de los hospitales para atender a los enfermos. Las cifras oficiales de casos y fallecidos –8.000 desde el inicio de la crisis– son recibidas por la población con mucho escepticismo. El Gobierno suele ocultar la verdad sobre aquellos hechos que dan una mala imagen del funcionamiento de la Administración.
Un reportaje en el medio independiente Mada Masr revela un incidente del 1 de enero que ayuda a entender lo que pasó un día después:
Nour Eddin dice que él y otros familiares escucharon un altercado a primera hora de la mañana del 1 de enero entre un médico de la zona de aislamiento y un trabajador del hospital que se ocupaba de vigilar el regulador del tanque de oxígeno, que está situado cerca de la entrada del hospital. El trabajador había reducido a la mitad la presión del oxígeno destinado a las habitaciones de los enfermos, lo que causó la muerte de un paciente, según Nour Eddin. «El médico estaba gritando al trabajador. Terminó en un enfrentamiento físico y el médico casi le pegó», dijo Eddin. «Por los gritos, dedujimos que había reducido el suministro de oxígeno porque el nivel del tanque estaba bajando y estaba preocupado de que que quedara vacío antes de la llegada del camión con más suministro, que no iba a llegar hasta dentro de unas horas».
El Ministerio de Sanidad ha puesto en marcha un nuevo sistema para que los hospitales envíen varias veces al día información sobre el nivel de su stock de oxígeno. Al mismo tiempo, ha prohibido que se tomen imágenes del interior de los hospitales. Los familiares deberán entregar sus teléfonos móviles en la entrada y los pacientes no podrán tener uno en sus habitaciones.