Portada de The New Yorker de esta semana.
Edward Snowden ha tenido una sesión de preguntas con los lectores de The Guardian. Una de sus respuestas:
«Es importante recordar que el ex vicepresidente Dick Cheney es una de las personas que me han llamado traidor. Es el mismo hombre que nos trajo el sistema de vigilancia sin orden judicial como una especie de atroz calentamiento antes de fabricar con mentiras un conflicto que mató a más de 4.400 norteamericanos e hirió a cerca de 32.000, además de causar la muerte a más de 100.000 iraquíes. Que alguien como Dick Cheney te llame traidor es el mayor honor que se puede conceder a un americano. Cuanto más pánico descubres en lo que dice gente como él, Feinstein y King, mejor para todos nosotros. Si hubieran dado clases sobre cómo ser el tipo de ciudadano que a Cheney le preocupa, yo habría acabado los estudios de bachillerato».
La pregunta que uno se hace es si Obama no se ha puesto de hecho del lado de Cheney.
Y la respuesta es que sí. Se ha pasado todo lo que decía en campaña por donde acaba la espalda, y se ha convertido en más Bush que Bush. Una pena.
Si. Obama ha sido falso desde el principio.
Todos los politicos de posibles en occidente trabajan para el dia despues del cargo, o sea para su futuro empleador.
Lo del Obamacare no era suyo, sino de la Clinton.
Los ministros del area economica y de seguridad de la anterior y actual legislatura, son un mensaje mas claro que el programa de campaña.
Cuando comencé a leer sobre Obama, recuerdo que se hacia mencion a sus muy buenos discuros, a su oratoria. Me bastó verle discursear un poco para que me diera mala espina, para que se me antojara que gastaba maneras de un pastor dominical: elocuencia hueca, demasiado gasto de enormes y esperanzadoras palabras.
Luego caí en el embrujo del presidente negro… mas bien por efecto del fervor y entusiasmo de masas que se desató. Me impresionó particularmente la escena de tantisima gente asistiendo, bajo un frio atroz, a la ceremonia de su primera investidura.
Pero es que las alternativas republicanas eran tan, pero que tan rematadamente caricaturas de perversidades del neoconismo…
Distinguir entre lo que los medios de incomunicación llaman derecha e izquierda, demócratas y republicanos, me da que es sufrir de daltonismo: son los mismos perros con los mismos collares. Allá cada cual con su conciencia si ve cosas diferentes. Porque a estas alturas cada cual ha de saber que no se trata de oído ni de ojos, sino de mirada ética que discierne qué es lo real. Con esa mirada no se nace.
Obama es el representante de la oligarquía económica y se encuentra a su servicio. Para ellos espia, para ellos firma leyes, para ellos tortura y para ellos mata (manda matar).
Lo que pasa es que la fascinación de la técnica y la imantación que producen sobre la percepción inadvertida de los cerebros las imágenes televisivas, hace que algunos se ilusionen con las mentiras que reproducen y repiten a diario.
Los que de verdad mandan no aparecen en las primeras páginas. Les basta financiar las películas de Disney para que desde niños las masas se crean los cuentos con que los mecerán de mayores. Uno de los actores que ahora mismo está en las pantallas es negro. Y muchos se creen el cuento de que le votaron. Lo que no cuentan en esas películas son los pactos que hay detrás. Quizá ofertas «que no podrá rechazar».