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Diciembre 05, 2006
Ségolène se va a la guerra
Ségolène Royal ha picado alto en su primer viaje al extranjero después de convertirse en candidata de los socialistas a la presidencia de Francia. Como a estas cosas se les llama bautismo de fuego, nada mejor que la zona del mundo más relacionada con la guerra. Ha pasado por Jerusalén, Gaza, Ammán y Beirut. Ha sido valiente --eso no se puede negar-- porque al final ha vuelto a casa con algunos impactos en el vestido. Nadie sale indemne del primer contacto con Oriente Medio.
Royal fue a lo seguro. Básicamente, se trataba de decir a sus interlocutores precisamente lo que querían escuchar. Ante Abú Mazen, pidió un Gobierno palestino de unidad nacional y que se ponga fin al boicot financiero de la Autoridad Palestina. Ante Olmert, pidió mano dura con Irán y libertad para los soldados israelíes en manos de Hizbolá. En Beirut, hizo votos por un Líbano democrático y en paz, y se comprometió a que Francia ayude al país a recuperar la prosperidad.
Una faena de aliño. No importa. Gente con más experiencia diplomática que ella se pasea por allí con declaraciones similares. Lo que importaba eran las fotos.
Pero en Oriente Medio ni siquiera yendo de puntillas se libra uno de pisar una mina. Una le estalló a Royal sin que, aparentemente, se diera cuenta. En su presencia, un diputado de Hizbolá comparó la ocupación israelí del Líbano con la ocupación nazi de Francia. La socialista francesa no respondió al exabrupto y luego achacó su silencio a un error del traductor. Un día más tarde, dijo que habría abandonado la reunión si le hubieran traducido esas palabras.
Mucho más calado tendrá lo que dijo en Israel al referirse a Irán. Ségolène Royal se mostró tajante en su rechazo a su programa nuclear. No se refería sólo a las sospechas sobre armas nucleares:
"I oppose all Iranian nuclear development, including civilian development," she said, "because I know how easy the transition is between civilian and military development."
Ésa no es la postura del actual Gobierno francés ni de la Unión Europea. Hasta EEUU está dispuesto a aceptar un programa nuclear civil en Irán, siempre que Teherán acepte los máximos controles sobre su funcionamiento, el tipo de vigilancia que hasta ahora los ayatolás se niegan a aceptar.
Sería conveniente que la candidata socialista, como ya le recordaron en las primarias, se leyera el Tratado de No Proliferación Nuclear. Porque parece que no lo conoce.
¿Pretende Royal superar a George Bush por la derecha? Si llega al poder y rompe el consenso europeo, ¿cuál es su alternativa para el caso de que las negociaciones con Irán no den ningún fruto?
Muchas de las sospechas sobre las pretensiones nucleares de los iraníes son legítimas. El comportamiento de Teherán, además, contribuye a alimentarlas. Con todo, no sé exactamente qué derecho tiene Francia, con o sin la sonrisa de Royal, a prohibir a un país de Oriente Medio la construcción de centrales nucleares.
Si lo hiciera, siempre habría alguien que podría recordar que la ayuda de Francia fue básica para que Israel pudiera fabricar sus propias armas nucleares.
Ha pasado mucho tiempo, exactamente 90 años, desde la última vez en que Francia dio órdenes en Oriente Medio, con las consecuencias penosas que aún estamos sufriendo. Y algo menos de tiempo, 50 años, desde que Francia enterró en Suez sus aspiraciones imperiales en la zona.
Royal ya debería saberlo.
Posted by Iñigo at Diciembre 5, 2006 09:10 PM
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