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Agosto 30, 2007
Gilipollas
Siempre me encantan las crónicas televisivas de Javier Pérez de Albéniz. Es cierto que cuando no utiliza la katana echa mano del hacha, y a veces del fusil de asalto, pero ya se sabe que la televisión tiene la virtud de poner de los nervios a los espectadores inteligentes. Por eso, me parece tan lamentable que incurra en el mismo vicio de la hagiografía que él suele denunciar con tanto brío.
Ve un rótulo en los informativos de Telecinco sobre Francisco Umbral que dice "Maestro polémico" y monta en cólera. ¿Cómo se atreven a cuestionar al incuestionable? ¿Cómo se puede caer en tal infamia? Pérez de Albeniz no admite discusión. Los que no reconozcan la grandeza de Umbral son unos gilipollas.
El mundo al revés. Los que no agachan la cabeza y no se rinden al discurso oficial de los periódicos son los tontos.
Como si no hubiera gente que no soportaba a Umbral, incluso en la época en la que escribía como un ángel irreverente. De eso hace ya mucho tiempo. Cuando no lo regaban con todos los premios posibles. Excepto el Nobel, pero ya se sabe que los suecos son unos gilipollas.
Nota para los lectores de derechas: sí, es cierto, cuando Umbral era de izquierdas también había gente que no lo podía ni ver.
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Lo malo de la hagiografía es que sus practicantes son los primeros que consiguen ponerse en ridículo sin colaboración de personas interpuestas. Y por extensión terminan poniendo en ridículo al objeto de sus genuflexiones. El titular de la primera página de El Mundo lo borda: romanticismo, clasicismo, las uvas doradas, punto. Qué raro, no hay elogios a ese "apóstol de la honradez" que es Rajoy. Como para no hacer chistes (negrísimos) sobre el tema.
Posted by Iñigo at Agosto 30, 2007 12:36 AM
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Comments
El debate sobre la loa o escarnio de la figura de Umbral está ya tan extendido por la red que parece que poco hay que decir. Supongo que nos queda muchísimo que aprender de una cultura como la anglosajona (narices tiene...) en la que es perfectamente posible separar la brillantez de la obra del autor de su persona, como por ejemplo se ha hecho siempre con Truman Capote o, por qué no, Tom Wolfe.
Supongo que, como he leído por ahí, lo mejor que se puede extraer de todo esto es que cuando los que morimos somos unos gilipollas sin talento se nos recuerda como eso. Como unos gilipollas. Y el talento parece poder tapar, en cierta medida y para cierta gente, eso. Lo cual, en los tiempos mediáticos que corren, es un cierto consuelo. ¿No? Sólo el dinero puede conseguir un efecto parecido.
Posted by: John Constantine at Agosto 30, 2007 09:29 AM
Que conste que he intentado autoengañarme y concederte una oportunidad pero, como dijo Chávez -o fue Chaves?- 'Aquí huele a sectarismo!'
A seguir bien!
Posted by: Armando at Agosto 30, 2007 05:18 PM
Prometo que cuando he leído el título del post he creído que por fin había algo de autocrítica. No sé por qué, pero estoy seguro que no he sido el único que lo ha pensado.
Posted by: Aragorn de Mordor at Agosto 31, 2007 12:26 PM
Es que por aquí somos poco dados al ditirambo. Al que no le guste el blog que no lo lea.
Posted by: Marcus at Agosto 31, 2007 01:33 PM
Nunca he entendido por qué todos los "libegales" se dedican a recorrer blogs y escribir básicamente "ah, qué dolorosa sorpresa me da hoy este blog, en mi inocencia".
Posted by: tp at Agosto 31, 2007 07:17 PM