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Octubre 13, 2011

El pérfido plan del ayatolá maligno

Obama denuncia que la maldad del régimen iraní no conoce límites. Su conducta es "peligrosa y temeraria", lo que queda demostrado por su participación en el intento de asesinato del embajador saudí en Washington.

¿Temeraria? Desde luego. Una de las organizaciones más temidas en Oriente Medio encargó el atentado a una persona que bebía, fumaba marihuana y andaba con prostitutas, había fracasado en todos sus negocios, tenía mala memoria, perdía con frecuencia el móvil y las llaves, y era considerado por los que lo conocían como una persona que prácticamente no hacía nada bien.

El agente secreto perfecto para eliminar a un embajador en la capital de EEUU sin dejar ninguna pista a su paso. Una mezcla de Maxwell Smart, el Doctor Maligno y Johnny English.

En un plano más serio, varios expertos en Irán coinciden en que todo esto es absurdo.

“The Iranian modus operandi is only to trust sensitive plots to their own employees, or to trusted proxies such as Hezbollah, Saudi Hezbollah, Hamas, the Sadr faction in Iraq, Iran-friendly extremist Muslims in Afghanistan and other pro-Iranian Muslim groups,” wrote Kenneth Katzman of the Congressional Research Service on Gulf2000 on Wednesday.

“Are we to believe that this Texas car seller was a Qods sleeper agent for many years resident in the US? Ridiculous,” said Mr. Katzman, who authored a study of the Revolutionary Guard in the 1990s. “They (the Iranian command system) never ever use such has-beens or loosely connected people for sensitive plots such as this.”

La realidad puede ser más prosaica y ser una repetición de la historia de Curveball, el supuesto ingeniero iraquí que decía conocer, para satisfacción de la CIA, los secretos del programa iraquí de armas de destrucción masiva. Su testimonio sirvió para armar la intervención de Colin Powell en la ONU y por tanto para vender una guerra por un precio muy asequible (para sus promotores).

El relato del confidente de la DEA y supuesto miembro de los Zetas que se encuentra en el origen de esta rocambolesca historia podría cumplir perfectamente la misma función.

Posted by Iñigo at Octubre 13, 2011 08:24 PM

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Comments

Todos sabemos que el nivel de pruebas que se le exige a EEUU es mínimo, sólo tenemos que acordarnos de las supuestas armas de destrucción masiva de IRAK.

Si con eso les bastó para invadir un país podemos imaginarnos que para acusar a IRAN de un posible atentado (ni siquiera de un atentado ya perpetrado) les bastára con un post-it con una A escrita, (A de Ahmadineyad).

Posted by: Marcus at Octubre 14, 2011 12:53 PM

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