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Enero 24, 2007
Dead man walking
Con un índice de aprobación del 28%, un presidente que se sube a la tribuna para pronunciar el discurso del Estado de la Unión tiene un indeleble olor a cadáver. Si además, con independencia de los obstáculos que debe superar, se encuentra a un par de años de finalizar su segundo y último mandato, sólo queda ya comenzar los preparativos del entierro. No tan rápido. La vida siempre da segundas oportunidades a los presidentes de EEUU. A esa esperanza se ata George Bush, de forma casi desesperada.
Con 130.000 soldados en Irak y otros 20.000 en camino, nada de lo que diga Bush es irrelevante. Todas las leyes que apruebe el Congreso deben pasar por su firma. Él es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas más poderosas del planeta. Puede responder a cualquier amenaza con una impresionante demostración de poderío militar y, como sabemos, hasta puede hacer que ese problema sea aún más grave.
Y sin embargo, parece que el discurso pronunciado esta madrugada lleva camino de caer en el olvido en cuestión de días. Lo que no se le puede negar es valentía. Del análisis de las palabras pronunciadas por Bush en todas sus comparecencias anuales para hablar del Estado de la Unión, se deduce que el presidente seguirá hasta el final defendiendo su posición sobre la guerra de Irak.
No le importa --quizá porque ya no tiene elección-- que los norteamericanos no le crean. Tiene que saber que ha prometido tantas veces la victoria que pocos confían en que llegue. Cada vez que Bush pronuncia la palabra 'Irak', los estadounidenses tuercen el gesto. Pero no se resigna. Como el escorpión que se hunde con la rana a la que pidió ayuda para cruzar el río, parece decir: ya sé que no debería hacerlo, pero está en mi naturaleza.
En 1995, Clinton se vio ante una tesitura similar. Su discurso, largo hasta la exasperación, no convenció a políticos y periodistas. Los votantes reaccionaron con menos hostilidad y apoyaron la lista de reformas internas que Clinton apuntó en la tribuna. Hubo otros factores que explicaron su posterior resurrección, pero el discurso de ese año fue una de las piedras angulares de la segunda vida de un político que parecía un tentetieso. Cuanto más le sacudían, más rápidamente volvía a su posición inicial.
Quizá pase lo mismo con Bush. Quizá sus propuestas de política interna, ante las que la prensa ha reaccionado con bostezos, tengan un impacto mayor en la opinión pública. No es imposible que ocurra, pero sí es extremadamente improbable.
Todo lo que ocurre ahora mismo en la política norteamericana está condicionado por la guerra de Irak. En el recuento de palabras del que hablaba antes queda claro. Las referencias a la economía y a proyectos estrella de años anteriores, como la reforma de las pensiones, se han reducido este año hasta quedar en nada. Irak sigue ahí como un monstruo gigantesco en una esquina del Despacho Oval.
Seis años después de presentarse en la Casa Blanca, Bush ha descubierto el tema del petróleo y la energía. Es un asunto que requiere un considerable esfuerzo político en un país que consume petróleo con la misma alegría con que un marinero borracho se lanza a por un vaso de whisky. Bush habló esta madrugada de buscar combustibles alternativos, pero sin la convicción ni el capital político necesarios. Nunca ha pedido sacrificios económicos a sus votantes y no lo va a hacer ahora.
Hay que anotar que el presidente ha dejado de creer en cuentos de hadas. Ahora ya habla del "serio desafío del cambio climático global". Parece que ya no es un invento de ecologistas descerebrados. Son sólo palabras. Se refiere a los cambios tecnológicos que podrían ayudarnos a afrontar ese problema. No necesitamos asumir sacrificios, la ciencia vendrá a salvarnos y, sin poner nada de nuestra parte, nos sacará del agujero en que nos hemos metido. Claro. Seguro que sí.
Todo eso es sólo la guarnición. El plato principal en la mesa continúa siendo Irak y la receta es la misma que ya ha fracasado. Bush pide básicamente a sus compatriotas que tengan algo más de paciencia con una estrategia que de entrada rechazan con claridad en las encuestas.
Va a ser una agonía terrible.
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Texto íntegro del discurso de Bush sobre el Estado de la Unión.
La respuesta oficial de los demócratas: el discurso del senador Jim Webb.
Otro recuento de las palabras de Bush en el discurso en The Washington Post.
El tiempo que dedicó a cada asunto.
Posted by Iñigo at Enero 24, 2007 12:02 PM
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Comments
En la MSNBC estan realizando una encuesta sobre si Bush deberia ser juzgado...
Viendo los resaultados, deberian de tocarle unas vacaciones en guantanamo. http://www.msnbc.msn.com/id/10562904/from/ET/
Posted by: AnonimoNoSospechoso at Enero 24, 2007 02:23 PM
Bush con tal de no hablar de Irak es capaz de tratar desde la lucha contra el cambio climático a las medidas para corregir el déficit. Si se le sobrara tiempo lo mismo hablaba de legalizar los porros.
Escucho en la radio que Blair tambien ha comparecido, pero cuando tenía que hablar de Irak apenas ha podido quedarse por problemas de agenda. Otro que igual baila.
Pensaran que para que hablar si ya las noticias llenan páginas del tema y ni los incondicionales se tragan la bola.
Dado el -diciendolo suave- "desaguisado" que ha producido Bush en Irak, qué menos que huela a cadáver...
Posted by: pecha at Enero 24, 2007 03:33 PM
Muy bueno lo de la encuesta, Anónimotalycual.
Como no va a ser un cadaver político. Semejante personaje, jamás debió salir de "Valladolid" ^_^
Eso si, el retiro le vendrá muy bien.
A disfrutar de las ganancias, y a morir en la cama.
Como todo buen hijoputa.
¿Y juzgarlo? Si hombre, a un presidente de la democrácia no se le juzga ni cuelga. Que tenemos unas apariencias que guardar.
650.000 muertos, por el morro??
A quien le importan?
Posted by: nushu at Enero 24, 2007 05:22 PM
"Parece que ya no es un invento de ecologistas descerebrados."
Hoy mismo:
http://www.arcadi.espasa.com/php_built/001465.php
«El año era 1895, y fue uno de los cuatro períodos de los últimos cien años en que los grandes medios de prensa predijeron una inminente crisis climática. Cada predicción llevaba sus propios elementos apocalípticos, diciendo que Canadá podría ser 'barrida del mapa' o que la disminución en las cosechas significaría que millones de seres morirían de hambre. El tiempo fue cambiando y lo mismo sucedió con la cobertura periodística -ya sea soplando caliente o frío según los cambios de la temperatura.»
Cuidado, no vayas a ser tu el descerebrado.
Posted by: apachito at Enero 24, 2007 09:51 PM
Hombre, Arcadi vuelve en su viejo papel de 'yo soy el que más sabe de televisión del mundo'. No, de televisión, no, de todo lo demás. Me van a rectificar a mí los científicos. Quiá.
Dicho esto, ya comenté hace unos días que mucho de lo que se escucha últimamente en los informativos de televisión sobre el cambio climático es una completa exageración basada en confundir cambios climáticos a largo plazo con cosas como la "pertinaz sequía".
Posted by: Iñigo at Enero 24, 2007 10:21 PM
¿"Vuelve"?
Posted by: Ikke Leonhardt at Enero 25, 2007 10:31 AM