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Marzo 20, 2010
El poder del dinero
Una interesante entrevista de Amadeo Fernández Savater a Thomas Frank, autor de "¿Qué pasa con Kansas?".
¿Por qué han sido tan tímidas las reformas planteadas hasta ahora por Obama?Lamento decir que la respuesta es muy sencilla: se debe al poder del dinero en la política estadounidense. El sistema está pervertido de tal manera que complica enormemente la posibilidad de cualquier reforma importante. Y no me refiero sólo al poder de los lobbies financieros, aseguradores o farmacéuticos en Washington (que obviamente es muy fuerte), sino también a que el proceso electoral cuesta mucho dinero en este país. Y ese dinero sólo puede venir de un sitio: la gente rica. Y a los ricos no les gustan los políticos que sueñan con grandes “soluciones” públicas a los problemas que ha causado el sector privado. Esta es la terrible fuerza que define el consenso político en EE.UU.
¿Y los demócratas se han plegado a ese consenso?
Sí, absolutamente. Se esfuerzan en convencer a Wall Street de que son de fiar. Y aceptan en su mayor parte el programa de desregulación de Reagan y de hecho, en algunos casos -la banca, las telecomunicaciones, el libre comercio- han ido más lejos de lo que se atrevió Reagan.
Es lo mismo que ocurrió en Gran Bretaña en 1997 al llegar los laboristas al Gobierno. Después de varias experiencias laboristas en el poder, en especial la última, que acabaron con una penosa gestión financiera, los laboristas decidieron que su primera función era ser creíbles ante los mercados en la gestión de la economía. Esa fue la prioridad de Gordon Brown al frente del Tesoro.
De hecho, en los dos primeros años de mandato Blair y Brown no tocaron las líneas generales de la previsión de gasto que aparecían en el último presupuesto del Gobierno de John Major. Sólo en su segunda legislatura aumentaron el gasto con la intención de mejorar unos servicios públicos, sobre todo la sanidad, que se encontraban en estado comatoso.
Brown recibió el reconocimiento general de la City y de la prensa conservadora. Hasta se le consideraba el mejor ministro de Hacienda desde la Segunda Guerra Mundial. No sólo no llegó a ver la burbuja inmobiliaria o las grietas de la industria financiera. Se convirtió en un campeón de la desregulación de los mercados y alardeó, sólo dos años antes del inicio de la crisis, de que había puesto freno a todos los intentos de aumentar su control.
No fue hasta el estallido de la crisis financiera cuando Brown sufrió una conversión socialdemócrata. Es probable que no le sirva para mantenerse en el poder. En una curiosa paradoja, similar a la que Frank describe en EEUU, son los conservadores los que más se benefician de la furia popular contra la conducta "socialmente inútil" (en palabras del viceministro de la City) de la industria financiera.
Posted by Iñigo at Marzo 20, 2010 08:49 PM
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