Yair Lapid ha tardado menos de 24 horas en pinchar el globo de un posible pacto de todos contra Netanyahu. El líder de Yesh Atid ha descartado un acuerdo que incluya a los partidos árabes, en especial a Balad, lo que en la práctica convierte en seguro un Gobierno de coalición presidido por Netanyahu.
Los resultados:
Likud-Beiteinu 31, Yesh Atid 19, Laboristas 15, Shas 11, Casa Judía 11, Judaísmo de la Torá Unida 7, Hatnua 6, Meretz 6, Ra’am Ta’al 5, Hadash 4, Balad 3, Kadima 2.
Los partidos de Netanyahu, Lapid y el ultranacionalista Casa Judía suman justo la mayoría absoluta, 61 escaños. En principio, Lapid no querrá que haya partidos ultraortodoxos en el Gobierno, pero eso está por ver. En ese caso, Netanyahu intentará que se unan a la partida Hatnua (liderado por Tzipi Livni) y Kadima, que al final entró en el Parlamento por muy poco. Con el sistema electoral israelí, un 2% de los votos te garantiza al menos un escaño.
En cuanto a la posición de Lapid en relación al conflicto con los palestinos, hay que recordar que nada relacionado con eso ha influido en su gran resultado electoral. Las ideas de Lapid al respecto no son muy diferentes a las de muchos políticos israelíes. Se muestra a favor de la solución de los dos estados. El mismo martes por la noche dijo que sin un acuerdo de paz, «la identidad judía y sionista de Israel está en peligro». Pero por otro lado en otras declaraciones mantiene la misma ambigüedad sobre las posibilidades de éxito («no creo que los árabes quieran la paz») que siempre permite a los políticos no asumir ninguna responsabilidad sobre el estancamiento permanente de la cuestión.
Si alguien cree detectar una aparente contradicción entre el dramatismo del primer mensaje y la falta de interés en asumir riesgos que eviten ese final que se detecta en el segundo, no debe sorprenderse. La política israelí vive inmersa en esa cómoda pasividad desde la segunda intifada.
Me gustaría saber que quiere decir «cómoda pasividad de la política israelí» y al mismo tiempo traducir a lenguaje entendible eso de que «los árabes (saudís, sirios, de Hamas…) quieren la paz»…
Desde luego los isralíes no quieren la paz, lo que quieren es terminar de robarles toda la tierra a los palestinos y no se detendrán hasta que lo consigan. Son auténticos nazis estos judíos, (no todos, los judíos sionistas entiéndase, hay algunos que se salvan y entienden que la solución de los dos estados es una quimera.)
Un único estado en donde también todos los palestinos tengan iguales derechos y también derecho a voto.