Las imágenes, subidas a la red por activistas de la oposición, son de ayer sábado. Las manifestaciones en Bahréin han continuado en los últimos días sin tener posibilidades obviamente de interrumpir la carrera de Fórmula 1. Al menos, han servido para que la imagen de ‘normalidad’ que se quería fabricar con el acontecimiento deportivo no tenga mucho que ver con la realidad.
El rey ha hecho público un mensaje con el que declara su compromiso con «las reformas y la reconciliación». También está a favor de un «diálogo sincero», el eufemismo con el que regímenes autoritarios expresan sus buenas intenciones siempre que quede claro que son ellos los que deciden quiénes son sinceros y quiénes no. Entre los que hay que mantener a distancia están los periodistas extranjeros. A muchos se les ha negado el visado para cubrir la carrera. El príncipe heredero tenía un mensaje para ellos.
Típico de las dictaduras. Aquí no hay nada que ver, sólo el circo. Pasen por el circuito, rodeado de policía y alambre de espino, y que no se les ocurra asomarse al exterior. La misma actitud que ha adoptado el capo de la Fórmula 1.
Why is Bahrain getting away with murder? Avaaz.
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