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Mayo 28, 2007
Defina victoria
Leo en muchos sitios que la victoria del PP en las elecciones municipales puede ser la antesala de su vuelta al poder en España. "La serie histórica indica que quien gana en número de votos en las municipales gana después en las generales", dice el editorial de El Mundo. Me pregunto por qué nadie informó a Aznar de una estadística tan irrefutable cuando el anterior presidente hizo balance de las elecciones del 2003, en las que el PSOE derrotó al PP en el recuento de votos, no así en el de concejales:
El presidente del Gobierno, José María Aznar, dijo hoy ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP que los resultados electorales permiten asegurar que "no hay cambio de ciclo ni punto de inflexión" en el respaldo mayoritario de los españoles a su partido y que el "oportunismo callejero" del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ha fracasado.Según varios asistentes a esa reunión, el jefe del Ejecutivo se ha preguntado en voz alta qué le hace falta a Rodríguez Zapatero para ganar unas elecciones si, después de movilizaciones como las del desastre del buque "Prestige" y la de la guerra de Iraq, el resultado que ha cosechado en votos es tan exiguo.
Cambiese "buque Prestige" por "estatuto catalán" y "guerra de Iraq" por "negociación con ETA", y que cada uno saque sus conclusiones.
Aznar y El Mundo no son los únicos que no movieron una ceja tras las anteriores elecciones municipales. Casi nadie pensó que la escasa victoria del PSOE había colocado al PP contra las cuerdas. Antes al contrario. ABC decía que el resultado dejaba las manos libres a Aznar para "afrontar el proceso sucesorio", es decir, para elegir a dedo al próximo candidato del PP. ¿Serie histórica? Lo siento, esa clase me la perdí.
De todas las acepciones que el diccionario de la RAE da para el adjetivo "pírrico", la tercera viene hoy al pelo: "De poco valor o insuficiente, especialmente en proporción al esfuerzo realizado". El PP presentó los comicios con los que se eligen a los concejales y los parlamentarios autonómicos como un plebiscito para salvar a España. Aznar elevó la apuesta dejando a los votantes dos opciones, votar al PP o a ETA, en el segundo caso a través de los apaciguadores y cómplices de los terroristas.
El órdago a la grande no ha servido para ganar la partida. Los únicos vuelcos que pueden darse en las autonomías (Navarra, Baleares y Canarias), a expensas de unos pactos que están aún por ver, sólo pueden beneficiar al PSOE, no al PP. En las capitales de provincia, el PP está en condiciones de recuperar dos alcaldías, y el PSOE cerca de diez. Y no olvidemos que el PSOE inició su decadencia electoral a mediados de los noventa perdiendo el poder a chorros en las ciudades de más de 50.000 habitantes. Se dijo --luego se vio que con razón-- que los socialistas resultaban una opción cada vez menos atractiva para las clases medias urbanas. El aviso mira ahora hacia el otro lado.
Allí donde la supuesta victoria de los terroristas sería más evidente, el mensaje catastrofista de Rajoy y Aznar ha sido recibido con un aumento de votos para el PSOE. El PP vasco va a perder la alcaldía de Vitoria y la Diputación de Álava. En Navarra, el presidente Miguel Sanz pide desesperado un acuerdo al mismo partido al que acusó de haber llegado a un pacto con los terroristas a expensas de la comunidad foral. Pactar con UPN y con ETA al mismo tiempo. Eso sí que sería un ejemplo de flexibilidad.
La famosa "serie histórica" vale menos que un pronóstico de Sanz. En las tres últimas elecciones municipales, la diferencia de votos entre el PSOE y el PP ha sido ínfima, de menos de un punto.
1999: PP: 34,44%. PSOE: 34,26%.
2003: PSOE: 34,83%. PP: 34,29%.
2007: PP: 35,65%. PSOE: 34,93%.
En ese periodo de tiempo, el PP ganó las elecciones generales del 2000 con una ventaja de 10,5 puntos, y el PSOE las del 2004, con una ventaja de 5,4 puntos. Parece claro que en ambos casos hubo razones políticas que justificaron esas diferencias que nada tenían que ver con las elecciones municipales.
Donde sí ha resultado efectivo para el PP enarbolar la bandera, el himno y la Virgen del Pilar ha sido en Madrid y la Comunidad Valenciana. Allí se ha producido una impresionante movilización de las bases del partido que ha logrado entusiasmar a sus votantes. La estrategia ha contado con unos aliados no muy inesperados: los dirigentes de la izquierda madrileña, expertos en el arte de dispararse en el pie con una contumaz precisión. El PSOE presentó una pareja de candidatos casi cómica. A sus votantes potenciales no les hizo ninguna gracia.
Si Zapatero quiere regalar la Moncloa a Rajoy, sólo tiene que repetir el experimento Sebastián, y colocar de número dos en la lista por Madrid a otro economista con experiencia en un banco o una catedrática de universidad conocida sólo por sus alumnos y por los lectores de las páginas de educación de El País.
Pero si el fiasco de Madrid le deja claro a Zapatero que terminará pagando muy caro si persiste en dejar la capital de España en manos del PP, es posible que la sonrisa de Rajoy coja un rictus preocupante. Al presidente no le servirá bregar como un gregario por media España para levantar la campaña de su partido. ¿A quién confiará enarbolar el cartel socialista en Madrid mientras él esté en Andalucía, Galicia o Cataluña? Debería comenzar a pensar en poner en ese puesto de número dos de la candidatura a Fernández de la Vega y abstenerse de novatos. Así quizá tenga alguna posibilidad de hacer ver a los votantes madrileños que está vez el PSOE va en serio en la capital.
Los que quieran perder dinero sólo tienen que apostar a que las próximas elecciones generales darán la victoria por mayoría absoluta al PSOE o al PP. Se adivina un resultado muy apretado, porque lo que sí han confirmado las votaciones del domingo es que el país está dividido en dos bloques bastante similares, cada uno encasillado en sus posiciones y con pocas opciones para acuerdos entre los dos grandes partidos.
El PP ha echado el resto movilizando a sus bases y el PSOE ha aguantado el tirón en sus baluartes. Para Rajoy, tiene que resultar angustioso saber que la maquinaria electoral de los socialistas andaluces (que mete tanto miedo como la del Partido Republicano en EEUU) funcionará a pleno ritmo dentro de unos meses, no como ahora. Zapatero debería estar algo preocupado al confirmarse que su otro manantial de votos, Cataluña, presenta unos agudos síntomas de estar secándose. Los políticos catalanes están consiguiendo matar de hastío a sus votantes. Pero al final, cada provincia envía al Congreso los diputados que le corresponden con independencia del índice de abstención, y allí el PSC juega con ventaja.
Se equivocan quienes calculan que un adelanto electoral en septiembre y octubre es casi inevitable, ya que Zapatero no querrá pasar por la agonía de pactar otros presupuestos. Un Gobierno sólo adelanta unas elecciones cuando está en una situación de extrema dificultad. Cada día en el poder es un día más en el que tienes derecho a añadir unas páginas al BOE. Un día aparecen de improviso unas subvenciones, al otro surgen créditos o becas para estudiantes, amas de casa o militares sin graduación. El BOE es un pozo sin fondo del que tanta gente puede beber. Y con una economía creciendo al 4%, más que un pozo, es un embalse.
Negociar los próximos presupuestos será una forma de invertir en los resultados de los comicios que se celebrarán unos meses después. Para Zapatero, será una buena oportunidad de ganarse el apoyo de los mismos partidos a los que necesitará cuando se cierren las urnas.
Después de pasarse más de tres años acusando a los que no piensan como él de romper España, ¿qué podrá ofrecerles Rajoy? ¿Sentido común?
Posted by Iñigo at Mayo 28, 2007 09:07 PM
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Comments
Plas, plas, plas.
Magnífico análisis, si señor.
Nunca entendí la reacción del colectivo feminista, el pasado otoño, cuando se rumoreaba la posible elección como candidata de De la Vega. Me parecía la mmejor opción, la más seria pero les dio por empezar una campaña de sms y mails que, imagino, hizo replantearselo a ZP, ese gran carácter.
El otro problema en Madrid viene de la no-dimidión de Simancas el día del Tamayazo, esa derrota se olía desde hace meses.
Un saludo.
Posted by: araña at Mayo 28, 2007 09:33 PM
Estoy de acuerdo de que el PSOE tenia que have luchado por Madrid y De la Vega habria sido la mejor opcion.
Posted by: Turambar at Mayo 28, 2007 10:10 PM
No se si Simancas tendria que haber dimitido por lo del Tamayazo (cuando te clavan un cuchillo por la espalda es dificil sentirse culpable) pero si que deberia haber habido alguna consecuencia ¿Un juicio?
Y desde luego, despues de lo que ha caido, Simancas podria haber sudado la camiseta, por lo menos. La campaña del duo ha sido patetica, y mira que es facil desmontar las mentiras de Espe.
El analisis me parece muy lucido, o sea, que ademas de estar de acuerdo con casi todo el, me parece fantasticamente argumentado.
Yo sospecho que hay un empate tecnico PP/PSOE, con los nacionalistas quitandole votos al PP y la IU etc. al PSOE. Apuesto por otra victoria del PSOE en las proximas generales.
Posted by: josean at Mayo 28, 2007 10:15 PM
Estoy harto de tertulias discutiendo este tema. A mi, personalmente, me suda la... me da igual quién "ha ganado" las elecciones.
En mi ciudad, que es lo que me afecta, a vuelto a ganar el PP con mayoría absoluta, por desgracia. Claro, que con votantes como uno que opinaba ayer que si el PSOE gana la alcaldía "le ponen un cementerio a los musulmanes" (sic), pues no se yo si es para estar orgulloso.
A lo de "pareja casi cómica" tendrías que quitarle el "casi". Dios mío, si parecen Abbot y Costello.
Buen análisis Iñigo, claro que a este blog siempre le he visto yo un fondo rojo... ;)
Posted by: Waterlord at Mayo 29, 2007 01:06 AM
Otra cosa que no se suele tener en cuenta, es que los partidos de ambito regional (nacionalistas o no) en terminos de representatividad democratica, y mas alla de posibles pactos, tambien cuentan, y el discurso del PP les hace totalmente incompatibles con muchos de ellos. Si en vez de elegir a los ganadores, se pudiesen tambien votar (o botar) a los (que se desea como) perdedores, quizas los resultados tuviesen distinto color y una interpretacion aun mas diferente.
Ganar votos a cambio de que otros, que aunque no fuesen potenciales votantes, pasen de la indeferencia o cercanos, a la mas directa aversion, es quemarse; no es ganar, es perder con facha de vencedor; son victorias nominales a la sombra del sistema de elecciones vigente; aunque pueda cosechar victorias puntuales, no pueden fraguar de forma permanente, ni favorecer ningun tipo de construccion nacional (o lo que sea) puesto que crece sobre una base excluyente, que se limita a si misma, y que definitivamente no encaja con cualquier definicion que se haga de democracia representativa, por mas que encaje en sus normas.
Pues eso.
Posted by: Kaptain Hooker at Mayo 29, 2007 03:36 AM
Muy buen análisis, y muy acertado enlazar a Joan Barril.
En Catalunya es donde la abstención ha sido más alta, y dentro de Catalunya, en Barcelona. Yo no me abstuve, pero voté en blanco por primera vez desde que voto.
Sinceramente, demasadas elecciones en poco tiempo, y muchas decepciones en todos los partidos. Además, los candidatos del ayuntamiento de BCN eran patéticos todos. Uno tenía un cartel sacado de los teleñecos, el otro iba repartiendo manzanas, otro más tenía un cartel hecho por el publicista de Vueling, la otra iba diciendo que es antisistema y el del PP, a su rollo habitual.
Las elecciones generales... no sé. En Catalunya no existe esta bipolaridad PP/PSOE que vivís en otros sitios, y era cosa más bien de CiU contra el tripartit. Pero vaya, eso no justifica nada es igual de triste. He visto niños de 5 años que se pelean de manera más racional.
Posted by: Nau at Mayo 29, 2007 10:31 AM