« Una ley que firmarían los talibanes | Main | Dios, pintor »

Marzo 31, 2009

La némesis progresista de Obama

krugman antiobama.jpg

Con la derecha republicana casi inerme, o como mucho centrada en un ataque populista contra los grandes centros de poder en Wall Street (así es, descaro les sobra), el papel de gran adversario intelectual del equipo económico de Obama ha recaído en Paul Krugman, según Newsweek. Zapatero ya vio cómo se las gasta el premio Nobel de Economía cuando éste pasó por España. Ciertas similitudes del impacto del estallido de la burbuja inmobiliaria en España y EEUU le sirvieron a Krugman para hacer algunas observaciones críticas sobre la economía española que hicieron pupa en Moncloa. Si esperaban que el economista iba a presentarse aquí para elogiar las virtudes del sistema financiero español, debieron de quedarse bastante decepcionado.

El artículo de la revista comenta que hasta ahora la Casa Blanca ha marcado distancias con respecto a Krugman. No parece interesada en sus ideas, similares a las de un socialdemócrata europeo, ni tiene muchas ganas de enfrentarse directamente a él (con la excepción de un arrebato de Rahm Emanuel). Su rival tiene un púlpito privilegiado (dos columnas semanales en la sección de opinión del NYT y un blog) y la credibilidad ganada por sus ataques constantes a la Administración de Bush, incluido el primer mandato, cuando muchos de los políticos del Partido Demócrata se tomaron unas vacaciones en su tarea de oposición.

La rivalidad se remonta a las primarias demócratas. Krugman da mucha importancia a la reforma de la sanidad y por entonces apoyó los planes de la candidata Hillary Clinton. En más de una ocasión definió como demasiado timoratos el programa de Obama en este punto, y probablemente no se equivocaba.

Si algo le molesta ahora a Krugman de Obama es su negativa a considerar la desigualdad como un factor singular en la economía norteamericana. En eso, es consecuente con las críticas que ha hecho en el pasado a la política económica de las Administraciones de Reagan y Bush. Ya se sabe que cuando llegan los demócratas al poder reanudan con rapidez su alianza con Wall Street.

Posted by Iñigo at Marzo 31, 2009 07:25 PM

Trackback Pings

TrackBack URL for this entry:
http://www.escolar.net/cgibin/MT/mt-tb.cgi/10736

Comments

Una de las teorías que circulan sobre la beligerancia de Krugman con respecto a Obama y el poco interés que parece prestarle el Presidente, es que están haciendo lo que Clinton, cuando estuvo en el poder, le pidió en petit comité a congresistas como Bernie Sanders (el único socialdemócrata de verdad en el legislativo yanqui) que hicieran.

Darles espacio a la izquierda.

Si Krugman no critica a Obama, Obama queda situado a la izquierda del espectro y todas las críticas vendrán de la derecha y, por ello, toda negociación se deberá hacer con vistas a mover esas políticas a la derecha. Aunque sólo sea por inercia. Si Obama no negocia, es que es un rojeras.

Si por el contrario Krugman u otros le dejan espacio, da igual lo mucho que tiren hacia la derecha los del GOP, Obama tiene espacio para moverse por el centro y la izquierda y, en caso de que alguien levante la voz, señalar a Krugman y decir "esa es la izquierda, tan extremista como vosotros, yo soy del Centro, como America etc etc".

A Clinton se le podrán criticar muchas cosas, pero es uno de los mayores animales políticos que ha dado la política americana.

Posted by: Marcos Castrillón at Marzo 31, 2009 10:51 PM

Largo, pero digno de leerse.

http://www.theatlantic.com/doc/200905/imf-advice

Posted by: Antonio at Abril 1, 2009 02:06 AM

Por cierto, Krugman a veces lo borda:

http://www.nytimes.com/2008/05/12/opinion/12krugman.html

the rise in oil prices isn’t the result of runaway speculation; it’s the result of fundamental factors, mainly the growing difficulty of finding oil and the rapid growth of emerging economies like China. The rise in oil prices these past few years had to happen to keep demand growth from exceeding supply growth.

Saying that high-priced oil isn’t a bubble doesn’t mean that oil prices will never decline. I wouldn’t be shocked if a pullback in demand, driven by delayed effects of high prices, sends the price of crude back below $100 for a while. But it does mean that speculators aren’t at the heart of the story.

Posted by: Antonio at Abril 1, 2009 04:24 AM