« La propaganda israelí es penosa (pero eso no tiene la menor importancia) | Main | La crisis del capitalismo »

Julio 07, 2010

La retirada británica de Sangin

Los militares lo llaman un relevo con el que dejar el control de la zona en manos norteamericanas. En realidad, tiene todo el aspecto de una retirada provocada por el fracaso en pacificar el valle de Sangin, en el norte de la provincia afgana de Helmand.

El Ministerio de Defensa anunció ayer que los militares británicos abandonarán en septiembre sus puestos en Sangin, escenario de los peores combates con los talibanes desde la llegada de las tropas en 2006. Allí, Londres ha perdido a 91 de sus 311 militares muertos en la misión afgana. Una población hostil, un enemigo imposible de doblegar y un paisaje desértico resultaron ser una combinación imposible de controlar.

“Bienvenidos a Sangingrado” (por Stalingrado) decía un cartel en la entrada de la base. Fuentes militares citadas por The Guardian lo han descrito en los peores términos. “Toda la población local es protalibán. Es un infierno de trampas explosivas y resulta muy difícil tenerlo bajo control”.

Al igual que ocurrió en el sur de Irak, los británicos no han podido terminar el trabajo y ahora se centrarán en otras zonas menos peligrosas de Helmand. Londres adoptará un perfil más secundario con la esperanza de que antes de que termine esta legislatura EEUU dé por terminada la misión y pueda ordenar el inicio de la retirada.

Su importancia estratégica resultaba dudosa. Los británicos se presentaron allí a petición del Gobierno de Kabul, convencido de que la zona estaba a punto de caer en manos de los insurgentes. Desde el principio se dijo que no había soldados suficientes para completar la misión. Es lo mismo que se puede decir de todo el país. Pero al final en las ofensivas en las que sí se aumentaba el potencial militar, el resultado no era tan diferente.

Hace un año, fue la operación 'La Garra de la Pantera' en Helmand. Ya se sabe que les ponen estos nombres para que el enemigo se cague de miedo. Al principio, las declaraciones de los mandos militares están llenas de optimismo quirúrgico. Van a limpiar la zona de insurgentes, establecer una autoridad política, comenzar la reconstrucción (que siempre está comenzando y nunca concluye) y finalmente abrir los mercados. El enemigo desaparece con la idea de que no pasa nada por que la pantera tenga unas semanas de acaparar el protagonismo.

Unos meses después, cuando el éxito ya se ha olvidado porque los titulares están en otro sitio, se dice con la boca pequeña que la situación no ha cambiado mucho con respeto al periodo anterior a la ofensiva.

No es algo que se deba decir sólo de los británicos. A comienzos de año, los norteamericanos cubrieron el mismo camino con otra ofensiva en el distrito de Marjah (población: 60.000 habitantes). Al poco, descubrieron que la victoria militar inmediata no había producido ningún fruto tangible.

¿Para que han servido esas 91 bajas, se pregunta la prensa británica? Para dar la apariencia de que la guerra se puede ganar. Nunca han salido tan caros los comunicados de un Ministerio de Defensa.

Posted by Iñigo at Julio 7, 2010 06:32 PM

Trackback Pings

TrackBack URL for this entry:
http://www.escolar.net/cgibin/MT/mt-tb.cgi/11738

Comments

Puff... Otro fracaso, tras el de Basora.

Posted by: Lobo at Julio 8, 2010 01:06 AM