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Febrero 25, 2006
La justicia al servicio de la xenofobia
El presidente del poder judicial y del Tribunal Supremo, Francisco José Hernando, quiere restringir los derechos de los inmigrantes. ¿Piensa que son demasiados? ¿Duda de que puedan integrarse? No. De sus palabras se deduce que ve a los extranjeros que quieren vivir en nuestro país como una especie de quinta columna del terrorismo:
"El Derecho Administrativo de extranjería, con su concreción práctica en las autorizaciones de estancia y residencia, el mismo derecho de reagrupación familiar, o también las medidas personales individualizadas sobre algunos inmigrantes, pudieran tener que ser repensados a la luz de las nuevas expresiones del fenómeno terrorista".
Da mucha tranquilidad saber que ciertas expresiones de xenofobia, basadas en la idea de que, más allá de las responsabilidades individuales, los inmigrantes están relacionados directamente con el terrorismo, encuentran acomodo en la cúpula judicial. Como es de suponer que Hernando no cree que los inmigrantes ecuatorianos tengan algo que ver con Al Qaeda, habrá que pensar que el 'enemigo interior' se encuentra en otros ámbitos. Y a eso se refiere cuando comenta que hay que revisar "las mejores maneras de conciliar algunos derechos fundamentales esenciales de la persona, como determinadas expresiones externas de libertad religiosa, con la seguridad de los demás".
No sabía yo que una religión pueda poner en peligro mi seguridad. Pongamos que un imán de una mezquita predica el odio hacia los cristianos y apoya el asesinato de españoles. Eso sí que pondría en peligro mi integridad. Para atajar esta amenaza ya hay leyes en nuestro país. El imán en cuestión nunca podría apelar en su defensa a la libertad de culto. No hay ninguna religión que esté por encima de la ley. Si hay personas con creencias religiosas, cristianas o islámicas, que tienen gracias a ellas una relación directa con Dios, mejor para ellas, pero eso no les libera de cumplir la ley. Eso es algo que entendería hasta un juez.
Veamos el problema desde el punto de vista de un juez o un policía. Si sospechan que un imán está cometiendo un delito, incitar al asesinato sería un buen ejemplo, pueden investigarle a él y a sus actividades en la mezquita. No hay ninguna ley que lo impida. Se ha hecho así en ocasiones anteriores y se continuará haciendo.
Quizá tengamos más clara la posición de Hernando si observamos que el magistrado se refiere a los "caldos de cultivo que el terrorismo necesita para desarrollarse". Es ahí donde se supone que radica el peligro de la inmigración para nuestra seguridad.
A lo que habría que responder que son jueces como Hernando los que, con estas ideas, se convierten en el mejor caldo de cultivo que necesitan los terroristas para reclutar adeptos con los que atacarnos.
Posted by Iñigo at Febrero 25, 2006 04:39 PM
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Comments
No me sorprende mucho esta afirmación, ni me sorprendería tampoco que en un futuro muy próximo se adopten leyes enmarcadas en ese sentidos.
En la Francia de la Igualdad y fraternidad por ejemplo ya de adoptó una ley muy elitista y sectaria que permite la selección muy cuidadosa del tipo de inmigrante que se le abrerían ciertas puertas de la Grande Republique...
Animos Don Iñigo.
Gracias por deleitarnos..
Posted by: Yucef at Febrero 25, 2006 05:41 PM
Y que en breve no se nos distinga de la Edad Media. Un paso. Y algunos se asombran de la reaccion por la viñetas. Igual es que están hasta los mismisimos de Alah, que se relacione musulman con terrorista. Digo yo.
¿habeis leído lo de Andorra y los infectados del VIH?
Pues eso...
Posted by: nushu at Febrero 25, 2006 06:26 PM