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Marzo 16, 2009
Obama planta cara con la boca pequeña
Obama ha dado un puñetazo populista sobre la mesa. Esta es la primera impresión que comienza a aparecer en los medios al saberse que ha ordenado al secretario del Tesoro de que busque la manera de que AIG no pague como pretende 165 millones de dólares en bonus a sus ejecutivos. Para completar la frase: a sus fracasados ejecutivos que llevaron a la aseguradora a la quiebra, situación de la que fue rescatada por 170.000 millones de dólares en fondos públicos.
Legalmente, no está claro que se puedan bloquear esos pagos. La compañía dice que provienen de contratos firmados antes de la implosión de AIG. Ahora Timothy F. Geithner tiene que ver cómo se las ingenia para no tener que ir a los tribunales o perder el caso si los perjudicados (no creo que se les pueda llamar damnificados) deciden dar ese paso.
Si van a violar al contribuyente, al menos que éste pueda resistirse. Obama está siendo extremadamente cauteloso en todo el asunto del rescate del sistema financiero a costa de decepcionar a la mayoría de los norteamericanos, incluidos sus votantes, hartos de que el dinero del contribuyente se esté utilizando para rescatar a estos incompetentes, o quizá delincuentes económicos. Como el presidente no dé muestras de más decisión no tendrá muchas posibilidades de ver aprobados en el Congresos futuros estímulos económicos.
La avaricia ha creado un círculo perfecto: los que han destruido las empresas exigen ahora que se les pague lo que aparece en la letra no tan pequeña de sus contratos.
Robert Reich (secretario de Trabajo en la Administración de Clinton) da la respuesta perfecta en su blog: si los fondos públicos no hubieran acudido al rescate de AIG, la compañía habría tenido que declararse en suspensión de pagos, o algo peor, y sus directivos no habrían visto ni un dólar. La realidad, dice Reich, es que los contribuyentes (o digámoslo en tono 'menos americano', el Estado) pone el dinero y no controla nada:
This sordid story of government helplessness in the face of massive taxpayer commitments illustrates better than anything to date why the government should take over any institution that's "too big to fail" and which has cost taxpayers dearly. Such institutions are no longer within the capitalist system because they are no longer accountable to the market. To whom should they be accountable? As long as taxpayers effectively own a large portion of them, they should be accountable to the government.
Quizá sea ésta la idea que tiene Obama de refundar el capitalismo. Continuar financiando a los responsables de la debacle.
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Mi artículo del domingo en Público: Últimas noticias: Obama no es socialista.
Posted by Iñigo at Marzo 16, 2009 08:12 PM
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Comments
Lo que cuentas es una vergüenza, pero es cierto que hay que andarse con ojo para no hacer el ridículo. ¿Qué pasaría si Obama intenta impedir que esos directivos golfos cobres sus bonus y finalmente pierde en los tribunales?
Dificil equilibrio, si se equivoca se le van los votos.
Posted by: Tristan at Marzo 16, 2009 10:05 PM
Tal vez las cosas no habrian sido muy diferentes, pero uno se pregunta que habria pasado si la crisis hubiera tardado unos pocos meses mas en llegar, con Obama al cargo y no teniendo que lidiar con la forma en la que la administracion de Bush abordo el problema.
Posted by: Antonio at Marzo 17, 2009 02:32 PM