El partido de Cataluña no acaba hasta el minuto 90

Dije una vez que la mejor forma de conservar a Cataluña dentro de España era convocar un referéndum y ganarlo. Quizá era una propuesta un poco osada, pero se basaba en la idea de que era absurdo la actitud temerosa de muchas personas, en especial en la izquierda, que daban por perdida esa batalla. Por no hablar de los que lloriqueaban al quejarse de que los catalanes les iban a dejar solos frente a la derecha nacionalista española. El clima político de un país (lo que piensa el establishment) puede decantarse con bastante rapidez en un sentido, como ha ocurrido en Cataluña, pero eso no quiere decir que toda la sociedad vaya a seguirle a ciegas y a la misma velocidad.

Cuando Artur Mas ha dicho en la noche del domingo que una cosa es el derecho a decidir y otra el Estado propio ha adelantado uno de los titulares posibles de las elecciones catalanas. La fulgurante carrera hacia la independencia de Cataluña se ha visto frenada en seco, pero no neutralizada para siempre.

Mas se dejó fascinar por la impresionante manifestación de la Diada y perdió la sangre fría que debe caracterizar a todo político. No en los primeros días, cuando mostró una actitud bastante serena. Pero una vez que convocó elecciones se lanzó a un salto al vacío cuyo mejor símbolo es ese cartel electoral parodiado con rapidez.

Si algún as del marketing político pensó que representaba al político que tiende los brazos a la gente para recibir su apoyo y poner en práctica «la voluntad de un pueblo», al final lo que parecía era lo que ya se intuía en muchas de sus declaraciones. La relevancia providencialista del líder. El hombre que dirige a un pueblo. La patria resumida en una sola persona. Moisés, como decía el sarcasmo.

Y Moisés se ha dado un castañazo de espanto contras las ardientes arenas del Sinaí.

Incluso así, aunque sea cojeando, CiU gobernará Cataluña y su presidente será Artur Mas porque no hay ecuación política viable que pueda negar eso. La suma de las fuerzas políticas que de una forma u otra han presentado un mensaje independentista da 74 escaños, claramente por encima de la mayoría absoluta pero dos escaños menos que en la legislatura anterior. Más parece un realineamiento de posiciones que una plasmación rotunda de lo que se vio en la calle el 11 de septiembre.

Por ahí parece que la idea de que Cataluña ha dicho ya adiós a España es tan absurda como pretender que se puede imponer a los catalanes un menú único idéntico al del resto de los españoles. Presentar un diktat como este, tan al gusto de la prensa conservadora de Madrid, supone casi garantizar que algún día Cataluña será independiente, pero no en menos de una legislatura.

Tras la Diada, la carga de la prueba estaba sobre CiU. Tenía que decidir cuál era el horizonte estratégico que planeaba para el país. La verdad es que Mas respondió a ese reto sin ambigüedad y al final ha pagado un duro precio electoral por ello. Ahora quien debe tomar partido es ERC. Su apuesta independentista está fuera de toda duda. La pregunta es si para conseguir ese objetivo, sostendrá a un Gobierno de Mas que recorta la sanidad, la educación y las prestaciones sociales. Supongo que sólo se puede hacer bajo la bandera de cuanto peor, mejor.

El hundimiento político, económico y social de la Marca España (aquí sin ironías) ha hecho más atractiva la idea de independencia de Cataluña. Y al mismo tiempo, ha hundido con ella a la política y economía catalanas, que sufre de males similares a los del resto del país.

¿Cómo puedes lanzar un desafío histórico al Gobierno español si no puedes pagar los salarios de los funcionarios y las pensiones sin el dinero que llega de Madrid? No puedes prometer a la gente que el futuro será una Arcadia sin obviar las etapas intermedias, como cuando se dice que Cataluña seguirá en la UE porque sí o porque nadie se atreverá a vetar su ingreso o porque las multinacionales presionarán para que así sea. En política, las etapas intermedias lo son todo.

Al final, el único cambio estratégico que ha producido la política catalana en los últimos meses ya se sabía antes de las elecciones: el giro estratégico de CiU a la independencia. Por tanto, un mal resultado electoral no va a hacer descarrilar ese tren. El problema de Mas es otro: tiene una mayoría para plantear una estrategia de insurrección con el apoyo de ERC, pero no para gobernar. A menos, claro está, que Esquerra abandone las políticas sociales de su programa. Un momento, eso ya ha ocurrido en la política española últimamente. De hecho, se ha convertido en costumbre.

Los catalanes han rechazado el tono mesiánico y el mensaje providencialista de la campaña de CiU. El PP y la prensa de derechas lo han asumido desde el primer momento y no lo van a abandonar. Por eso, van a resumirlo todo en el fracaso de Mas y dar por cerrada la cuestión catalana.

Los números les desmienten. A pesar del gran éxito de Ciutadans, la suma PSC (con un claro mensaje contra la independencia), PP y Ciutadans da 48 escaños, uno menos que en la anterior legislatura.

Mas tiene la opción de mantener la tensión reivindicativa haciendo hincapié en el «derecho a decidir» –es decir, el referéndum– para lo que puede tener el apoyo de ICV y alcanzar en este punto una mayoría muy cualificada de 87 escaños. Pasada la decepción y si contiene el malestar de los empresarios que, ejem, financian a CiU, está en condiciones de volver a comenzar el partido.

A Mas le ha fallado la estrategia de Moisés. Quizá descubra que con frecuencia la política es un sistema de prueba y error.

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12 respuestas a El partido de Cataluña no acaba hasta el minuto 90

  1. Inigo dijo:

    Hay algo q me sorprende en los análisis q leo. Nadie puede creer q los votos q condujeron a 62 escaños fueran independentistas, sin embargo los de estos 50 (a pesar de Unió) sí saben lo q votaban. En este momento sí hay 74 diputados con respaldo para explorar un camino hacia formas de independencia.
    Si yo lo veo, vosotros lo veis antes, pero no se dice.
    De hecho, y aunque sabemos q no lo hizo por eso, sólo por el giro q Mas había dado era justo hacer elecciones y q la gente confirmara o no si estaba de acuerdo. Mas no gano las elecciones hace dos años para la independencia, pero ahora sí está legitimado. Otra cosa es si ese era de verdad su objetivo o sólo buscaba más poder para sí y los auyos.

  2. Gabriel dijo:

    Yo soy catalán y la verdad es que la noche de ayer fue un jarro de agua fría para casi todo el mundo. Por un lado, los de CiU ya tenían muy asumida la mayoría absoluta (o quedarse muy cerca de ella), todas las encuestas les daban más de 62 escaños, por lo que son los que se han metido un castañazo más gordo. Por el otro, el PP ya se creía el segundo partido en número de votos y escaños, y líder de la oposición, y al final han subido solo ligeramente (y para aumentar el agravio, los separatistas de ERC les adelantan). Los independentistas no suman tanto como esperaban (hay quien esperaba que la CUP ganara hasta 6 o 7 escaños, y se ha quedado en 3 raspados), e Iniciativa se mantiene en su crecimiento moderado (con unos 13 aún muy lejanos de los 25 que sacaban en los años 80).

    Creo que los único que han quedado completamente satisfechos de los resultados son los los socialistas: las encuestas pronosticaban un desplome brutal y al final no ha sido tan grave la cosa; incluso superan al PP y son tercera fuerza, a solo un escaño de la segunda. Aunque claro, quedarse a 20 escaños un partido que en 1999 sacó 52 no es para echar cohetes.

    En definitiva, decepcionante para todos.

  3. David Peñasco Maldonado dijo:

    Era todo un poema ver la cara del Führercito Mas a medida que se iban conociendo los resultados de las encuestas: «¡Cataluña será independiente sí o sí, diga lo que diga la Constitución, y a ver quién tiene cojones de impedírmelo!», «Cataluña podría formar parte de España como estado libre asociado», «¿Por qué quieren negar a los catalanes el derecho a expresarse en las urnas?», «Bueno, a ver, que yo sólo estoy convocando unas elecciones autonómicas; no un plebiscito», «Las urnas han hablado y es el momento de abrir un periodo de reflexión», «Yo hablo castellano en la intimidad»…. Patético. Artur Mas se creía que la estelada iba a tapar a los funcionarios a los que les ha recortado el sueldo, los farmacéuticos que llevan meses sin cobrar y los hospitales cerrados, y se ha dado de bruces con la realidad. Este impresentable, Mr. 3%, no puede seguir ni un minuto más al frente de un partido, mucho menos de una CC.AA. Después del fracaso de su órdago al Estado, si le queda un mínimo de decencia debería dimitir hoy mismo.

  4. Anonymous dijo:

    Esto va a ser como las consultas independentistas de Escocia o Quebec: CiU convocará todos los años un referéndum soberanista tras otro hasta que por puro hartazgo la gente acabe votando lo que a ellos les interesa. Y si no, ya se encargarán los nazionalistas de que salga el resultado apropiado, que para eso está el dinero del 3%.

  5. sabio dijo:

    soy uruguayo jajaja los gallegos son brutos jaja deberian ser unitarios el federalismo y los reyes son un cancer!

  6. PRESIDENT MAO dijo:

    Mas ya les está diciendo a las grandes constructoras catalanas que empiecen a rascarse el bolsillo porque los votos de ERC no les van a salir precisamente baratos, y este año el aguinaldo para CiU va a haber que soltarlo antes. Las transferencias, a la cuenta suiza de costumbre, por favor.

  7. parvulesco dijo:

    Gabriel, también soy catalán y las elecciones han dado un resultado estupendo: desplome de los sociópatas de CiU por los recortes y las ambigüedades con el soberanismo, una mayoría soberanista más plural e irrupción de las CUP. Parece que sí habrá referéndum.

  8. Un artículo muy poco convincente. Obsérvese el mapa soberanismo vs. unionismo municipio a municipio. Es apabullante. No veo de qué forma se pueda perder un referendum (bueno sí, asustando con un apocalipsis zombie):

    http://www.vilaweb.cat/mapa-electoral

    Sólo los municipios con tendencia a votar al PSC (que va muy a la baja) aguantan. Los inmigrantes, en general unionistas, con la crisis, abandonan el territorio. Catalunya es de donde se van más.

    El panorama para los unionistas es bastante negro, se mire como se mire.

    Porciertly, el soberanismo no es un órdago de Artur Mas. Artur Mas lo ha capitalizado con gran desacierto. Tanto, que el verdadero soberanismo ha subido. Son matemáticas fáciles: resta 12 de CIU, suma 11 de ERC y 3 de las CUP. Solución: soberanismo, 2 diputados más. Y eso siendo benévolos, sin contar ICV, que está a favor de la consulta pero que no tiene claro si votaría SÍ, NO o todo lo contrario.

  9. Rosie dijo:

    Ya hace tiempo alguien dijo que ni España era lo suficientemente fuerte para asimilar Cataluña («a la francesa» para entendernos) ni Cataluña lo suficiente para separarse. La cosa sigue igual, con periodos de mas exaltación o menos. Mientras las dos partes no lo asuman sinceramente, dificil lo tenemos a largo termino.
    Sobre las elecciones, Mas no es primer (ni sera el ultimo) político que convoca unas elecciones creyendo ganarlas y acaba dandose un tortazo de aupa. Ni la primera (ni la ultima) que un movimiento importante en la calle se da de bruces en las urnas (el mayo del 68 se dio un tortazo electoral aún mayor, por ejemplo). Ha habido una fiebre subita que se ha desinflado en las urnas, pero el problema de fondo continua. Yo reseñaria otros puntos:
    -el problema de las balanzas fiscales sigue ahi. Es sintomatico que hasta el PPC lo reconoce y asume que hay que reequilibrarlo (de la misma manera que el PP del Pais vasco no va a pedir el fin del sistema foral ni jarto de vino). Es un tema mas transversal y quizás si CIU se hubiera centrado en el pacto fiscal en lugar de la independencia le habría ido mejor.
    -el aumento de la participación (historico) no implica un aumento tambien historico de las opciones «unionistas» (en su conjunto). El mito de la abstención diferencial tiene una base, pero muy matizable. No era ni cierto historicamente (la otra gran participación fue la que dio la mayoria absoluta a CIU). Ciertamente ha aflorado un voto radicalmente antiindependencia, cosa que tambien es bastante normal. Por cierto, por mas que guste a la TDT party, Ciutadans demuestra que la derecha española es tambien fragmentable. Sin C’s el PPC podría ser la segunda fuerza, ojo al dato…
    -hay una multiplicidad de partidos, casi «a la holandesa» pero sin una capacidad de consenso igual, por lo que mejor agarrarse que vienen curvas.

  10. David Peñasco Maldonado dijo:

    La cuestión es que, le guste a Mas o no, Rajoy le tiene cogido por los cojones. Una llamada de teléfono desde Moncloa y el mes que viene la Generalitat ya no puede pagar a sus funcionarios. Cataluña depende para su supervivencia de las inyecciones de capital del estado español, y como CiU se ponga tonta Mariano cierra el grifo y a ver cómo se las apañan los nazionalistas para conseguir financiación en los mercados internacionales, con una deuda pública catalana que las agencias de calificación han dejado al nivel de bono basura. Y el PP desde luego le va a hacer pagar las humillaciones pasadas. Complicado lo tiene Mas: si le hace guiños a ERC ya puede despedirse del dinero del plan de rescate para las CC.AA., pero si se la envaina y aplaza su proyecto soberanista para complacer a los ultracentristas su electorado no se lo va a perdonar jamás. A fuerza de corruptelas y delirios de grandeza, este gilipollas mesiánico ha logrado lo que parecía imposible: hacer bueno a Rubalcaba.

  11. mikel dijo:

    Negociar un «concierto» téte a téte con Rajoy, que era la idea de CIU, ya no va a ser posible; ¿Problemas para el soberanismo catalán? El problema será para Rajoy ¿España?

  12. Jordi Gonzalez dijo:

    @ David Peñasco
    El proyecto sobirnista no es para nada de ultra derechas! Si lo defiende ERC y la CUP, que perdona que te diga, no parecen de ultraderecha…

    La posibilidad de que Rajoy nos chantajee con cerrar el grifo ( de nuestro propio dinero) es uno de los motivos por los que una porcion importante de los catalanes ve poco acojedor el proyecto español.

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