Parece una fenomenal broma pero no. Es una tarjeta de crédito del banco alemán Sparkasse Chemnitz. La imagen con el busto de Karl Marx fue elegida por votación popular. Hay que apuntar que la ciudad de Chemnitz está en la zona oriental de Alemania y que en la época de la RDA se llamaba Karl-Marx-Stadt.
Supongo que los habitantes de esta ciudad no pillan la ironía de que la tarjeta es un símbolo de por qué el capitalismo venció al marxismo en Alemania. El capitalismo es como una boa que engulle y digiere todo. Sólo cuando, como vemos actualmente en la eurozona, intenta tragarse a sí mismo tiene problemas obvios para digerir la presa.
[Vía, Irene.]
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Me comentan que las ‘Sparkassen’ son las cajas de ahorro alemanas. Como en muchos otros casos, la de Chemnitz es gestionada por el Ayuntamiento de la ciudad.
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«Marx at 193». El novelista británico John Lanchester describe en un largo e interesante artículo la capacidad de Marx de apreciar en su época la evolución futura del capitalismo.
He really did have the most astonishing insight into the nature and trajectory and direction of capitalism. Three aspects which particularly stand out here are the tribute he pays to the productive capacity of capitalism, which far exceeds that of any other political-economic system we’ve ever seen; the remaking of social order which accompanies that; and capitalism’s inherent tendency for crisis, for cycles of boom and bust.
Lanchester también explica qué aspectos de esa evolución quedaron fuera de su análisis. El filósofo nunca habría podido entender la aparición del Estado de bienestar ni el hecho de que en realidad tenemos que hablar de varias clases de capitalismo con marcadas diferencias entre sí. Y la carencia que encuentra más evidente es la falta de un proletariado como fuerza global.
The most obvious mistake in his version of the world is to do with class. There is something like a classic Marxian proletariat dispersed through the world. But Marx foresaw that this proletariat would be an increasingly centralised and organised force: indeed, this was one of the reasons it would prove so dangerous to capitalism. By creating the conditions in which labour would be sure to organise and assemble collectively capitalism was arranging its own downfall. But there is no organised global conflict between the classes; there is no organised global proletariat. There’s nothing even close. The proletariat is queuing to get into Foxconn, not to organise strikes there, and the great danger facing China, which is in a sense where the world’s proletariat now is, is the inequality caused by fractures within the new urban proletariat and the rural poverty they’re leaving behind.
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Marx no pudo predecir las transformaciones del capitalismo y del propio proletariado, porque su evolución ha venido determinada por las luchas políticas y sociales, que fueron muchas y variadas durante el siglo XX, incluyendo la descolonización. Para él el capital es una relación social. Y en esto llevaba razón. Son sus intérpretes los que han insistido en una concepción cerrada e identitaria, fija y no dinámica, del proletariado. Hoy el «proletariado» es diverso, múltiple, también precario y desde luego no limitado al trabajador varón de la fábrica industrial (estereotipo compartido por estalinistas y críticos de Marx). En fin, Marx es un autor, importante desde luego, pero no el único entre los que han intentado entender el capitalismo desde la perspectiva de los de abajo.
Por cierto, los trabajadores chinos de Foxconn sí que hacen huelgas. Las protestas y las huelgas son muy numerosas. El absentismo laboral en la industria china es generalizado e incluso se abstienen de volver a trabajar durante meses cuando visitan a sus familias con motivo del año nuevo chino. Protestas y éxodos que han forzado a los empresarios a aplicar incrementos salariales del 10-30% en los últimos años.
Saludos.
Y como parece que los esclavos chinos (trabajadores modelo según la lideresa Esperanza Aguirre) se están rebelando, las grandes corporaciones están buscando machacas más dóciles en sitios como Corea del Norte o Vietnam. ¡Chúpate esa, Marx!
Efectivamente, los análisis de Marx sobre el capitalismo y su dinámica son impresionantes. Incluso un texto panfletario como el Manifiesto se pueden leer hoy como si no tuviese más de 150 años. En concreto, los ciclos de crisis a los que hace referencia Lanchester se leen como si hubiesen sido escritos hoy.
(Sobre las soluciones es sobre lo que se puede discrepar, por supuesto)
Hago notar, sin embargo, que la división del proletariado que menciona Lanchester fue siempre una preocupación de Marx. Al fin y al cabo, el Manifiesto era una proclama de un Partido internacional, y termina con la famosa frase «¡Proletarios de todos los países, uníos!». En eso el capitalismo sí que se ha mostrado un sistema muy efectivo: la unión va a costar mucho en conseguirse. Mientras siga hablándose de «la crisis de España» o la «crisis de Grecia» y nuestra referencia sea la prima de riesgo, es decir, mientras la economía sea esencialmente una ciencia nacionalista, poco vamos a conseguir.