Todas las sectas exigen de sus creyentes una fe ciega. No importa que a los simples mortales les resulte difícil ver el final del camino. Los sumos sacerdotes les tranquilizan con el argumento de que está muy cerca. Casi se puede tocar. Sólo hay que aguantar un poco más… y hacer las contribuciones económicas necesarias.
El Gobierno británico ha vuelto a ampliar el calendario de la austeridad. Tras llegar al poder en 2010, los conservadores anunciaron que iban a solucionar el problema del déficit en una legislatura (cinco años). Después, dijeron que eso ya no era posible y que habría que esperar a la siguiente, en concreto a 2017.
Esta semana, el ministro de Hacienda, George Osborne, ha puesto otra fecha: 2018. Pero no hay motivos para desesperarse: «Es un camino difícil, pero estamos llegando. Gran Bretaña va en el camino correcto. Volver atrás sería un desastre», dijo en el Parlamento.
Quizá los fieles no pierdan la fe, pero en el camino van a perder algo en el bolsillo. Las religiones saben ser muy exigentes con las contribuciones. Habrá otro recorte a los subsidios sociales, incluidas las ayudas por hijo, para rascar 3.750 millones de libras. 400.000 personas (o un millón, según cálculos citados por The Times) serán transportados desde 2014 al tramo más alto del impuesto sobre la renta. ¿Millonarios? No. Los que ganan más de 41.865 libras al año (51.870 euros).
Recortar más el gasto y exprimir a los contribuyentes no ha dado muy buenos resultados. La economía ni siquiera puede cumplir las previsiones más modestas, que ya antes se habían reducido. Hace un año, se dijo que el PIB crecería en 2012 un 0,7%. Error. Caerá un 0,1%. El dato de 2013 era del 2,1%. Error. Será un crecimiento del 1,2%. No hay que ser un cenizo para pensar que tendrá que ser revisado a la baja.
La estrategia consiste en «definir cada fracaso como un éxito». Donde no llega la razón, alcanza la fe.
Van a necesitar mucha fe.
El Hermano Rajoy también es un gran creyente de esta fe: a fuerza de repetir todos los días que la crisis acabará (pronto, muy pronto), seguro que en algún momento acertará. Lástima de todos los que se quedaron en el camino y no llegaron a ver el nuevo amanecer prometido por el PP, pero muchos son los llamados y pocos los elegidos.
Soy muy fan de estos talibán-tecnócratas. Si la realidad contradice al modelo, no hay dudas: la culpa es de la realidad.
Deberían comenzar por predicar con el ejemplo y no tanto con la palabra, se esta jugando con la paciencia de la gente y al final la fe mueve montañas y el hambre masas.
El asunto del deficit es una enorme mentira.
Basta ponerse en el supuesto de que mañana mismo se elimina el deficit.
¿Realmente puede creer alguien que entonces la gente se pondrá a consumir, las empresas a producir y crear empleo?
Es la demanda la que genera produccion y empleo.
Los recortes, precisamente destruyen la capacidad de demanda, de consumo.
Esta crisis no viene de un problema de deficit estatal, o sea de deuda publica, sino de deuda privada, especificamente de deuda bancaria y financiera.
Se está esquilmando y pauperizando a la sociedad meramente para devolver la salud a los balances de los bancos, o sea al patrimonio de esa basura arrogante cuya codicia, manejos tramposos y falacias economicas condujeron a esta crisis.
Alucino con el tema de la austeridad…sobre todo como la entienden los gobiernos: los ciudadanos (que no las empresas) pagamos más para que el estado se gaste menos.
Que se dejen de tonterías y que alguien le dé el premio Nobel «en propiedad» al que se le ocurrió la idea porque es un genio.