Marzo 21, 2011

El mar se traga un puerto

Otra imagen tremenda del tsunami de Japón. En menos de nueve minutos, un puerto entero desaparece bajo las olas. Porque no es una sola, sino una tras otra a lo largo de varios minutos.

Posted by Iñigo at 11:50 PM | Comments (4) | TrackBack

Titulares alarmistas e inducidos

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Estos mensajes del Twitter de la Oficina del primer ministro japonés dejan claro hasta qué punto las llamadas a la calma de las autoridades en caso de catástrofe pueden tener un efecto evidente en el nivel de alarmismo. El pasado fin de semana, se anunció un aumento de la radiactividad presente en dos provincias. ¿Riesgo para la salud? Ninguno. Pero si están preocupados, no salgan de casa si llueve, y si salen cúbranse la piel y el pelo, y si se mojan, lávense rápidamente y con cuidado.

¿Para qué seguir todos esos pasos si el riesgo es cero? ¿Placebo? Los consejos pueden tener toda la lógica del mundo, pero nadie, empezando por los periodistas, los entenderá. ¿Cómo valoraríamos un titular que dijera 'El Gobierno japonés recomienda no salir de casa en X en caso de lluvia', acompañado del subtítulo 'La radiación existente no supone ningún riesgo para la salud'?

Hay intervenciones mucho más dañinas que desmienten la idea de que la seguridad es la prioridad número uno de la industria nuclear. Según el WSJ, la empresa Tepco estudió utilizar agua de mar para refrigerar uno de los reactores dañados de Fukushima a primera hora del sábado, el día después del terremoto, pero no tomó la decisión hasta la noche, y porque lo ordenó el Gobierno. En los otros reactores, no dio ese paso hasta el día siguiente.

Tepco se resistía porque sabía que el uso del agua de mar supondría el fin de la central nuclear, que sería así irrecuperable.

Tepco "hesitated because it tried to protect its assets," said Akira Omoto, a former Tepco executive and a member of the Japan Atomic Energy Commission, an official advisory body involved in the effort to tame the plant. Both Tepco and government officials had good reason not to use saltwater, Mr. Omoto added. Early on, nuclear fuel rods were still under cooling water and undamaged, he said, adding, "it's understandable because injecting seawater into the fuel vessel renders it unusable." (...)

"This disaster is 60% man-made," said one government official. "They failed in their initial response. It's like Tepco dropped and lost a 100 yen coin while trying to pick up a 10 yen coin."

Para que luego hablen de la eficacia de los japoneses.

Posted by Iñigo at 06:50 PM | TrackBack

Marzo 17, 2011

Ahora llega el tsunami de los mercados

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Un terremoto masivo, miles de muertos, ciudades arrasadas, una catástrofe nuclear, fábricas paradas, infraestructuras dañadas, suministros interrumpidos...

Y el yen se coloca en máximos históricos frente al dólar. ¿Dónde está la lógica? En los mercados financieros, cómo no. Ni siquiera una economía del tamaño de Japón se libra de sufrir el embate de cantidades astronómicas de dinero moviéndose en una dirección. Esa tendencia está perjudicando a los intereses de Japón, que si algo necesita ahora es que las empresas, cuando solucionen sus problemas, vuelvan a exportar a toda máquina.

Pero bancos y fondos de inversiones y de capital riesgo están comprando yenes como locos para no perder dinero en inversiones anteriores o para ganarlo. Este tsunami financiero es como el real, dirán. No son malos. Es que está en su naturaleza. Las transacciones financieras no tienen corazón ni los gobiernos muchas ganas de limitar sus efectos, ni siquiera con el único instrumento inapelable del que disfrutan los estados, que no es otro que los impuestos.
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No sigo tan de cerca las informaciones de los medios españoles, excepto las portadas de la prensa, como para saber hasta qué punto se está exagerando tanto el desastre de la central nuclear como los problemas de suministro causados por el terremoto. Habrá habido ejemplos lamentables, desde luego, pero respecto a lo segundo no se puede decir que se trate de una invención.
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Una definición rápida de un periodista de ITV que probablemente es la que mejor define la situación de Tokio: "Tokyo does not feel like a city in panic, far from it, power, food and fuel shortages yes but panic no".

Posted by Iñigo at 09:48 PM | TrackBack

Refrigerar Fukushima

Las imágenes grabadas por los helicópteros que han sobrevolado Fukushima no dejan dudas sobre el alcance de los daños sufridos por la central. Hoy se han volcado 90 toneladas de agua sobre la unidad 3 para enfriar los edificios y rellenar las piscinas donde se guardan las barras de combustible gastado. El consejo nuclear norteamericano llegó a decir ayer que una de ellas se había quedado sin agua y con el combustible completamente expuesto, un hecho desmentido en Japón.

La unidad 3 es la que más preocupa porque su combustible está hecho con una mezcla que contiene plutonio, más peligroso que el uranio:

The decision to focus on the No. 3 reactor appeared to suggest that Japanese officials believe it is a greater threat, since it is the only one at the site loaded with a mixed fuel known as mox, for mixed oxide, which includes reclaimed plutonium. Western nuclear engineers have said that the release of mox into the atmosphere would produce a more dangerous radioactive plume than the dispersal of uranium fuel rods at the site.

En doce minutos, cada uno de los dos helicópteros hizo cuatro pasadas, con lo que en total han dispersado 60 toneladas de agua, aunque buena parte del cargamento ha errado el objetivo. Con más precisión y desde tierra, cinco camiones han lanzado 30 toneladas de agua sobre la unidad 3. Eso no quiere decir que su piscina haya quedado cubierta porque la realidad es que Tepco, la empresa dueña de la central, no tiene forma de saber si eso es así. La única manera de tener alguna confirmación de que estos trabajos funcionan es medir la radiación emitida al exterior. En las últimas 24 horas, esa radiación ha ido descendiendo, pero por las declaraciones hechas por las autoridades no parece que el uso de los helicópteros haya sido decisivo.

Utilizar helicópteros es una medida desesperada, pero inevitable. La única solución permanente vendrá cuando se pueda volver a conectar la central a la red eléctrica, inutilizada desde el paso del tsunami. Han avanzado bastante en eso, pero aún les falta reconstruir todo el sistema de tuberías y bombas con el que asegurar que el suministro de agua para refrigerar la destrozada central sea constante. Dicen que mañana viernes podría haber buenas noticias al respecto.
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Un artículo en el NYT que cuestiona algunas de las decisiones de la industria nuclear japonesa, en concreto en relación al almacenamiento del combustible nuclear gastado en piscinas situadas en la propia central: "Danger of Spent Fuel Outweighs Reactor Threat".

Posted by Iñigo at 05:19 PM | Comments (3) | TrackBack

Marzo 16, 2011

¿Quién es el dueño de los titulares?

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Es lo malo de poner el listón muy alto desde el principio en las crisis. Luego hay que seguir hacia arriba cuando la situación empeora y el único límite es el infinito. Algunos, como El Periódico, van más allá. ¿Cómo titularán si se produce una fuga radiactiva de dimensiones mucho mayores?

Aún peor se pone la cosa cuando los responsables políticos contribuyen a la alarma exagerada. Ya ocurrió algo parecido cuando algunos altos cargos de la OMS avanzaron hipótesis alarmistas con ocasión de la gripe A. Los periodistas olvidan que los dueños de los titulares son ellos, no los políticos, y consideran que si un comisario europeo utiliza la palabra "apocalipsis" (según la RAE, "Último libro canónico del Nuevo Testamento. Contiene las revelaciones escritas por el apóstol San Juan, referentes en su mayor parte al fin del mundo), no sólo hay que informar de ello sino que hay que darle la máxima exposición a esas palabras.

Y no es que la situación de Fukushima no sea dramática y extremadamente preocupante. Los que titulan diciendo que está "fuera de control" aciertan por completo, y de hecho casi se podría haber empleado esa expresión ayer o antes. Los responsables de la central sólo pueden reaccionar ante los acontecimientos, manejar alternativas casi desesperadas como la de los helicópteros (que de momento ha sido desechada), y ver cómo cada una de las unidades de la central se va yendo al carajo una a una.

Los periodistas japoneses yan han descubierto que la política informativa de Tepco es un desastre, lo que únicamente contribuye a aumentar la alarma.

When Tepco said early Wednesday morning that a fire had broken out at the plant’s No. 4 reactor, a reporter naturally asked how the fire had begun, given that just the day before the company had reported putting out a fire at that same reactor. The executive’s answer: “We’ll check.” “We don’t have information here,” he explained.

After about two hours, the Tepco representative had the information: Turned out the smoke was coming not from reactor No. 4, but from reactor No. 3.

Lo que está pasando en Japón confirma la impresión que han producido otros accidentes en el resto del mundo. La industria nuclear y los gobiernos tienden a reaccionar con secretismo ante los accidentes, por pequeños que sean. También hay que contemplar con escepticismo el anuncio de la revisión de la seguridad de las centrales en Europa y EEUU, cuando por ejemplo en EEUU la catastrofe de la plataforma de BP aún no ha hecho que se cambien las normas sobre ese tipo de explotación petrolífera.

Pero apocalipsis (o hecatombe) es la muerte confirmada de 4.277 personas, junto a las 8.194 que siguen desaparecidas.
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La televisión pública japonesa emite su señal en directo y traducida al inglés.


Free TV Show from Ustream

Hoy han sacado una maqueta de la central de Fukushima, con los daños incluidos.

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El temor al futuro nuclear supera fronteras políticas. China ha ordenado inspecciones de seguridad en sus instalaciones nucleares y paralizado de momento la aprobación de nuevas centrales.
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Una pregunta muy extendida: ¿por qué no ha habido saqueos en Japón?
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El Telegraph publica un documento de Wikileaks que describe una conversación entre un funcionario de la Agencia Internacional de Energía Atómica y la embajada de EEUU. El responsable de la IAEA se quejaba de que Japón no estaba revisando los planes de seguridad de las centrales nucleares en caso de terremotos. Sólo se había hecho tres veces en los últimos 35 años. Apuntaba que terremotos recientes habían superado los límites tolerados por las centrales en su diseño y que eso les empezaba a preocupar.

Posted by Iñigo at 07:01 PM | Comments (2) | TrackBack

Marzo 15, 2011

Los daños de Fukushima

23.50
Tepco ha informado que se ha producido otro fuego en Fukushima 4. Aumentan las posibilidades de que ocurra otra explosión de hidrógeno.

Japón no es una excepción. Políticos idiotas hay en todas partes. El gobernador de Tokio se ha disculpado por decir que el tsunami fue "un castigo divino" por el "egoísmo" de los japoneses.
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Imagen de satélite de los daños sufridos por la central de Fukushima.

El nivel de radiación que emite la central hacia el exterior se ha reducido en las últimas horas. Hace unos minutos, se ha informado que dos de los 50 trabajadores que permanecen allí han desaparecido. Esta mañana se ha producido otra explosión originada por el hidrógeno en el reactor 4 de la central y un incendio que se podido controlar tres horas más tarde.

Los responsables de la empresa propietaria de la central no paran de decir que la radiación que ha salido al exterior no supone en estos momentos un riesgo grave para la salud, lo que es cierto. También se deshacen en disculpas. Eso terminó ayer por irritar a algunos algunos periodistas en la conferencia de prensa. Más que disculpas, lo que se necesita es información, y no todos en Japón creen que se está facilitando con la rapidez conveniente. Ni tampoco parece, según Der Spiegel, que el mito del japonés imperturbable que no pierde los nervios se cumpla siempre:

On Tuesday, five days after the Fukushima disaster, Japanese Prime Minister Kan Naoto, 64, finally lost his patience. He stepped into his limousine and was driven to the headquarters of Tokyo Electric Power Company (Tepco) in the Japanese capital city. "What is going on here?" he screamed at the flabbergasted executives responsible for the out-of-control Fukushima power plant. "We are depending on you, don't even think about stepping down -- pull yourselves together."

Cabe una posibilidad peor. Que no hayan dado más información porque la desconocen.

Francia no tiene tantos problemas. A miles de kilómetros de distancia, el presidente del consejo nuclear francés ha elevado la gravedad del accidente al nivel 6 (en la escala 1 a 7), por encima del que tuvo el de Harrisburg. Para los japoneses, sigue estando en el nivel 4.

Por la razón que sea, si hay gente nerviosa en un país es en Alemania. Merkel ha reaccionado tan rápido (se acercan varias elecciones) que muchos alemanes se han ido a las tiendas a comprar contadores Geiger. Una reacción un tanto desequilibrada.

Hace unos días, circuló un texto bastante interesante titulado "Why I am not worried about Japan's nuclear reactors". (que fue traducido al español). El título era alentador y su autor, un profesor del MIT.

Ahora resulta que no es un experto en física nuclear. El MIT ha cogido el texto y ha eliminado algunas partes (incluido el título) y editado otras. Aquí está la versión definitiva (con una traducción al español).

Posted by Iñigo at 10:35 PM | Comments (7) | TrackBack

Abandonen ordenadamente el edificio mientras se desata el pánico

¿Qué ocurre cuando gritas '¡fusión del núcleo del reactor!' a las puertas de una central nuclear?

La gente se pone de los nervios. Los políticos, aún más.

Alemania y Suiza han anunciado una revisión completa de sus instalaciones nucleares a la luz de lo ocurrido en la central japonesa de Fukushima. Merkel, que empieza a otear un futuro electoral sombrío, ha impuesto una moratoria de tres meses con un aviso claro de que, incluso en el caso de que el examen sea positivo, no se volverá inmediatamente a la situación anterior. No importa que resulte improbable (nada es imposible) que ambos países sufran un seísmo de magnitud similar al de Japón. Pero sí es imposible que por ejemplo Suiza reciba el golpe de un tsunami, que es lo que ha originado la situación crítica de Fukushima.

En cualquier caso, los luces van a seguir encendidas por mucho que la construcción y planificación de nuevas centrales nucleares vaya a experimentar un parón. Cuando una central se queda sin suministro eléctrico y resulta imposible refrigerar su interior, es lógico que haya que revisar uno de los fundamentos básicos de la seguridad nuclear: el principio de redundancia. ¿Existen situaciones en las que puede llegar a no funcionar un doble y hasta triple sistema de seguridad? El caso de Japón demuestra que sí.

Las centrales nucleares no se construyen para que en la situación más dramática la radiación no salga al exterior, sino para que funcionen correctamente durante décadas. Eso es lo que se nos ha dicho siempre. Eso es lo que justifica que cuando alcanzan el final de su vida útil, haya argumentos en favor de una prórroga de su existencia.

La energía nuclear siempre se ha enfrentado a lo que para mucha gente es su pecado original. No se puede disociar del impacto que supuso la explosión de dos bombas nucleares en la Segunda Guerra Mundial. Son asuntos diferentes pero en su origen tienen que ver con lo mismo: la utilización de la fisión nuclear para producir energía o muerte. Ya deberíamos saber que una central nuclear no puede explotar tal y como lo hace una bomba nuclear (como bromeaba alguien hoy, ya querrían los iraníes que fuera tan fácil construir una bomba), pero ese poder del átomo continúan produciendo escalofríos. El ser humano ha probado, en general de forma involuntaria, infinitas formas de morir, y una de las que causa más pánico es la que procede de la amenaza invisible de la radiación. Más que irracional, es un sentimiento arracional. Definición chapucera: no atiende a razones.

El ser humano es especialmente torpe a la hora de valorar los riesgos. Ni siquiera echando mano del recurso más sencillo, el de los números, tiende a hacer una valoración exacta del precio que está dispuesto a pagar para conseguir un objetivo. Lo vemos todos los días con el terrorismo. No tiene sentido comparar las 3.000 víctimas del 11-S con el número de norteamericanos muertos en accidentes de tráfico ese año (42.196 en 2001).

El primer dato tiene un impacto político y social determinado que el segundo no tiene. Por eso, el terrorismo es una herramienta fantástica en manos de los políticos para provocar miedo y con él evidentes dividendos políticos en una dirección u otra. Los accidentes de tráfico no son tan fáciles de ordeñar.

Ciertos miedos atávicos funcionan igual cuando comparamos la seguridad de viajar en avión con otras formas de transporte. En el primer caso, estamos a merced de la pericia de otra persona para hacer algo, volar, para lo que no está diseñado el ser humano, mientras que cuando conducimos pensamos que podemos elegir nuestro destino al realizar una tarea tan convencional como cotidiana. Los cementerios están llenos de gente que cometió errores en el segundo caso, mientras que son muchísimos menos los que eligieron el día equivocado para volar.

El miedo a la energía nuclear hace además que la gente olvide el coste impresionante de los combustibles fósiles, que no son ni de lejos una forma indolora de producir energía, sobre todo para el medio ambiente. En varias zonas del mundo --Oriente Medio es un ejemplo obvio--, se han producido guerras y conflictos originados en buena parte por el acceso al petróleo y otros recursos energéticos. Miles de personas mueren cada año sin que la radiación tenga nada que ver.

Algunos ya se han apresurado a dictaminar que estamos ante el fin de la era nuclear. Nada les gusta más a los periodistas que creer que se pueden adelantar a los acontecimientos. Eso justifica, supongo, que haya gente que tenga la costumbre de preguntar a un periodista '¿qué crees que va a pasar con...?', cuando en realidad su especialidad, aquello en lo que son realmente buenos, es explicar por qué ha pasado lo que ha pasado. Parece sencillo, pero no debe ser tan fácil hacerlo de forma casi inmediata, no un año después, cuando los periodistas llevan más de dos siglos viviendo de esto.

Partiendo de la base de que no tenemos la total seguridad de saber cómo va a terminar el accidente de Fukushima, es seguro que esta crisis tendrá una repercusión mayor que la de Chernóbil, incluso siendo este último un caso más grave. Es muy sencillo: no se podrá echar la culpa a los problemas de diseño de la central ucraniana ni a la forma soviética de hacer las cosas en una época de decadencia.

El accidente se ha producido en Japón, paradigma de los avances tecnológicos y de la precisión en el funcionamiento disciplinado de su sociedad. En realidad, como tantas otras cosas, esto tiene algo de mito porque la industria nuclear allí ha sufrido los mismos problemas de falta de transparencia, y ocultación y falseamiento de la realidad habituales en otros países. Pero nadie puede negar que Japón es un lugar con una amplísima experiencia en energía nuclear. La gente no creerá que su propio Gobierno será más inteligente en este asunto que esos ordenados y educados japoneses.

La catástrofe se origina en un acontecimiento tan poco habitual, un terremoto de 8,9 grados en la escala Richter, que casi se podría considerar una aberración. Error de concepto. Los gobiernos siempre alardean de que la seguridad de las personas es la prioridad número uno ante la que cualquier otra consideración es secundaria. Mienten, desde luego, y lo vemos todos los días. No importa. Es el discurso que esperan escuchar los votantes. Quieren una situación de riesgo cero y los políticos les convencen de que eso es posible.

También hay gente, sobre todo la relacionada con el sector de la energía que prevé que el desenlace de Fukushima no será tan dramático para los intereses de la industria nuclear. Al final, todo el mundo quiere que los interruptores funcionen y se molesta si le dicen que tiene que pagar más por eso. Una vez más, hay que apuntar que éste y pronósticos diferentes son discutibles hasta que se sepa exactamente cómo acabará la crisis.

En estos momentos, se están construyendo 62 centrales nucleares en todo el mundo, y se prevé que haya otras 482, de las que 158 han recibido ya el visto bueno. El cálculo es muy sencillo. La energía que no salga de esas centrales tendrá que buscarse en otro sitio. La evolución del precio del petróleo indica que es imposible un aumento de la producción que pueda estar a la altura del crecimiento de la demanda en la próxima década. Pueden solucionarse problemas puntuales cuando un país (Irak en 2003 o Libia ahora) se ve incapaz de alcanzar su cuota, pero la tendencia es irreversible.

El recurso a la energía nuclear parecía el último comodín que podía servir para cumplir los objetivos de lucha contra el cambio climático. Mi impresión, quizá equivocada, es que los principales gobiernos del mundo nunca se pondrán de acuerdo en reducir las emisiones, bien por las inmensas inversiones económicas necesarias o porque los intereses de China e India son radicalmente diferentes a los de EEUU y Europa. El descenso en emisiones conseguido el último año sólo ha sido posible gracias a la peor recesión en medio siglo. No se aprecia en las sociedades occidentales el interés por asumir los sacrificios requeridos. Una medida de ahorro energético tan pequeña como reducir en 10 kilómetros por hora la velocidad máxima en autovías ha generado una ridícula polémica en España. Si ni siquiera estamos dispuestos a aceptar eso, no quiero ni pensar en lo que ocurriría con medidas estructurales de más peso. Esto no se soluciona reciclando y apagando la televisión, en vez de dejarla en 'stand-by'.

Lo que se está produciendo ahora cuando escribo esto (la tercera explosión en el complejo nuclear de Fukushima) cambia por completo las coordenadas de cualquier discusión fría y sosegada. Hay serios indicios de que la vasija del reactor de Fukushima 2 se ha podido ver dañada. No está confirmado, pero esa es la posibilidad que se está discutiendo. El personal de la central ha sido evacuado y sólo han quedado unas 50 personas como retén de emergencia. Una rueda de prensa de los responsables del operativo ha dado una pésima impresión. No hacían más que disculparse y los periodistas insistían en que no necesitaban más peticiones de perdón, sino información.

El primer ministro ha dicho que se ha enterado de la explosión por televisión (allí eran en torno a las seis de la mañana) y que no le han informado hasta una hora después. Inquietante.

Yo estoy inclinado a dar la razón a los científicos y creo que mantener nuestro nivel de vida sin destruir el planeta exige asumir riesgos muy superiores a los del pasado. Pero si los ingenieros de la muy capitalista Japón demuestran un nivel de incompetencia parecido al de los de la URSS, o sencillamente les resulta imposible impedir que Fukushima se convierta en un cementero nuclear similar a Chernóbil, no veo cómo se puede ganar ese debate.
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El vídeo es de la segunda explosión en Fukushima en la madrugada del lunes.

Posted by Iñigo at 02:12 AM | Comments (20) | TrackBack