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Marzo 15, 2010
El desafío israelí a Obama
James Baker tiene algunos consejos para Obama sobre las relaciones con Israel.
I don’t fault President Obama for making settlements an issue, but I do fault him for caving in. You can’t take a position that is consistent with U.S. policy going back many years, and the minute you get push-back you soften your position. When you are dealing with foreign leaders, they can smell that kind of weakness a thousand miles away. Both Democratic and Republican administrations have long endorsed the U.S. policy that settlements are an obstacle to peace. If “land for peace” is the path to a resolution, then settlements clearly create facts on the ground that foreclose the possibility of negotiations.
Le preguntan al que fue secretario de Estado con Bush, padre, sobre la presión que ejerció sobre Israel. Amenazó al Gobierno de Shamir con retirar los avales para los créditos, por valor de 10.000 millones de dólares, que Israel necesitaba para acoger a centenares de miles de inmigrantes procedentes de la antigua Unión Soviética. Sin esa presión, responde, no se hubiera podido celebrar la conferencia de paz de Madrid.
No es que la Administración de Bush hubiera decidido convertir a Israel en su enemigo. Ni de lejos. Varias de las decisiones que tomaron beneficiaban claramente al Estado israelí. Ni aun así:
So we told the Israelis that we wouldn’t give them the extra $10 billion unless they agreed to respect the U.S. position regarding settlements. Israeli leaders told us they would just get the money from the U.S. Congress. Our reply was, “We’ll see you on Capitol Hill.” And we eventually won the vote on that bill. So I don’t regret that decision at all.
¿Tiene Obama lo que hay que tener para tomar una decisión similar? ¿Tiene capital político para hacer frente a las presiones del lobby judío o se muere de miedo ante la posibilidad de defender su política en el Congreso? De momento, lo único que ha hecho ha sido indignarse. Como una doncella maltratada. No me puedo creer que nos hayan hecho esto, venía a decir Biden cuando se enteró de que recibían su visita, que al ser de un vicepresidente era más ceremonial que otra cosa, con un nuevo proyecto de expansión de los asentamientos.
Hay un artículo interesante, según el cual el general Petraeus envió a Washington a su gente para informar al Pentágono del perjuicio estratégico que está suponiendo para EEUU en Oriente Medio la falta de progresos en el conflicto palestino-israelí. El alto mando militar tuvo la oportunidad de apreciar directamente que la pasividad norteamericana está acabando con su credibilidad en la zona. Las promesas de Obama sobre una nueva relación con los países árabes muy distinta a los años de Bush se han evaporado.
El desafío israelí a Obama requiere una respuesta que no se quede en una simple retórica indignada. El primer año del presidente norteamericano ha estado lleno de decepciones y tareas a medio concluir. En ciertos frentes, como el de la reforma sanitaria, aún está a tiempo de obtener al menos una victoria parcial.
Pero en política exterior, está a punto de apurar sus últimas oportunidades. Si acepta por ejemplo que, 17 años después del comienzo de las negociaciones entre israelíes y palestinos, la reanudación de los contactos se haga vía indirecta, sin que ni siquiera los interlocutores de cada lado compartan la misma habitación, quedará claro que su Gobierno es un juguete en manos del Gobierno más derechista de la historia reciente de Israel.
Posted by Iñigo at Marzo 15, 2010 01:47 AM
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