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Octubre 30, 2010
Alguien tiene que hacer de Scottie Pippen
Bill Simmons se marca un artículo de cerca de 4.000 palabras para responder a la pregunta de si LeBron James y Dwyane Wade pueden coexistir en el mismo equipo y convertirlo en una máquina imparable. Todo comienza con una historia sobre Disney y el momento en que a principios de los 80 la compañía se vio ante una decisión que iba a definir su futuro, a quién elegir para el puesto de consejero delegado.
La respuesta fue ofrecer una especie de copresidencia a dos directivos, Michael Eisner y Frank Wells, la típica opción de los que no saben decidirse. Era algo que en principio no iba a funcionar, pero que fue adelante gracias a que Wells aceptó en la práctica convertirse en el número dos. No exactamente ser el vicepresidente. Tendría el control de los asuntos financieros y Eisner sería el macho alfa, el líder de la manada. Ambos formaron el dúo perfecto que permitió a Disney continuar siendo un imperio del entretenimiento.
En otras palabras, Wells aceptó que Eisner fuera Michael Jordan y se quedó con el papel de Scottie Pippen.
Tras ver los dos primeros partidos, Bill Simmons no apreció que un reparto de papeles de este tipo pueda funcionar en Miami Heat. James y Wade son demasiado grandes, en ego y calidad, como para aceptar un rol secundario. Ni por el juego que practican, ni por el tiempo que cada uno necesita tener el balón en sus manos, ni por el lenguaje corporal que se pudo apreciar en la cancha en esos encuentros (derrota en Boston y victoria en Filadelfia).
Eso fue antes del tercer partido. Anoche los Heat derrotaron a Orlando Magic y lo hicieron por la vía tremenda (96-70). El equipo más odiado actualmente de la NBA demostró que eran sus rivales de Florida los que habían estado hablando de más a lo largo del verano. Orlando resistió en los dos primeros cuartos (51-45) sólo porque confirmó algo previsible. Dwight Howard arrolló a sus marcadores (19 puntos en la primera mitad) porque Miami no tiene a nadie que pueda pararlo ni siquiera con ayudas.
Pero tras el descanso Orlando encajó un parcial de 14-0 y desapareció del partido. Un punto a favor del entrenador de Miami: ha impuesto un juego basado en la defensa, lo que da a entender un cierto nivel de sacrificio por parte de sus estrellas.
En las dos victorias, quien interpretó el papel de Michael Eisner fue Wade (anoche 26 puntos, 20 tiros a canasta). Fue LeBron James el que se contentó con el rol de número dos (15 puntos, 7 asistencia, 13 tiros). Casi no penetró en la zona contraria buscando un mate o bandeja y la mayoría de sus puntos vinieron en tiros de media distancia.
Pero no tiene que ser siempre así. Aún es pronto para sacar conclusiones.
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Rajon Rondo, 24 asistencias en el partido ante los Knicks.
Posted by Iñigo at Octubre 30, 2010 09:08 PM
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