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Noviembre 11, 2009
El armisticio de una guerra que nunca termina
Siempre se dice que una generación entera de poetas británicos perecieron en la Primera Guerra Mundial. Las palabras importan. Sin ellas, las guerras pueden acabar inundadas por una marea de patriotismo que sólo sirve para ocultar el inmenso desperdicio de vidas humanas. Y no hay mayor ejemplo de eso que lo que ocurrió entre 1914 y 1918, como bien nos recordaba Harry Patch.
Robert Fisk escribe hoy en el Día del Armisticio y recuerda la prosa de los testigos de esa guerra. Le sale el tipo gruñón que no soporta la degradación de las palabras en el lenguaje de Twitter o de los SMS. Es cierto que hay experiencias que requieren que las frases se extiendan hasta el infinito porque ni aun así podrán evocar con precisión los horrores que se acaban de presenciar.
No olvidemos, ni tampoco perdamos la cabeza por eso, que el precedente más importante del acortamiento de las palabras, de la creación de una jerga comprensible sólo para los iniciados, de la combinación de números y letras, es precisamente el lenguaje militar.
Volviendo a la guerra, Fisk ofrece varios párrafos de esos testimonios. Margot Asquith, esposa del primer ministro británico, visitó el frente de Ypres:
The Ypres cemetery will haunt me forever. No hospital of wounded or dying men could have given me a greater insight into the waste of War than that dripping gaunt and crowded churchyard. There were broken bits of wood stuck in the grass at the head of hundreds of huddled graves, with English names scrawled upon them in pencil. Where the names had been washed off, forage-caps were hanging, and they were all placed one against the other as closely as possible. I saw a Tommy [un soldado británico] digging, and said: "Who is that grave for?" He answered without stopping or looking at me: "For the next."
The war went on far too long, or too long for a "totalitarian" (sic) war, as it would now be called. It was too vast for its meaning, like a giant with the brain of a midge. Its epic proportions were grotesquely out of scale, seeing what it was fought to settle. It was far too indecisive. It settled nothing, as it meant nothing. Indeed, it was impossible to escape the feeling that it was not meant to settle anything – that could have any meaning, or be of any advantage, to the general run of men.
Y las palabras de Edith Cavell, una enfermera fusilada por los alemanes por haber ayudado a escapar de Bélgica a 200 soldados aliados. En el monumento en su memoria que existe en Londres aparecen unas palabras de su última carta: "Patriotism is not enough". Pero en realidad el final de la carta esconde una idea muy diferente a la que imaginaron sus verdugos y también los que erigieron ese monumento:
I have no fear nor shrinking. I have seen death so often that it is not strange or fearful to me. I thank God for this 10 weeks' quiet. Life has always been hurried and full of difficulty. This time of rest has been a great mercy. They have all been very kind to me here. But this I would say, standing in view of God and eternity, I realise that patriotism is not enough. I must have no hatred or bitterness towards anyone.----
La fotografía forma parte de un grupo de imágenes de soldados australianos en la Primera Guerra Mundial.
Posted by Iñigo at Noviembre 11, 2009 10:20 PM
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Comments
"After 'the war to end war' they seem to have been pretty successful in Paris at making a peace to end peace...".
Posted by: Miguel at Noviembre 12, 2009 04:17 AM
Qué bonito texto, el final.
Posted by: Donreposado at Noviembre 12, 2009 12:09 PM
Yo me alegré cuando eliminaron la mili en este país. Pero siempre que la gente me dice que la mili obligatoria era "militarismo", yo pensaba en la Primera Guerra Mundial y recordaba aquello que decía mi abuelo: "¿Qué sabrás lo que es la mierda si nunca te la has tenido que comer?".
Posted by: Golias at Noviembre 12, 2009 12:22 PM
Pues sí, pero bueno, da igual, total, los que deciden que hay que ir corriendo a lavar con sangre la más mínima afrenta siempre son los que se han escaqueado de la mili, así que para el caso no serviría de mucho. Ten en cuenta que todavía no hay nadie en puestos de responsabilidad de las generaciones que se libraron de la mili, y mira cómo estamos.
Posted by: Dirk Anger at Noviembre 12, 2009 12:44 PM
Eso mismo. Creo que me da más miedo la gente que lleva décadas sin tener ni el más mínimo atisbo de lo que es una guerra a la hora de dirigir un país. Con que algunos tengan una idea romántica sobre ella, o bien la vean como un juego, una aventura o simplemente como algo ganado de antemano, nos pueden meter en un problema. Y nunca, nunca, estarán ellos en primera línea.
Posted by: Golias at Noviembre 12, 2009 01:20 PM
Dios me libre de defender el servicio militar obligatorio (máxime cuando, siendo un perfecto inútil para el mismo, nunca me afectaria personalmente). Pero si las clases medias estadounidenses, esas de casa en los suburbios y SUV en el garaje, pensaran que sus hijos podrian acabar en Irak y Afganistan (o en Canadá, huyendo de la mili) seguramente esas guerras nunca habrian empezado o habrian terminado hace mucho tiempo...
Posted by: Antonio at Noviembre 12, 2009 10:27 PM