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Mayo 20, 2006
39 ministros para una misión imposible
El Parlamento iraquí ya ha elegido al Gobierno de coalición que presidirá Nouri Maliki. A casi todo el Gobierno, porque las dos carteras más delicadas aún no han sido asignadas. El propio Maliki y su segundo asumirán de forma temporal los Ministerios de Interior y de Defensa. El primero debe recaer en un shií y el segundo, en un suní. Cada bando ha vetado los nombres que se han puesto sobre la mesa.
Quien se convierta en ministro de Interior tendrá como una de sus principales misiones limpiar la casa de escuadrones de la muerte, los grupos paramilitares que se han ocupado en los últimos meses de asesinar suníes en venganza por la muerte de shiíes a manos de los escuadrones del otro lado.
Para 'premiar' su esfuerzo por llevar a Irak a la guerra civil, el anterior ministro, Bayan Jabr, ha recibido la cartera de Hacienda. El embajador norteamericano en Bagdad hizo todo lo posible para sacar de Interior a Jabr, un empeño en el que tuvo el apoyo de los partidos suníes. Lo han conseguido, pero no se han deshecho del todo de Jabr, que cuenta con apoyos sólidos en la cúpula de la Alianza shií. Sus méritos profesionales para dirigir la economía de Irak son dudosos. Es ingeniero de profesión.
Hay otro nombramiento en el Gobierno que tampoco se ha visto guiado por la experiencia profesional. En este caso, la elección es más acertada. El nuevo ministro del Petróleo es un científico nuclear, Hussain al-Shahristani, uno de los políticos con más prestigio de la Alianza shií.
Al-Shahristani ha prometido acabar con la corrupción en el Ministerio del que depende la supervivencia económica del país. Los suníes no le odian, pero sostienen que disfruta de unas relaciones demasiado buenas con Irán.
Su nombre apareció hace un par de años como un posible candidato a primer ministro. Tiene una reputación muy por encima de la habitual en los políticos iraquíes. Pasó once años en prisión tras negarse a cumplir las órdenes de Sadam Hussein para que participara en el programa nuclear. Logró escapar de la cárcel de Abú Ghraib durante un bombardeo en la guerra de 1991. Desde entonces, y hasta el fin de la dictadura, vivió en Irán y el Reino Unido.
De la fortaleza de las convicciones de Al-Shahristani no puede dudarse. Soportó la tortura durante semanas, a pesar de que que sabía que sólo con cumplir los deseos de Sadam pasaría directamente de una celda a una lujosa mansión.
El nuevo Gobierno tiene 39 ministros, nada menos. Lo forman 37 hombres y dos mujeres.
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Dos artículos para entender a lo que se enfrenta el nuevo Gobierno. En el primero, un miembro de la insurgencia suní explica que ha dejado de matar norteamericanos. Ahora sólo se dedica a proteger un barrio suní de los ataques de la Policía y a asesinar shiíes. No parece que eso sea un avance.
Inside Iraq's hidden war. The Guardian.
Iraq is disintegrating as ethnic cleansing takes hold. The Independent.
Posted by Iñigo at Mayo 20, 2006 05:45 PM
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Comments
Robert Fisk, en su libro "La gran guerra por la civilizacion: La conquista de oriente medio" cuenta la historia de Shahristani, y es realmente un tipo admirable. Torturas fisicas a base de descargas en los genitales, y psicologicas, donde iban cepillandose uno por uno conocidos y colegas suyos delante de el, no sin previa tortura, hasta que cediese.
Por otro lado..¿Hay finalmente ministro de Sociedad Civil?
Posted by: Cancito at Mayo 20, 2006 07:09 PM
Lo hay. El premio ha correspondido a Adel al-Assadi. Como lo denominan, en inglés, "minister of state for civil society affairs", es posible que tenga categoría de viceministro.
Posted by: Iñigo at Mayo 20, 2006 07:22 PM