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Marzo 23, 2009
Lo que diga el señorito
Según pasan los días el Gobiero se va hundiendo en el descrédito por culpa de la desastrosa gestión del anuncio de la retirada de Kosovo. Sólo las inevitables repúblicas bananeras pueden presumir de currículum tan distinguido. Ya desde el principio se vio que todo era una gran chapuza. El embajador español en Washington no tenía preparada una respuesta para el momento en que llegara la llamada del Departamento de Estado. Hoy en El País vemos por qué: Zapatero y Chacón pactaron las condiciones del anuncio y Moratinos quedó completamente al margen. No digo que el ministro de Exteriores hubiera podido convertir el fracaso en éxito. Al menos, es probable que la presentación de la decisión a los aliados en términos más profesionales habría aliviado el malestar de algunos de ellos.
Ahora España ha quedado como un aliado poco fiable y disfuncional, el tipo de Estado en el que los embajadores tienen que leer los periódicos para enterarse de lo que va a hacer su Gobierno.
Además de la forma, el fondo también presenta un panorama preocupante, como dice José María Ridao. El chalaneo con la Administración de Obama, garantizando en mitad de esta crisis que se está considerando un aumento de tropas para Afganistán, nos retrotrae a la época de Aznar en cierto modo. El seguidismo de antes con Bush parece repetirse ahora con Obama: volvemos a la política exterior basada en el principio 'lo que diga el señorito':
Son numerosas las ocasiones en las que el presidente del Gobierno ha repetido que España no aumentará el número de efectivos en Afganistán. Gracias al vodevil en torno a la retirada de Kosovo, se ha sabido que se trataba de declaraciones de cara a la galería: si Obama lo solicita, no si lo solicita la Alianza, el Gobierno español se aprestará diligentemente a enviar más tropas, intentado convertir en baza bilateral un acuerdo que debe ser multilateral.
Con independencia de la opinión que se tenga de la declaración de independencia de Kosovo, todo el mundo acepta que la vida de nuestros soldados desplegados allí no corría serio peligro. Evidentemente, no se puede decir lo mismo de Afganistán.
La historia aún no ha terminado y queda tiempo para que el descrédito continúe. Veo que hoy mismo Trinidad Jiménez afirma que las críticas a Chacón están "cargadas de machismo". Qué poca vergüenza.
Viñetas de Fontdevila y Peridis.
Posted by Iñigo at Marzo 23, 2009 04:55 PM
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Comments
Creo que la clave está en la interpretación abusiva del monopolio para conducir la política exterior, que se le asignan a los presidentes. Estos suelen entender esa delicada encomienda como un “nadie se entrometa”. No valoran la profesionalidad diplomática ni estiman necesario rendir cuentas a la ciudadanía, aunque sean temas de vida o muerte.
Ahora, sin voz ni voto, nos alzamos en apoyo a las aspiraciones de una "nueva Casa Blanca" cuya prioridad geopolítica estriba en controlar el subsuelo de una gran parte de la plataforma continental asiática. La que se nos viene encima...
Posted by: elena at Marzo 23, 2009 07:06 PM