Y entonces resulta que unos muchachos se manifiestan y se pasan tres pueblos y rompen cristales, queman contenedores y se enfrentan a la fuerza pública. Deberíamos empezar a pensar si el quemar contenedores y romper cristales no será una forma de adaptar la vieja querencia radical de quemar iglesias. Las iglesias ya carecen de valor simbólico, han sido sustituidas por los bancos y los grandes centros comerciales. Yo soy de los que creo en el monopolio de la violencia del Estado, cuando el Estado se comporta como garante de la ciudadanía. Pero si esto no sucede, no nos llamemos a andanas. ¿Qué es más lesivo para la sociedad catalana, que una docena de chavales rompan y quemen o que unos líderes sociales se comporten en ladrones codiciosos que rompan y quemen los moldes sobre los que estaba instituida la convivencia? ¿Cómo pueden estar en la cárcel cuatro chicos que rompieron lunas y quemaron basuras, y al tiempo consentir que los responsables de la quiebra económica y moral de este país puedan estar en su casa? Es como llamar a la rebelión. ¿Alguno de ustedes ha tenido 20 años alguna vez?
Foto del Flickr de Sergio Uceda.
Todo el mundo sabe que algunas personas jamás han tenido 20 años: han nacido viejas y de derechas.
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