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Febrero 10, 2008

Jack Bauer pierde el gusto por la tortura

Corren malos tiempos para la tortura. Sus principales padrinos, Bush & Cheney & Associates, matan el tiempo en la Casa Blanca sumergidos en un nivel de descrédito que pocos presidentes han soportado en su año final en el poder. El último sondeo, de Associated Press-Ipsos, da a Bush un apoyo del 30%. Por debajo de eso ya sólo queda la muerte social.

No es el único cuyo share está por los suelos. El torturador en jefe de la "guerra contra el terrorismo", un agente llamado Jack Bauer, también pasa por horas bajas.

No resulta extraño que sea un personaje de ficción, el protagonista de la serie televisiva 24, quien mejor represente la idea de que contra los terroristas la ley es un estorbo que además juega a favor de los fanáticos. Los atentados de Al Qaeda son algo dolorosamente real.

Sin embargo, la respuesta desproporcionada e histérica procedente de EEUU contra esa violencia se ha basado en esta década en los mismos supuestos ficticios con los que los programadores de la serie han captado la atención de los espectadores.

Bauer era el agente perfecto en la nueva narrativa instaurada por la Administración de Bush. Antes del 2001, 24 sólo era una serie de acción trepidante y planteamiento original. Después, se convirtió, al menos en EEUU, en un excelente aliado del mensaje propagandístico que tan bien manejaba Darth Cheney.

Ese "lado oscuro" –en expresión utilizada por el propio vicepresidente– en el que tendrían que operar los servicios de inteligencia era el paisaje más adecuado para Bauer. Sin sadismos pero con eficacia profesional, Bauer torturaba a todo aquel que supiera algo con lo que continuar su frenética investigación. La narrativa se imponía por sí sola: romper un brazo, disparar un tiro en la rodilla o presionar una herida de bala eran el precio que había que pagar para impedir un atentado de proporciones monstruosas.

¿Quién no está dispuesto a permitir algo así cuando hay tantas mujeres y niños a los que salvar en el último minuto?

Hubo un tiempo en que en el cine de Hollywood la tortura estaba reservada a los villanos más abyectos. Ni siquiera John Rambo se hubiera rebajado a tanto. Gracias a la popularización de ese "lado oscuro" ahora eran los héroes, los chicos buenos, los que torturaban.

La audiencia acompañó a la serie (18 millones de norteamericanos veían cada capítulo) y curiosamente, como demuestra un reciente artículo en The Wall Street Journal, discurría en paralelo a la popularidad de Bush. La realidad y ficción transitaban por el mismo camino.

Los responsables políticos del Pentágono estaban contentos, los militares no tanto. El rector de la Academia Militar de West Point viajó personalmente a California para advertir a los responsables de la serie de su influencia perniciosa en los jóvenes militares. Iban a terminar pensando que la tortura funciona, cuando tanto él como los tres interrogadores profesionales del FBI que le acompañaban en el viaje sabían que eso no era cierto. No le hicieron ningún caso.

En la última temporada el embrujo de la tortura empezó a perder atractivo. 24 se quedó sin una tercera parte de su audiencia. Los creadores iniciaron un tiempo de reflexión. No sabían qué hacer con su protagonista y hasta pensaron en enviarlo a África a que expiara sus pecados. Un poco de trabajo humanitario con una ONG limpiaría el expediente. La huelga de guionistas interrumpió sus delirios.

El descenso de los números de Bush y Bauer y la política norteamericana reciente permiten discutir la creencia de que sólo hay que convencer a la gente de que la amenaza terrorista es insoportable para que tire por el retrete todos los principios consagrados en la Constitución.

Al comenzar las primarias republicanas, los votantes conservadores tenían la opción de apoyar a Romney (que quería doblar Guantánamo en tamaño) o a Giuliani (de un belicismo casi paranoico). Y hasta había candidatos peores.

Pero prefirieron apostar por John McCain, un halcón, es cierto, pero que al menos tiene la decencia de rechazar la tortura porque resulta inmoral que una democracia emplee las mismas armas que tan apropiadas parecerían en las manos de un terrorista. Qué tiempos vivimos que nos parece llamativo que un conservador piense estas cosas.

De hecho, un 69% de los norteamericanos cree ahora que la técnica del waterboarding es una forma de tortura, a pesar de la ambigüedad calculada de las autoridades, y un 58% sostiene que no debería utilizarse para sacar información a los terroristas.

Son datos que dan motivos para un cierto optimismo. Quizá lo que ocurría es que los norteamericanos estaban dipuestos a mirar a otro lado y dejar a los sicarios de Cheney con sus palizas. Lo que no querían es convertir a su país en la única democracia del mundo en la que ciertas formas de tortura no se consideran tortura si las autoridades no les llaman tortura.
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Lunes
Hablar de 24 antes del 11-S no es del todo correcto (el primer capítulo se emitió el 6 de noviembre del 2001), pero espero que nadie crea que en dos meses se puede vender la serie a una cadena, escribir los guiones, contratar a los actores y rodar la temporada. Lo que debería haber aclarado es que la primera entrega de la serie se concibió y realizó antes del 11-S.

Para los interesados en mi cultura televisiva, diré que he visto la primera, segunda y sexta temporadas de la serie. Con la última pensé que la premisa de la serie empezaba ya a repetirse demasiado, pero aún así merecía la pena verla. Así que no pienso que todos los aficionados a 24 son unos torturadores en potencia.

La referencia a los 'rating' de la serie no es buena. Está sacada del artículo del WSJ, quizá se refiere a picos de audiencia de algún capítulo, pero la media de la última temporada es la segunda, y no la última, de la historia de la serie. Lo que sí es un hecho es que sus creadores piensan que da síntomas de agotamiento y están buscando ideas nuevas. O al menos es lo que estaban haciendo antes de que les pillara la huelga de guionistas.

Nadie se cree que antes del 11-S la tortura fuera absolutamente desconocida para los soldados norteamericanos o agentes de la CIA. Lo que me parece que es nuevo es el discurso legitimador de la tortura que hemos oído en boca de responsables de la Casa Blanca y el Pentágono.

Posted by Iñigo at Febrero 10, 2008 01:47 PM

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Comments

El gobierno norteamericano no practica la tortura como una "respuesta desproporcionada e histérica" al terrorismo. La llevan practicando desde hace décadas. La Escuela de las Américas ha sido durante decenios un "campo de entrenamiento de terroristas" y torturadores en América Latina, por poner sólo un ejemplo. Por favor, no reescribamos la historia. Lo novedoso de la era post 11-S, como muestra la serie 24 horas, ha sido la legitimación pública de prácticas que hasta entonces se hacían más o menos a escondidas o mediante testaferros.

Posted by: Samuel at Febrero 10, 2008 02:25 PM

Gran analisis diacrónico sobre el acervo cultural en los EEUU.

Por otra parte comentas que "Antes del 2001, 24 sólo era una serie de acción trepidante y de planteamiento original." ¿No fué estrenada en Noviembre de 2001?

Posted by: John Todd at Febrero 10, 2008 02:58 PM

En efecto, John Todd, el primer episodio de la primera temporada se emitió el 6 de noviembre de 2001. Este hecho fuerza a Sáenz de Igarte a corregir su análisis —"Antes del 2001", dice— o a explicarse mejor.

Posted by: Jack Bauer at Febrero 10, 2008 03:43 PM

"La audiencia acompañó a la serie (18 millones de norteamericanos veían cada capítulo) y curiosamente, como demuestra un reciente artículo en The Wall Street Journal, discurría en paralelo a la popularidad de Bush. La realidad y ficción transitaban por el mismo camino".

La tabla elaborada por TWSJ dibuja otra cosa: la época de mayor popularidad de George W. Bush coincidió con el menor número de espectadores de "24". Es más: mientras la popularidad del presidente cae, aumentan los espectadores de "24". La realidad y ficción transitaban... por caminos opuestos.
Por cierto, eso de que "18 millones de norteamericanos veían cada capítulo" es falso de toda falsedad. ¿"Cada capítulo"? Véase la tabla.

"En la última temporada el embrujo de la tortura empezó a perder atractivo. 24 se quedó sin una tercera parte de su audiencia. Los creadores iniciaron un tiempo de reflexión. No sabían qué hacer con su protagonista y hasta pensaron en enviarlo a África a que expiara sus pecados. Un poco de trabajo humanitario con una ONG limpiaría el expediente. La huelga de guionistas interrumpió sus delirios".

"Sin una tercera parte de su audiencia". De la audiencia que vio el primer episodio de la sexta temporada, pues esa sexta temporada, "Day 5" aparte, ha sido (globalmente) la más vista de la serie. Véase la tabla (que parece haberse ignorado para escribir algunos puntos de esta entrada). Como se entere Josu Mezo...

Posted by: Jack Bauer at Febrero 10, 2008 04:00 PM

Lamento tener que decir esto, pues éste es uno de los cinco blogs que visito sin falta todos los días. por su contenido, pero me decepciona, Sr. Ugarte. Y mucho.

Estoy muy harto de pseudocríticas políticas a 24 por parte de gente que no se ha visto más de dos episodios seguidos (probablemente ni uno entero siquiera) y que se fía de las apariencias y del boca a boca. Le argumentaría por qué 24 no es ese Mein Kampf televisivo que pretende que es, pero me temo que sería como discutir sobre si los pájaros descienden de los dinosaurios con un creacionista. Además, ya lo he hecho antes en este mismo blog y no me gusta repetirme.

Se comporta usted igual que los presidentes de asociaciones de telespectadores fachas que culpan al manga de la delincuencia juvenil, que son herederos de los que le echaban la culpa a los cómics de terror en la época de McCarthy. Así que de verdad se cree que los militares yankis torturan porque lo han visto en 24. Pues felicidades, ahora que la cancelan se acabará la tortura en el mundo, ¿no?

Si hasta establece un paralelismo entre la audiencia de 24 y la popularidad de Bush. Bueno, como usted sabrá, también resulta que la causa del calentamiento global es descenso en el número de piratas en el mundo.

Posted by: E. Martin at Febrero 10, 2008 05:26 PM

Dejé de ver 24 en la primera temporada porque todo se volvía demasiado absurdo. Pero también es absurdo pensar que para disfrutar de 24 haya que estar a favor de la tortura. Por poner otro ejemplo, el personaje de Dexter te puede parecer genial, pero en la vida real te gustaría que lo pillaran y pronto.


Por supuesto, se puede discutir si el personaje de 24 es un anti-héroe (para mi lo es) o la irrealidad de que siempre torture a los malos y siempre le funcione (bienvenidos a la ficción). También podemos hablar de la matanza de cientos (miles?) de civiles (posiblemente esclavos) que provoca la Alianza Rebelde al destruir la Estrella de la Muerte en construcción y que ninguno de los personajes siquiera se plantea.

Posted by: 1052 at Febrero 10, 2008 06:04 PM

Jack Bauer no sólo tortura a terroristas, en su ánimo por evitar muertes es capaz incluso de negociar con ellos.
Un poquito de Gal, un poquito de negociaciones en Argel. Qué tiempos los de Glez.

Posted by: Pedro at Febrero 10, 2008 07:23 PM

En cuanto haya un nuevo gran atentado contra ciudadanos estadounidenses, que lo habrá inevitablemente algún día, volverá la realidad. La gente se acomoda. Pero las amenazas continúan. Y cuando vuelvan a golpear con la violencia, el pueblo exigirá resultados contundentes. Habrá que enfrentarlas con la violencia. Aunque no sea agradable.

Posted by: Antxon Garrogerrikabeitia at Febrero 10, 2008 07:56 PM

Otra vez con 24??

Hombre, que ya metiste la pata otras veces con lo mismo.
De verdad, alguien que haya visto la segunda temporada de 24 puede pensar que era favorable a la administración Bush?? O las temporadas en que el sosías de Nixon es el presidente??

Por no hablar de la cantidad de veces que el gobierno americano concede amnistías a los terroristas en la serie en base a su colaboración. Que firman indultos cada dos por tres...

Posted by: riff at Febrero 11, 2008 12:11 AM

Otra vez con 24??

Hombre, que ya metiste la pata otras veces con lo mismo.
De verdad, alguien que haya visto la segunda temporada de 24 puede pensar que era favorable a la administración Bush?? O las temporadas en que el sosías de Nixon es el presidente??

Por no hablar de la cantidad de veces que el gobierno americano concede amnistías a los terroristas en la serie en base a su colaboración. Que firman indultos cada dos por tres...

Un saludo

Posted by: riff at Febrero 11, 2008 12:15 AM

Parece que es más jodido meterse con una serie que con los EEUU. De todas formas lo que hacen los USA por el mundo ya me parece suficiente ficción como para tragarme la ficción de la ficción.

Por cierto, secundo el post de Samuel, EEUU puede llevar torturandeo centenares de años, lo que ocurre es que ahora ya lo reconocen abiertamente. Y debaten sobre ello, "libremente". Que para eso son la "democracia del planeta".

Una rondita de waterboarding para todos, ¡salud!

Posted by: Marcus at Febrero 11, 2008 11:59 AM

Siempre me sorprende la gente que disfruta con un heroe torturador, violento y sectario, aunque se a en la ficción. A mi me suelen repugnar. Puedo aceptar un retrato aseptico de un criminal, que deja al espectado el juicio moral. Puedo identificarme con un perdedor al que le llega su momento, como Rambo. No puedo aceptar ni disfrutar una serie que glorifica a un ejecutor al servicio de una agencia asesina que no tiene control ni respeta las leyes. La serie me parecio siempre una banalidad peligrosa, ademas de mala (personajes de carton piedra, relaciones mal contadas, climax previsibles, conflictos artificialmente explotados, etc.) y no me sorprendió nada descubrir que su creador es un conocido republicano que pasea por el plató a los radicales mas fascistas de ese partido, amigo personal de los Limbaugh, etc.
De hecho, 24 es la fantasia perfecta para un republicano autoritario al que le moleste la ley, el orden y los derechos humanos.
Por otra parte no creo que la referencia a la Escuela de las Americas sea pertinente. Un tiempo de guerra fria, entrenamiento a la contrainsurgencia, etc. Demasiadas diferencias. Y por encima de eso, una cosa es aceptar asociarte con un tirano para proteger tus intereses, entrenar a sus tropas para que cometan crimenes en su pais, etc. y otra convertirte tu mismo en el torturador y el asesino. Hay una enorme diferencia.
Las criticas a Estados Unidos de Marcus etc. siempre me sorprenden: De entre todas las potencias mundiales, imperiales, grandes paises con influencia, etc. el unico que ha tenido una preocupacion etica ha sido USA. Con todos su defectos, el unico. Y generalmente su ficcion se ha dedicado a transmitirla. Es la unica que retrata las corrupciones y abusos del poder, los critica, y explicitamente defiende la democracia y los derechos individuales. Excepto 24, claro.

Posted by: other at Febrero 11, 2008 05:08 PM

"No puedo aceptar ni disfrutar una serie que glorifica a un ejecutor al servicio de una agencia asesina que no tiene control ni respeta las leyes."

¿Hablas de Jack Bauer, de James Bond o de Luke Skywalker?

Posted by: 1052 at Febrero 11, 2008 05:30 PM

En febrero del año pasado salió un artículo sobre 24 en la New Yorker.

Contaban que en noviembre de 2006, un general yanqui Patrick Finnegan, director de West Point, viajó a California para reunirse con los productores, directores y guionistas del programa. Iba junto con tres especialistas en interrogación (del ejercito y la FBI).

Esta gente quería hacerle conocer a los productores de 24 que la premisa política básica del programa (la necesidad de sacrificar la ley a cambio de la seguridad del país) estaba surtiendo un efecto tóxico. Según ellos el programa promociona un comportamiento anti-ético e ilegal y por lo tanto tenía un efecto negativo sobre el entrenamiento de soldados americanos de verdad.

Muchos estudiantes de West Point, dijo Finnegan, discuten en sus clases que la tortura es válida y para defender su argumento ponen a Bauer de ejemplo.

Agregó que el programa podía dar una mala imagen de los EEUU en el exterio.

Finnegan pidió que los productores dejarán de utilizar tanto la tortura como algo positivo, quería que hicieran que, en el programa, terminase jugándoles en contra a quienes la aplicasen.

En la reunión (a la cual faltó el principal productor de 24, Joel Surnow) los interrogadores profesionales describieron 18 sistemas de interrogación efectivos y probados que no requieren tortura. Querían que algunos de esos métodos fuesen utilizados en 24.

La respuesta final de los creados del programa fue que les encantaría usar algunos de esos métodos pero que eran demasiado lentos como para incluir en el formato temporal de 24.

Además, varios de los participantes discutían que a Jack Bauer no le gusta la tortura y que muchos interrogadores reales harían exactamente lo mismo en las situaciones en que se encuentra él.

En fin, que los del programa terminaron siendo más papistas que el papa en cuanto a la tortura.

Perdón por la extensión del comentario.

El link al artículo:
(http://www.newyorker.com/reporting/2007/02/19/070219fa_fact_mayer)

Posted by: Rodrigo at Febrero 11, 2008 11:44 PM

Creo que la comida me ha sentado mal, porque juraría que acabo de leer a alguien que atacaba a 24 por ser una serie que "glorifica a un ejecutor al servicio de una agencia asesina" y que a renglón seguido defiende la Escuela de las Américas como fruto del único pais "que ha tenido una preocupacion etica".

Y tal incoherencia es imposible, ¿verdad?

Posted by: E. Martin at Febrero 12, 2008 03:06 PM

Hombre, estaríamos buenos si alguien pensara que los fans de la serie son torturadores en potencia. Sin ir mas lejos una servidora era fan terminal de Expediente X y al mismo tiempo las conspiranoias (todas) me producen como una risa floja.

Es como lo de la influencia nociva de la ficción. Se dice que los mangas son violentos, pero ciertamente menos que muchas obras de Shakespeare, buena parte de los mitos griegos y un buen cacho del Antiguo Testamento. A mi me gustan los cuatro, y sería feliz que los niños se aficionaran a ellos.

Asi cuando menos no caerían en manos de "expertos" capaces de discutir "ad eternum" sobre el trauma que supone la muerte de una mamá cierva en una peli de Disney. Por ponernos catódicos, aplaudo con las orejas el capitulo de Mujeres desesperadas en que Linette Scavo desbarata un intento de convertir Caperucita roja en una cuento políticamente correcto, ecologista y en definitiva, soberanamente memo....

Posted by: Una que pasaba at Febrero 12, 2008 11:27 PM

Debo explicarme mal. Precisiones

a) No ataco a 24 por ser eso. Explico que eso me impide disfrutarla. La ataco por sus evidentes limitaciones como producto de ficcion. Añadamos, ya que estamos, sus pretensiones ejemplificadoras, realistas y moralistas. Lo único que se puede decir a su favor es que está brillantemente realizada, que no es demasiado.
No creo que la ficcion sea inocente. Tengo un amigo policia que dice que no sabe si las cosas que hacen ellos en la realidad las hacen porque las han visto en las series (como entrar en una casa, sostener la pistola de lado) o si las hacen en las series porque lo vieron a algun policia. Estoy seguro que la ficcion televisiva modela los juicios, valores y comportamientos de los espectadores. Y si hay algo que me descoloca es la gente que compara la "cultura" televisiva con la literatura o el teatro clásico. Casciari lo hacia hace poco (Dexter igual que Dostoiewsky, toma ya). Alguien lo intenta ahora con Shakespeare y el manga. No se como se puede pensar algo asi. Cuando leo que a unas niñas de 14 años se les ha ocurrido torturar y asesinar a alguien como lo han visto hacer en la tele me acuerdo de ellos. La banalización de la violencia y el crimen no es algo antiguo.

1052, creo que Bauer no está en la misma liga que Bond ni que Skywalker, ya me he pasado de extenso para incidir en ello, me parece evidente. Productos diferentes con intenciones y efectos diferentes.

b) No defiendo la Escuela de las Americas ni la justifico. Sostengo que la referencia no es pertinente porque se trata de dos asuntos no comparables. Marco diferencias.

Posted by: other at Febrero 13, 2008 09:15 PM

A mi, cada vez que se menciona el waterboarding me viene a la mente una serie que no es "24", sino la nueva versión de "Battlestar Galactica", en uno de cuyos episodios usan precisamente esa técnica. Y aún hay más: derribo de transportes civiles para evitar ataques suicidas, hombres bomba, humillación de prisioneros, restricción de libertades y derechos básicos en virtud de la autoridad competente, paranoia colectiva ante el enemigo interno, elecciones amañadas (esas papeletas mariposa). Lo mejor (es decir, lo peor) que tuvo la temporada pasada fueron una redada nocturna en domicilios particulares lista negra en mano y juicios sumarisimos sin derecho a defensa alguna.

El problema de esta serie es que es ciencia ficción, y nadie admite ver series de de ciencia ficción. Además de que la gente cree más plausible salvar en el último minuto al mundo de una explosión nuclear o de la expansión de un virus aplicándo dos cables al escroto de un islamista que detener una invasión cylon, cuando ambas posibilidades son igual de ficticias.

Posted by: PLBello at Febrero 15, 2008 05:22 PM

muy bien explicado gracias por este articulo


http://e-tutoriale.dublu.org/

Posted by: Cata at Febrero 25, 2008 06:19 PM