Guerra Eterna

Seguro que el director vasco admira a Terry Gilliam y seguro que pudo llegar a pensar en algún momento de desesperación que todo podía terminar como esa pesadilla non nata que fue el rodaje de la película del Quijote en las Bárdenas de Navarra. Pero al día siguiente, el sol volvía a brillar, los actores aparecían sin ganas de estrangular al director y éste, con la ayuda terapéutica del blog, recuperaba fuerzas para seguir dirigiendo a las tropas.

Leer el blog de Alex ha sido una experiencia imprescindible para todos aquellos interesados en el cine. Ves por ejemplo cómo el director se deshace en elogios a sus actores y algunos de ellos pueden parecerte exagerados. Como los generales en el campo de batalla --me refiero a los buenos, claro--, el director de cine sabe que vivirá y morirá con su reparto. Si deja de creer en ellos, está muerto.

He visto todas las películas de Alex de la Iglesia, y debo decir que no todas me han gustado, o no todas me han parecido que son de mear y no echar gota. Pero siempre que aparece en las salas una de las suyas sé que voy a estar allí. Es mi única cita obligada con el cine español.

Recuerdo que una vez que me ocupaba en agosto de la edición de un informativo de Telecinco leí en el periódico que Alex había comenzado el montaje de "800 balas". El director contaba que era la primera vez que estaba metido en la producción del film con lo que el acojone inevitable en estos casos se multiplicaba por dos y podía medirse en euros contantes y sonantes. Evidentemente, lo menos que necesitaba era ponerse delante de los periodistas cuando lo que tenía que hacer es concentrarse por entero en el montaje.

No voy a comparar la tensión que se vive en una redacción --me refiero a las épocas como el verano en las que no hay noticias que echarse a la boca-- con la que aguantan los cineastas, pero lo cierto es que se le acerca bastante. Tienes que combinar la capacidad para la súplica de los mendigos profesionales con la frialdad sin escrúpulos de un asesino a sueldo. Y si de algo no puede prescindir el cine español en su desequilibrada batalla con el cine de EEUU para captar la atención de los espectadores es de promoción, así que encargué a la sección de cultura que se pusiera en contacto con Alex de la Iglesia para que nos recibiera también a nosotros. Y lo hizo, supongo que acordándose cristianamente de nuestras madres por tener que empezar de forma anticipada con la tarea de responder preguntas mucho antes de la fecha de estreno.

Juro que ese atraco profesional era también una forma modesta de echar una mano a una película que, como todas las españolas, necesitaría que se hablara de ella, y que además contaba con el gran Sancho Gracia al frente del reparto. Por razones mucho más livianas, las televisiones dedican miríadas de minutos a asuntos más irrelevantes.

Por la misma razón, reclamo ahora la atención de todos los que escriben blogs. En reconocimiento a la entrada de Alex de la Iglesia en la cofradía de los bloggers, lo menos que pueden hacer es comprar una entrada cuando toque para ver "Los crímenes de Oxford". Coño, después de tanto sufrimiento leyendo el blog trepidante del rodaje, la experiencia de ver la película será mucho más relajante.
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Antes de cerrar la tienda, Alex de la Iglesia ha hecho una breve crítica de "300" con una recomendación que todo el mundo debería tener presente al dar su opinión sobre una película: "Vamos a ver: la muñeca o el balón. Todo no se puede". Pauline Kael no lo habría dicho mejor.