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Diciembre 21, 2006
El mes de enero está de luto en Turkmenistán
En un gesto de profunda deslealtad, el corazón de Saparmurat Niyázov, de 66 años, ha dejado de latir. A pesar de todo lo que le aman los ciudadanos de Turkmenistán, parece que sus órganos vitales tenían una opinión diferente al respecto. Cuánta ingratitud.
Niyázov había impuesto en los últimos 20 años un culto a la personalidad que rivalizaba con el de Corea del Norte con la diferencia de que su peinado daba más juego. Con la ayuda del tinte, tenía un cierto aire a un Elvis con la cara hinchada por la buena vida.
Los retratos oficiales onmipresentes y el rostro en los billetes eran simples bagatelas. El país se había convertido en una especie de parque temático en honor del dictador. El mes de enero pasó a tomar oficialmente su nombre (abril perdió el suyo en favor de su madre). Se dice que hasta un cráter de la luna y un planeta lejano gozaron de la misma distinción. Es de suponer que sus habitantes no fueron informados.
Las estatuas abundaban por todas las ciudades, aunque era la capital la que ostentaba el mayor honor: una efigie cubierta de oro que gira para estar siempre de cara al sol.
Niyázov devolvía tanta gratitud a los súbditos no con dinero, que envilece tanto al que lo entrega como al que lo recibe, sino con sabios consejos. Prohibió el ballet, la ópera, las barbas y los dientes de oro. Al igual que la ministra española de Sanidad, estaba en contra de los videojuegos. También fueron prohibidos.
El uso continuado de tinte para el pelo le daba una gran autoridad en los asuntos estéticos. Ordenó a los presentadores de televisión que no se maquillaran. Les explicó con gran paciencia que sus rostros casi blancos impedían vislumbrar ese tono similar al trigo que la naturaleza ha concedido a los habitantes del país:
"Some of your female [TV] presenters have their faces painted heavily, as white as lime. Why are they doing this? Turkmens have always had wheat-coloured faces. The colour of wheat is a natural look for Turkmens. This is a much-loved colour. One's personal charm is even compared to wheat itself. So do not wear heavy make-up and be careful of it. Sometimes you do this [make-up] for boys so that it is hard even for me to recognize them."
Como la gente es perezosa, escribió un libro, llamado "Ruhnama", que unió todas esas enseñanzas. De más está decir que su lectura marcaba el recto camino que debían seguir los habitantes de Turkmenistán. El libro también tenía su propio monumento.
Su interés por la cultura casi era tan grande como el descomunal edificio en forma de libro que mandó construir en la capital. Recibió el nombre de "Casa de la Libre Creatividad". Las organizaciones de derechos humanos, siempre ingratas, no supieron apreciar la ironía y colocaron al país entre los lugares más peligrosos para esos excéntricos que valoran la libertad de expresión.
Entre otros asuntos más mundanos, hay que destacar que Turkmenistán es el quinto país del mundo en reservas de gas. Sus cinco millones de habitantes viven en la pobreza y afrontan uno de los peores índices del mundo en mortalidad infantil. Son detalles que no impidieron a líderes norteamericanos y europeos intentar hacer tratos con Niyázov, lo que no siempre resulta fácil. Al menos, Rumsfeld consiguió permisos para el sobrevuelo de aviones norteamericanos embarcados en la "guerra contra el terrorismo".
Otros negocios fueron más rentables. Para saber exactamente dónde va el dinero del gas sólo hay que mirar en el contrato que Turkmenistán firmó con Ucrania en el 2001. A cambio del suministro pactado, los ucranianos tenían que pagar, por ejemplo el año siguiente, 1.680 millones de dólares. ¿Dónde tenían que ingresar el dinero? En una cuenta a nombre de Niyázov, perdón, del Banco Central de Turkmenistán, en el Deutsche Bank de Frankfurt.
Supongo que las banderas en las sedes centrales del Deutsche Bank y de DaimlerChrysler, que financió la traducción al alemán de "Ruhnama", ondearán hoy a media asta. Por razones contractuales.
Una pregunta: ¿quién habrá pagado la traducción al español de tan augusto libro?
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Y de postre, una imagen entrañable del dictador. Atentos a la cara de asco de la niña. La paloma prefiere no pronunciarse por si acaba en la cazuela.
Posted by Iñigo at Diciembre 21, 2006 07:25 PM
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Comments
Desde luego es un punto que a cada picá que te de le hagan un monumento.
Ya mas en serio:
¿No pueden simplemente trincar el dinero sin tanta obra para mayor gloria suya? ¿que es lo que le pone en eso?
Al final estos casposos utilizan el omnímodo poder en que todo el mundo lo vea con la foto de cuando eran jovenes y no tenían arrugas, porque hay que ver que desmejorado estaba el Ceaucescu de verdad respecto al que aparacia en los descomunales carteles de las calles de Bucarest.
Posted by: pecha at Diciembre 21, 2006 09:07 PM
Por cierto, aprecio cierto estilo marbellí en las obras públicas.
Posted by: pecha at Diciembre 21, 2006 10:03 PM
Pero eso les pasa a todos, Kim il Sung, el norcoreano y su hijo Kim jong il ¿lo habré dicho bien?, siguen apareciendo como si fueran veinteañeros en todas las fotos y cuadros. Al primero le borraban en todas las fotos un bulto que tenía en el cuello, y al hijo, pues me imagino que le pondrán pelo en la calva y le quitarán arrugas.
Esosí, se les debe de poner muy dura el verse en tamaños monumentos.
Pobres gobernados, como siempre.
Posted by: alejandro at Diciembre 24, 2006 09:11 AM