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Junio 23, 2009
El régimen iraní da su veredicto
El Consejo de los Guardianes ha dado por proclamados los resultados de las elecciones iraníes: no hay pruebas de fraude, anuncia, y por tanto Ahmadineyad ha conseguido la reelección. Volverá a tomar posesión de su cargo en las primeras semanas de agosto. ¿Fin de la discusión?
La pelea interna del ex presidente Rafsanyani por anular las elecciones estaba condenada al fracaso una vez que el líder supremo, el ayatolá Jamenei, dictaminara que la victoria de Ahmadineyad era justa. La división en la cúpula dirigente del país existe. Eso no quiere decir que tenga que provocar necesariamente una fractura de las instituciones. Rafsanyani goza de mucho poder. Por ejemplo pudo resistir el desafío de los radicales cuando éstos intentaron desbancarlo de la presidencia de la Asamblea de Expertos. Sus protestas contra la acusación de corrupción esgrimida por Ahmadineyad en la campaña le han servido para que Jamenei salga públicamente en su defensa.
Sin embargo, Rafsanyani no es el 'kingmaker' del sistema, el hombre fuerte que puede manejar las instituciones del país en las que no está presente. No está en condiciones de desafiar abiertamente a Jamenei ni de ponerse al frente de una revuelta popular. Es un hombre del sistema. Hasta Ahmadineyad puede presumir de ser más revolucionario por aquello de que el actual presidente se ha aprovechado del desprecio que muchos iraníes de clases populares sienten por los clérigos. Es una de las curiosas contradicciones de Irán. Ahmadineyad venera al líder supremo y llena sus discursos de conceptos religiosos y hasta mesiánicos (por la creencia en la futura llegada del decimosegundo imán), pero ha quitado poder a los clérigos para dárselos a las fuerzas de seguridad y milicias. Y es lo bastante habilidoso como para controlar estos centros de poder sin cuestionar la autoridad del líder supremo.
¿Qué ocurrirá ahora? Hay dos artículos de lectura recomendable y de puntos de vista muy diferentes sobre el tema. En primer lugar, Gary Sick alerta de que la revolución de 1979 no fue un proceso fulgurante que se desencadenó en cuestión de semanas. Jamenei y Rafsanyani son conscientes de que la república islámica de Irán se enfrenta a una situación sin precedentes desde sus orígenes, dice Sick, y están obligados a negociar una solución de compromiso. Supongo que, una vez que la reelección de Ahmadineyad quede garantizada, Rafsanyani planteará que la oposición tiene derecho a seguir existiendo y que su destino no es elegir entre la mordaza y la prisión.
Las manifestaciones de los últimos días han estado menos concurridas. El Gobierno ha inundado la calle de policías y sólo unos pocos les han atrevido a hacer frente. La oposicion estudia otras alternativas, como declarar una huelga general, y preparar con antelación manifestaciones que puedan volver a convocar centenares de miles de personas. Aunque el ritmo frenético de la cobertura informativa hace pensar que las próximas 24 horas pueden ser decisivas, lo cierto es que la oposición necesita jugar sus bazas, que no pasan por un enfrentamiento directo con la Policía en el que no ganará. Hay otra batalla que se plantea en el horizonte.
La existencia de víctimas de la represión hace que una vez finalizado el periodo de duelo (40 días) se recupere el ímpulso por la defensa en la calle de las ideas de las personas que dieron su vida por ellas. El recuerdo de los mártires es un valor imprescindible para entender la cultura de resistencia que impregna a los chiíes tanto en cuestiones religiosas como políticas.
Por eso, el régimen tiene tanto miedo al ejemplo que supongan estos mártires. El valor de símbolo que ha adquirido la muerte de la joven Neda Soltani será incluso superior a largo plazo al que quieren darle los medios de comunicación occidentales. Dentro de un tiempo, la CNN se olvidará de Neda. Los iraníes, no. La policía ha prohibido que se celebren actos en mezquitas en recuerdo de las víctimas y ha presionado de forma vergonzosa a los familiares, como cuenta la periodista Farnaz Fassihi en el WSJ (conocida por su cobertura de la guerra de Irak). Incluso solicitando el pago de 3.000 dólares por la bala que mató al hijo de un portero de una clínica:
Upon learning of his son's death, the elder Mr. Alipour was told the family had to pay an equivalent of $3,000 as a "bullet fee"—a fee for the bullet used by security forces—before taking the body back, relatives said.Mr. Alipour told officials that his entire possessions wouldn't amount to $3,000, arguing they should waive the fee because he is a veteran of the Iran-Iraq war. According to relatives, morgue officials finally agreed, but demanded that the family do no funeral or burial in Tehran. Kaveh Alipour's body was quietly transported to the city of Rasht, where there is family.
El otro artículo es de George Friedman, ya citado en este blog. Friedman destaca en que los medios de comunicación occidentales están dando una imagen falseada de la revuelta iraní confundiendo a las clases urbanas con la realidad de todo el país. Sostiene que la rebelión ha fracasado porque no se ha extendido de forma significativa a otras zonas de Irán ni a otros sectores sociales más allá de los primeros grupos que adoptaron la candidatura de Musavi y que se alzaron contra el veredicto oficial de las urnas.
Friedman insiste en que si bien hubo irregularidades en el escrutinio el resultado definitivo es legítimo porque Ahmadineyad habría ganado también sin fraude. Algo imposible, según Juan Cole.
Posted by Iñigo at Junio 23, 2009 04:44 PM
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