Son imágenes grabadas desde el interior de un helicóptero sirio que arroja varias bombas de barril sobre una localidad controlada por los insurgentes. Se puede apreciar la altitud desde la que se produce el lanzamiento, lo que le permite estar fuera del alcance de la mayoría de las armas con las que cuenta el enemigo. Eso también impide calcular con exactitud el lugar del impacto.
Preguntaron a Asad en una entrevista por este tipo de ataques. Respondió que «las bombas son bombas», es decir, no muy diferentes a las que se utilizan en cualquier guerra. Pero por lo que se ve está claro que es un proyectil completamente indiscriminado, incapaz de golpear con precisión, lo que lo convierte en un arma que castiga a la población civil, de lo que hay numerosos ejemplos.
Por los planos finales, se deduce que las imágenes fueron conseguidas después de que el helicóptero fuera abatido.
«Las bombas caen como lluvia sobre Alepo». Diciembre 2013.