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Diciembre 01, 2006
Cubanos cabreados en Miami
Los periodistas de Miami se lo pasan en grande. Un día ven cómo un humorista gráfico entra en la sede de un periódico --el Miami Herald-- armado con un cuchillo y un arma de juguete, y poco después contemplan incrédulos cómo el agresor se ha convertido en un héroe. José Varela entró hace una semana en la redacción del Herald y se hizo fuerte en el despacho del director. De forma inconexa, advirtió que se había producido un relevo al frente del diario: "Están hablando con el nuevo director del periódico y estoy aquí para solucionar los auténticos problemas del periódico".
Una forma expeditiva de acabar con la crisis de la prensa. Afortunadamente para la salud física de Varela (la mental parece ya irrecuperable), los SWAT que se presentaron en la zona no tuvieron que intervenir.
La comunidad de exiliados cubanos en Miami, que desconfía de algunas decisiones tomadas por los dueños del Herald, decidió aportar dinero para sacar a Varela de prisión en unas pocas horas. El humorista salió de la cárcel tras pagar una parte de la la fianza de 75.000 dólares.
Una cadena local le entrevistó y montó una encuesta entre sus espectadores para saber si consideraban a Varela un héroe o un irresponsable. Sólo un 15% votó a favor de la última opción. El nuevo mártir de "Little Havana" dio alguna muestra de lucidez en la conversación:
“I never thought my life was in danger,” said Varela. “Yes, I got scared when the SWAT team shut down the lights in the building, but I relaxed when I turned on CNN and saw that they were covering the incident. I knew then that they could not kill me.”
Y luego dicen que la TV no salva vidas.
No será la última vez que el Miami Herald y su hermano en español, El Nuevo Herald, aparecen en las páginas de sucesos. Los integrantes de esta 'familia' se están tirando la rotativa a la cabeza. Un columnista de la edición español sugirió recientemente que un periodista del Miami Herald estaba a sueldo del espionaje cubano o que había sido manipulado por los agentes de Castro.
Los nuevos propietarios de ambos periódicos, la cadena McClatchy, quieren que El Nuevo Herald no esté copado por los sectores más radicales del anticastrismo, como se demostró en el escándalo de los periodistas que cobraban también por sus colaboraciones con Radio y TV Martí. Estos cambios están poniendo de los nervios a muchos en Miami.
Ahora que el caballo está a punto de morirse, parece que hay más motivos para que vuelen las pistolas en Miami que en Cuba. Aunque sean de juguete.
Posted by Iñigo at Diciembre 1, 2006 01:23 PM
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