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Enero 03, 2011
Tres libros y una factura
Tres libros que he leído. Muy recomendables.
--¿Quieres saber cómo empezó todo? ¿A quién hay que agradecer el hundimiento de las catedrales de Wall Street? Andrew Ross Sorkin, periodista de The New York Times, lo cuenta en "Too Big to Fail". Aparecen todos los protagonistas de la burbuja financiera que saltó por los aires con la desaparición de Lehman Brothers, seguida de los esfuerzos desesperados de los demás jerarcas del sistema financiero por salvar la cabeza. El entonces secretario del Tesoro, Hank Paulson, el último de la Administración de Bush, se desvive por tapar cada agujero que surge. En el plano personal, hay que elogiar su esfuerzo titánico por intentar impedir una explosión irreversible. Como responsable político, es el último de una larga lista de arquitectos de la economía norteamericana que abdicaron de su responsabilidad.
Como cuenta Ross Sorkin, las semillas del desastre aparecieron a finales de los 90 y crecieron sin freno en la década posterior: la falta de regulación del sistema financiero, la presión política, multiplicada por los bancos, para aumentar el número de propietarios de casas, que condujo a eliminar los requisitos para recibir una hipoteca, una larga etapa de tipos de interés muy bajos, y el sistema de remuneraciones existente en Wall Street que incentivaba la asunción de riesgos inasumibles a corto plazo.
Todos esos factores provocaron una "tormenta perfecta", en expresión del autor. Mientras los nubarrones se cernían sobre Wall Street, Washington no cesaba de anunciar que salir a la calle con chubasquero y paraguas era incompatible con el modo de vida americano. ¿Qué se podía esperar si el gobernador del banco central, Bernanke, decía al Congreso en 2007 que "el impacto en la economía y los mercados financieros del mercado de hipotecas 'subprime' había quedado probablemente conjurado"?
Se ha convertido en dogma asumido por todos en Europa y EEUU que el cataclismo posterior se debe a la decisión de Paulson de no rescatar a Lehman Brothers. Ross Sorkin no establece una conclusión en un sentido u otro, pero del relato de los hechos se desprenden dos cosas. En primer lugar, políticamente hubiera sido imposible. El Congreso de EEUU aceptó a regañadientes el salvamento de Bear Stearns. Al dejar caer a Lehman, políticos y periodistas elogiaron a Paulson. Un Gobierno moribundo y un sistema político para el que el capitalismo es una verdad inmutable tan sólida como lo son las virtudes del Querido Líder para la prensa de Corea del Norte no podían arrojar otro resultado.
En segundo lugar, la caída de Lehman es la excusa que buscan los políticos de los dos lados del Atlántico para escaparse de la quema. Así nadie tiene que aceptar que el sistema financiero estaba podrido desde dentro por años de falta de regulación y prácticas de ingeniería financiera cuyo objetivo es multiplicar el dinero de forma ficticia.
El libro acaba de ser traducido al español con el título "Malas noticias". Desconozco cómo estará la traducción, un detalle nada menor en un libro sobre economía. No hay que ser licenciado en económicas o trabajar en un banco para entenderlo. Eso sí, algunas de las prácticas financieras explicadas son delirantes en cualquier idioma. Asi acabó todo.
Foto: Flickr de Superrad.
--Sebastian Junger, autor de "La tormenta perfecta", viajó a Afganistán para vivir la guerra junto a un grupo de soldados, destinados en el valle de Korengal, el puesto más peligroso de una guerra sin fin. Junger hace pocas observaciones políticas sobre el futuro de esa guerra, porque esos soldados no se molestan demasiado en ellas. Lo suyo es combatir, lo que significa (hay cosas que no han cambiado en la historia de los conflictos bélicos) breves intervalos de máxima tensión y disparos de adrenalina en mitad de un aburrimiento insoportable.
El resultado es "War" (y un documental, "Restrepo", premiado en Sundance). Quizá poco recomendable para los que sienten aversión por la guerra. Los soldados no son criminales insaciables ni tienen el menor interés por extender las bondades del imperio americano por el mundo. En la más lógica tradición de todos los ejércitos desde la época de las legiones romanas, en realidad desde mucho antes, su única posibilidad de salir con vida consiste en mantenerse unidos, en ser capaz de dar la vida por tu compañero a sabiendas de que él hará lo mismo por ti.
Para muchos de ellos, la guerra se convierte en una adicción. Por eliminación, porque no tienen muy claro cómo podrán volver a la vida civil.
All he’s had to do is fight. And he’s good at it, so leading a patrol up 1705 causes him less anxiety than, say, moving to Boston and finding an apartment and a job. He has little capacity for what civilians refer to as “life skills”; for him, life skills literally keep you alive. Those are far simpler and more compelling than the skills required at home. “In the Korengal, almost every problem could get settled by getting violent faster than the other guy,” O’Byrne told me. “Do that at home and it’s not going to go so well.”
--Alfonso VI, Almanzor, el Cid, Fernando I el Santo... Un reparto con mucho acero en el libro 'La nación inventada', de Arsenio e Ignacio Escolar. El título suena provocador, pero en realidad no lo es tanto. En el fondo, todas las naciones lo son en algún momento. La construcción del mito fundacional de Castilla era necesaria para colocarla en primera línea de los reinos cristianos de la Península. Donde no llega la espada, y en esa época llegaba muy lejos, llegan las leyendas para que la religión sirva de catalizador y de blanqueador del instinto guerrero de los reyes. Se inventa un pasado de Castilla --supongo que ante el pasmo de los leoneses-- y el rey ya tiene la legitimidad histórica que le obliga a buscar nuevas glorias.
Los religiosos y su empeño por publicitar las virtudes de sus monasterios eran la mejor agencia de relaciones públicas. En este caso, la piedra angular del esfuerzo de marketing fue el hallazgo del cadáver del apóstol Santiago. No había ninguna duda de que era un cadáver, pero Santiago no podía ser por el pequeño detalle de que nunca llegó a pisar España. Nada como la religión para crear identidades históricas y nuevas líneas de negocio que se prolongan hasta nuestros días.
León contaba con más historia y una primera ventaja demográfica. Castilla era una zona despoblada, escenario de represalias y ofensivas en el que ningún asentamiento tenía la garantía de poder recoger su cosecha. La evolución histórica favoreció a Castilla al convertirla en protagonista de eso que llaman la Reconquista, que no fue otra cosa que una guerra civil de varios siglos entre cristianos y musulmanes. Los segundos tuvieron su época de gloria pero entraron en una dinámica de divisiones y decadencia que les condenaba a la sumisión a los reinos cristianos. Sólo la ayuda exterior de almorávides y almohades les permitió prolongar su existencia al precio de caer bajo el control de sendos movimientos integristas.
--Y tras los libros una factura: 26 euros en una librería de Madrid por "Hezbolá le desea feliz cumpleaños", del periodista del NYT Neil MacFarquhar. Es un abuso ese precio por un libro de tapa blanda, aunque no se deshaga entre las manos y el papel sea de calidad. La traducción ya apunta a los típicos errores: comandante por 'commander', marina por 'marines'. En Londres, los libros de este tipo cuestan entre ocho y doce libras, en algún caso 14, pero no más. Como siempre, la industria cultural haciendo lo que mejor sabe: exprimir al cliente hasta que no quede una gota.
Posted by Iñigo at Enero 3, 2011 08:17 PM
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Comments
"la presión política, multiplicada por los bancos, para aumentar el número de propietarios de casas, que condujo a eliminar los requisitos para recibir una hipoteca,"
Esa es la explicación del desastre de los teabaggers y nacional-liberales patrios: la culpa la tuvo la presión política de los políticos negros o socialistas para que todos esos negros sin un dólar pero mucho atrevimiento compraran una casa, como si fueran blancos. En realidad eso no explica el boom igual o superior del mercado de las hipotecas para edificios con fines comerciales, y supone poner a Fannie Mae al principio y no al final de lo que fue un boom de origen completamente privado y extensión planetaria. Lo explica muy bien Krugman aquí:
http://www.nytimes.com/2010/12/17/opinion/17krugman.html
Pudo ser un factor, pero secundario, no a la par con otros directamente relacionados con la industria financiera y las presiones ideológicas para acabar con cualquier regulación.
Posted by: Antonio at Enero 3, 2011 08:57 PM
Me ha llamado la atención en la librería el de "Hezbolá le desea feliz cumpleaños", pero no lo he comprado por estar en esa colección y editorial. El último que leí de Turner -una biografía de Tesla- era una mierda pinchada en un palo: falta de notas contextualizadoras de datos y teorías (en un libro supuestamente científico es una chapuza decir cosas como "actualmente se cree" y referirse a lo que se pensaba veinte años antes del año de edición de libro), traducción entre delirante y cutronga (palabras que no se usan con ese sentido en el castellano de nuestro país, frases sin sentido, cagadas con false friends...) y precio desorbitado.
El de "La nación inventada" está muy bien, sí señor.
Posted by: Tyrexito at Enero 4, 2011 12:50 AM
comandante por 'commander'
¿Y dónde está el problema con esto? Es la traducción correcta.
Posted by: Ryben at Enero 4, 2011 12:02 PM
Por 'commander' se entiende el jefe de una unidad militar. Puede ser por ejemplo un pelotón, una compañía o un batallón, y por tanto el grado del militar sería distinto.
Había olvidado citar el ejemplo al que se refería el libro en ese párrafo. Se trataba de Gadafi, que como sabemos era coronel, no comandante.
Posted by: Iñigo at Enero 4, 2011 12:20 PM
Iñigo,
¿Cómo sabes que han traducido 'marines' por marina? Tengo aquí el libro original en Word y la palabra 'marines' no figura ni una sola vez en el texto.
El ejemplo de Gadafi no tiene nada que ver con el presunto error de traducción que denuncias. Gadafi se ascendió a Coronel una vez en el poder. Hasta entonces era un comandante, rango inmediatamente inferior al de teniente coronel y superior al de capitán. Lo que en inglés se conoce como 'major'. Que es justamente la palabra que usa el texto original:
"A 27-year-old army major, Muammar al-Qadhafi, leading a group of officers called the Revolutionary Command Council, had overthrown the king".
Posted by: mutaryim at Enero 9, 2011 02:30 AM
El error de commander es bastante habitual en muchas traducciones, aunque es cierto lo que dices de Gadafi. Habitualmente, en español se suele escribir mayor aunque como el grado no existe en España, en ese caso la traducción de comandante también es correcta.
Lo de los marines está en la página 35 de la traducción española cuando habla del "himno de la marina estadounidense" y cita su primer verso: "Desde el castillo de Moctezuma a las costas de Trípoli". Ese es el himno de los marines.
Posted by: Iñigo at Enero 9, 2011 01:37 PM