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Agosto 01, 2006
La ministra ausente
Como estoy de vacaciones, no debería ser muy duro con Margaret Beckett, que arde en deseos de tomarse unas semanas libres. Todos los habitantes de Londres deberían tener el derecho constitucional de ponerse al sol una vez al año para enrojecer su piel. Pero, claro, yo no soy ministra de Asuntos Exteriores del Reino Unido y tengo más tiempo libre.
Con razón estaba Beckett tan sorprendida cuando Blair le comunicó en mayo que el Foreign Office iba a ser su próximo puesto ministerial. Parece que el primer ministro no adjuntó al encargo un regalo que ella hubiera agradecido: un atlas de geografía. A lo largo de toda la guerra del Líbano, ha llamado la atención la inactividad de la ministra de Exteriores, aunque algunos son menos caritativos. Lo que le reprochan es su falta de conocimiento de Oriente Medio. El puesto le queda algo grande.
Sus asesores le han propuesto viajes, discursos y entrevistas. En vano. Es mejor dejar que el jefe se ocupe de todo.
Y quizá eso era lo que pretendía Blair. Con un Gobierno dividido por su actitud sumisa ante EEUU, y ya van unas cuantas, lo que menos necesita ahora es un jefe de la diplomacia que sepa lo que se trae entre manos.
Posted by Iñigo at Agosto 1, 2006 11:38 PM
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Comments
Ya se sabe que todo presidente del Gobierno por lo general, exceptuemos los limitados como Bush, de dominar a partir de su segunda legislatura la política exterior, y para ello suelen utilizar ministros-muelbe para el ministerio de exteriores. En España tenemos la muestra en Ana Palacio por ejemplo.
Posted by: Javier at Agosto 2, 2006 10:48 AM