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Julio 15, 2005

Santa Hillary: inocencia sí, sexo no

En política, cuando tienes un buen maestro, hay quienes piensan que no basta con seguir sus consejos. Es aún mejor si consigues imitar todos sus pasos con la sana intención de que te generen los mismos beneficios. Hillary Clinton no podría estar más de acuerdo.

En su camino hacia la Casa Blanca, Hillary está demostrando que está dispuesta a hacer o decir lo que sea con tal de volver a residir en el mismo edificio de Pennsylvania Avenue. Cuenta con varias factores que juegan en su contra de cara a unas elecciones presidenciales: es mujer, es senadora de un Estado de la costa este del país y se le relaciona con el ala más progresista del Partido Demócrata.

Sobre el primer y segundo factor, poco puede hacer al respecto. El resto es ya otra cosa. Y para acercarse al centro y no asustar a votantes conservadores o centristas, ha tenido la idea de pisar exactamente las huellas que dejó en 1992 su marido, Bill Clinton.

Es decir, Hillary ha tenido su "momento Sister Souljah" y la diana elegida han sido esta vez los videojuegos.

Rebobinamos y nos vamos a 1992. Poco después del fin de las primarias, Clinton es ya el candidato de los demócratas, pero está tercero en los sondeos por detrás de Bush y Perot. En un encuentro con la Coalición Arco Iris que preside el reverendo negro Jesse Jackson, Clinton critica con dureza a una cantante de rap llamada Sister Souljah por fomentar el odio entre blancos y negros con unas declaraciones.

"If black people kill black people every day, why not have a week and kill white people?", había dicho Souljah. En realidad, la cantante, que no era precisamente una hermanita de la caridad, no había animadoa los negros a que salieran a la calle para equilibrar el marcador. Con un estilo algo desabrido, estaba describiendo lo que podía pasar por la cabeza de los protagonistas de los disturbios raciales de Los Angeles.

Pero la precisión de las declaraciones no era lo que importaba a los medios. Había nacido el "momento Sister Souljah": cuando un político se enfrenta públicamente al sector más radical de sus seguidores o a una tendencia cultural con la que se relaciona a su partido.

No creo que los usuarios de los videojuegos sean todos votantes demócratas. Lo que ocurre es que las campañas contra los excesos de violencia y sexo en la industria cultural de EEUU suelen estar abanderadas por grupos conservadores, y no por los partidarios naturales de un político como la senadora Clinton.

Hillary ya tiene su propia cruzada moral: la ha emprendido contra el juego "Grand Theft Auto" por la aparición en su interior de escenas de sexo explícitas (forma elegante de decir "polvos"). Para contemplar esos pequeños momentos íntimos, el usuario debe descargarse una modificación Hot Coffee. La compañía alega que han sido hackers quienes han creado este intruso y que están intentando solucionar el problema.

Para Clinton, no se trata de un error de programación ni de un intento de sus creadores de calentar las ventas (de un videojuego que, por otro lado, no necesita ningún lubricante, ya que ha vendido millones de copias en todo el mundo). Quiere convertirlo en un ejemplo de unos desmanes a los que ella, paradigma de la pureza, quiere poner freno.

De ahí que haya pedido que la Comisión Federal de Comercio investigue a la compañía propietaria del juego y, además, que se apruebe una ley en el Congreso que impida que estos videojuegos pervertidos caigan en manos de menores.

Aunque no sé si el truco de Hillary funcionará. Una cosa es luchar contra el odio entre razas y otra muy distinta, hacer declaraciones como ésta de la senadora:

"El preocupante material de 'Grand Theft Auto' y de otros juegos está robando la inocencia de nuestros hijos y está haciendo aún más complicada la difícil tarea de ser padre".

¿Robando la inocencia? Igual es que Chelsea no pudo superar el impacto que le causó el aumento de la definición de los pechos de Lara Croft. Eso sí que era un escándalo, y no lo de Grand Theft Auto.

Posted by Iñigo at Julio 15, 2005 08:14 PM

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Comments

Si es que el llamado Partido Demócrata americano no tiene nada de progresista, ni siquera su supuesto ala 'liberal' (en su término inglés: izquierdista). Cuando toca rebajarse para conseguir lo que sea, se hace y ya está.

Me hace gracia cuando algún mentecato asemeja tal partido con la socialdemocracia europea; en posturas como el aborto o incluso la guerra de Irak suelen ser tan halcones como los republicanos (digo suelen porque en los EE.UU. tienen mayor diversidad de pensamiento y libertad de voto que los aborregados partidos europeos, sobre todo los españoles).
Son seguidistas totales de la política G.W. Bush; con algún matiz diferente, pero poco más. El único que vale para algo en la política americana es R. Nader y no le vota ni el Tato...

Posted by: Ian Curtis at Julio 18, 2005 07:18 PM

La aversión de Hillary al sexo no es una novedad: así tenía de necesitado a su pobre esposo. Por lo demás, también es conocida su determinación para castigar los pecados de la carne: hoy ya sabemos que aquellas marcas en la cara que presentaba Clinton no se las había hecho el gato. Una puritana antisexo que maltrata a su cónyuge: ¡Y es la que representa al ala "más progresista" del partido demócrata!.

Posted by: Athini at Julio 22, 2005 12:49 PM