En el perfil de Ariel Sharon que publiquéel sábado en eldiario.es, destaqué el enigma con el que se cerró la carrera política del exprimer ministro. Nadie puede decir con total seguridad qué habría pasado si un derrame no le hubiera dejado incapacitado. Pero la retirada unilateral de Gaza y las declaraciones que hizo en los últimos meses han llevado a muchas necrológicas a asegurar que estaba decidido a poner fin a décadas de guerra para iniciar el camino de la paz, por complicada y difícil que fuera.
Resulta llamativo, porque Sharon pocas veces utilizó la palabra paz, a pesar de lo que piensan sus aduladores. La que sí pronunció ese año en numerosas ocasiones fue la palabra separación. Esa era su prioridad. Y lo que dijo a sus asesores en privado es que él iba a dictar las condiciones de la separación. No estaba pensando en una negociación con la Autoridad Palestina, como tampoco había negociado nada con ocasión de la retirada de Gaza.
Como cuento en el artículo, un mes antes del ataque que lo dejó en estado de coma, explicó a Rafi Eitan que su plan era crear una «separación mosaico», que dejaría intactos a la mayor parte de los asentamientos y conectaría los pueblos y ciudades palestinos aislados con un complejo sistema de túneles y puentes. «Arik (Sharon) dijo: dividamos Judea y Samaria (el nombre judío de origen bíblico para Cisjordania) y cojamos un tercera parte para nosotros, dejando dos tercios a los árabes. Con este plan, el Valle del Jordán y el desierto de Judea (al este de Jerusalén) seguirían siendo nuestros», explicó años después Eitan.
—
–Un ejemplo del blanqueo de la imagen de Sharon: el ministro sueco de Exteriores, Carl Bildt. Lo define como gran líder de Israel, brillante jefe militar y sabio estadista que comprendió la necesidad de la paz. Casi nada. Y en el titular de la portada del NYT han utilizado la palabra paz. Eso casi le hubiera molestado a Sharon, cuya figura queda completamente definida por todas las guerras en las que ha intervenido el Estado de Israel. Su idea era destruir a sus enemigos, no alcanzar la paz con ellos.
—The Enigma of Ariel Sharon. 2006. 2006. Jonathan Freedland. The New York Review of Books:
«Sharon vio lo que los rebeldes del Likud no pudieron ver: abandonando la idea del Gran Israel, podían ganar el Gran Israel para siempre. En esto, era un auténtico mapainik, en vez de un revisionista, el heredero de Ben Gurion en vez de Vladimir Jabotinsky. No convirtió en un fetiche la Tierra de Israel definida por la Biblia, sino que intentó simplemente aumentar las fronteras del Estado tanto como pudiera. Ben Gurion había conseguido la legitimidad internacional de su expansión de las fronteras de Israel desde el plan de partición de la ONU de 1947 hasta las líneas del armisticio de 1949. Ahora Sharon completaría el trabajo, al menos por una generación o dos, al expandir las líneas de 1949 hasta las nuevas que estaba forjando en 2005. Esto se haría de forma unilateral y por completo en función de las condiciones impuestas por Israel».
—Ariel Sharon’s Corrosive Legacy. Raja Shehadeh. The New Yorker.
—Israel’s indomitable protector, Ariel Sharon emblemized military audacity, evolving politics. The Times of Israel.
No se puede especular sobre las «intenciones» de un tipo que ya ha muerto. Solo se puede hablar sobre su legado. Y este es de lo más significativo. Yo destacaría (más que todas sus carnicerías), la construcción del muro (que recordemos que fue considerado ilegal por la Corte Penal Internacional), suficientemente expresivo de sus «intenciones» con los palestinos.
Por partes, que diría Jack D. Ripper,
Carl Bildt es un trozo de mierda. Su partido es una cloaca, han hecho todo lo posible por desmontar el estado sueco, y en gran parte lo han conseguido. Además se dan unos humos y unos aires… para muestra un botón, su ley de la prostitución. Habla por sí sola.
Lo que quería hacer Ariel Sharon lo copiaron de Sudáfrica, es el mismo modelo de los bantustantes. O, si hacemos caso a ciertos autores, la idea fue y vino y no se sabe de dónde precisamente.
Este tipo además de un conspirador y un profesional de la puñalada trapera, no estoy muy seguro que no estuviese ya políticamente fuera de la circulación, y eso teniendo en cuenta lo degradada que está la política sionista. En política es lo que se llama un chulo de putas, zafio y provocador, y como su estilo ha hecho escuela -de qué manera-, hoy en día hay muchísimos avezados alumnos de tal escuela, que se lo sacarían de encima con un par de escándalos.
Creo que fue este personaje el que dijo que Hamás les iba a resolver la papeleta de la OLP (a fin de cuentas, los alimentaron ellos). Una visión de la geopolítica como la de Kissinger y otros personajes, es decir, todo lo que va a ocurrir ocurrirá en el futuro y dígame qué quiere oir que le voy a calentar las orejas, porque lo que voy a hacer es romper todo a martillazos pero ni grite que total va a dar igual.
Otro asesino-hijoputa menos.
y el derrame que lo dejo incapacitado se lo provocaron entre ellos mismos, por venganza. Si fueron capaces de asesinar a Rabin que no van a ser capaces de esto
Desde luego el carrerón de este tipo es espectacular:
– A los 10 años se unió al Movimiento Juvenil Sionista Hassadegh.
– A los 14 años fue miembro de un batallón de jóvenes paramilitares.
– Poco más tarde se unió a la banda terrorista Haganah.
– En 1953 su «escuadrón de la muerte» (Unidad 101) dinamitó una serie de casas palestinas, masacrando a 69 civiles, en Qybia (Cisjordania).
– Más tarde, sus tropas destruyeron 2000 hogares en la franja de Gaza, desarraigando a unas 12.000 personas, y deportando a cientos de jóvenes a Jordania y Líbano.
– Utilizó su posición de Ministro de Vivienda para fomentar una red de asentamientos israelíes en Gaza y Cisjordania, en 2005. Fue un total 177 asentamientos.
– En 1982 planeó la invasión del Líbano, cometiendo (según fue juzgado por un tribunal israelí) las matanzas de Sabra y Shatila (campos de refugiados palestinos).
– En el año 2000, ocupó la «explanada de las mezquitas» en Jesusalen, con una escolta de unos 1000 policías, provocación que desencadenará después la 2ª intifada de los palestinos.
– Crímenes de guerra sin fin en Jenin en el año 2002.
– Impulsó el muro anexionándose un 10% de los territorios de Cisjordania más selectos, y con recursos hídricos. Y todavía sigue el muro.
– Está detrás de los asesinatos selectivos cometidos por el Mossad dentro y fuera (en cualquier país) de Palestina.
– Se retiró unilateralmente de Gaza, para convertirla en un «campo de prisioneros» al aire libre, controlados por todos sus lados por Israel.
– Encerró a Yasser Arafat en la «musaka» (en Ramallah), y probablemente lo asesinó.
Y nadie ha juzgado a este tipo por sus crímenes. Pero todavía podemos brindar por su muerte.
Una reflexión interesante siempre es el juicio de Nürnberg.
Segunda Guerra Mundial. Resultados: medio hemisferio arrasado, literalmente. Al menos 50 millones de muertos, más otros 15 civiles asesinados de forma sistemática y planificada, tanto en Europa como en Asia (los genocidios chinos se les corrió un estúpido velo, por razones políticas, pero no tienen nadita que envidiar a los nazis). El planeta al guano.
Montamos un juicio guay y chachi para llevar delante de un tribunal a los criminales facinerosos. Resultado: de toda esa escabechina, los responsables fueron 50 hijos de la gran puta y colgamos a unos cuantos. La cantidad de gentuza que salió de rositas (cuando no le colgaron medallas) debería computarse en millones de personas, literalmente. De hecho, hubo países que fueron estrictamente hablando colaboracionistas (con pie y medio de un lado) que acabaron de vencedores, sin despeinarse, y otros que fueron cómplices necesarios y conscientes, salieron de víctimas mientras verdaderas víctimas fueron despachurradas por los vencedores (tanto USA como URSS).
Pues esto igual. De lo que pasa en Palestina la culpa la tienen los psicópatas que están en la cúspide de la pirámide. De ahí para abajo nadie tiene la culpa de nada, ni siquiera comparte responsabilidad alícuota.
Obviamente: 15 millones de civiles muertos, y genocidios SOBRE los chinos. Bueno, sobre chinos, coreanos, filipinos, malayos, vietnamitas, laosianos, indonesios, camboyanos, y lo que te rondaré morena, pero especialmente sobre los chinos, sí. Sí, claro, genocidios hechos por los japoneses.