Una interesante discusión en el programa This Week, de BBC, en la que interviene el columnista del Daily Telegraph, Liam Halligan. El periodista, que conoce bien Rusia y en especial su economía desde hace muchos años, intenta desmentir algunas ideas muy extendidas en los medios de comunicación occidentales sobre ese país y el Gobierno de Putin.
Frente a las opiniones habituales que indican que la mejora económica rusa de la última década se debe sólo a su explotación de materias primas, gas y petróleo fundamentalmente, Halligan comenta que esa dependencia, que años atrás era del 40%, ahora es del 15%, un porcentaje inferior al de Noruega. Lo mismo en relación a la pérdida de población y el descenso de la esperanza de vida sufrida tras el fin de la URSS. Halligan recuerda que la natalidad en Rusia es superior a la media de la UE.
Su idea es que Putin es muy popular en su país precisamente porque ha sacado su economía del agujero en la que dejaron los años de Yeltsin. Cualquier puede decir sin equivocarse demasiado que Rusia es una sociedad en la que imperan valores tradicionales y que está regida por un Gobierno de tendencias autoritarias, pero lo que tampoco se puede negar es el éxito de Putin en el Gobierno y la legitimidad que esos resultados económicos le han concedido.
Los otros dos comentaristas son los habituales del programa: la diputada laborista Diane Abbott y el ex diputado tory Michael Portillo.
Dos artículos recientes de Halligan sobre Rusia y la última crisis:
—Threats against Russia are stuck in the past.
—Putin is making the West’s Cold Warriors look like fools.
Pues sí, análisis de lógica aplastante:
«This Crimea crisis has changed a lot. America and the EU are split, Germany is a new diplomatic powerhouse and Sino-Russian relations are closer, too. Above all, the West’s influence has diminished — by our bull-headed determination to support the upending of Ukrainian democracy and by threatening ‘consequences’ we could never impose, while reinterpreting international laws we ourselves routinely ignore. We stand demeaned and weakened, with far less ability to influence events in the future.»
De todos modos está el asuntillo de que la gorda ha pasado ya *sus* elecciones (y con un SPD descerebrado poco problema va a tener), mientras el eunuco y el pijo van a ir de Vía Crucis hasta que se vayan a la puta calle. De hecho, la Le Pen, que se está convirtiendo en una fangirl de Putin (eso sí es una fangirl y no cualquier forero ocioso), ya ha dejado constancia de que ve las cosas de forma muy diferente al eunuco y sus payasos.
Los comentaristas occidentales podían preocuparse más de aclarar lo poco democráticos que son sus paises (y los medios de comunicacioón donde trabajan) y no olvidar , además, que la democracia en Rusia es conocida basicamente por las pelis de Hollywood…Putin se desenvuelve en un ecosistema tremendamente favorable (salvo que consideremos a los llamados excomunistas como defensores de la democracia)..?
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