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Noviembre 17, 2006

La primera derrota de Nancy Pelosi

Elecciones americanas en Guerra Eterna

"No soy miembro de ningún partido 'organizado'. Soy demócrata", decía Will Rogers. En otra ocasión, precisó: "Tienes que ser optimista para ser un demócrata y un humorista para continuar siéndolo". El Partido Demócrata norteamericano arrastra la fama de ser el peor enemigo de sí mismo. A veces, los republicanos sólo han tenido que matar el tiempo antes de que sus rivales optaran por la autodestrucción como la mejor estrategia política.

El nuevo Congreso aún no se ha formado y los demócratas ya han comenzado a dar titulares que hacen dudar sobre su capacidad de digerir la victoria electoral del 7 de noviembre. La futura presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha sufrido una clara derrota en la elección del cargo equivalente al de jefe del grupo parlamentario demócrata.

El congresista por Maryland, Steny Hoyer, ha vencido con gran diferencia de votos (149 a 86) a John Murtha, que había recibido el apoyo de Pelosi. En los últimos dos años, Murtha, un ex marine bastante conservador, ha acaparado la atención de los medios por sus furibundas críticas a la guerra de Irak y sus llamamientos a una retirada inmediata de las tropas. Por otro lado, también cuenta con una reputación ética muy endeble. Varias ONG favorables al juego limpio lo consideran uno de los congresistas más corruptos de la Cámara.

Hace 26 años, unos agentes del FBI disfrazados de jeques árabes (qué imaginación) se entrevistaron con Murtha para ofrecerle un soborno de forma nada velada. El congresista lo rechazó, pero se mostró abierto a hablar de ello en el futuro si los falsos jeques invertían dinero en empresas de su circunscripción. No fue procesado, como sí lo fueron otros políticos, pero dejó un amplio margen de duda sobre su comportamiento.

Pelosi decidió apoyar a Murtha por una cuestión de lealtad personal y por su conocido poco aprecio por Hoyer. Fue una decepción para algunos de sus seguidores, conscientes de que, si bien la guerra de Irak había sido un factor básico en la victorial electoral, la lucha contra la corrupción también contribuyó de forma decisiva a la derrota de los republicanos.

No ha sido una confrontación ideológica. Los congresistas demócratas han creído que Hoyer tendrá más oportunidades de mantener el consenso dentro del grupo parlamentario. Es cierto que Hoyer no es tan visceral como Murtha en su rechazo a la guerra.

Terminado el pulso, los viejos rencores se han aparcado de momento. Los políticos de un partido ya saben que, sea o no cierto, tienen que demostrar que son una piña. Pero la foto revela que Murtha (el del gesto serio a la derecha) no es de los que olvidan fácilmente.

Evidentemente, no hay nada que haga segregar más jugos gástricos en la prensa que los síntomas de división en un partido. The Washington Post se refiere en su primer párrafo de la crónica a la "profunda división política" demostrada por esta pelea. Ahora que controlan el legislativo, los demócratas van a descubrir muy pronto que los cañones de la prensa no apuntan sólo a la Casa Blanca.

Pelosi tiene ante sí otro nombramiento que le coloca ante una difícil tesitura. Debe elegir al futuro presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara. La congresista Jane Harman fue quien dirigió al grupo demócrata en este comité en la anterior legislatura. Pero sus relaciones con Pelosi son muy malas. La presidenta le acusa de no haber sido muy contundente en sus críticas a Bush. Se dice que Pelosi pretende nombrar a un congresista llamado Alcee Hastings, un ex juez con un pasado casi tan oscuro como el de Murtha.

La política norteamericana es mucho más divertida de lo que la gente cree.

Posted by Iñigo at Noviembre 17, 2006 02:02 PM

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