Europa acabó siendo el último clavo del ataúd en el que los líderes tories introdujeron a Margaret Thatcher. Europa fue una pesadilla constante para John Major y provocó tal cisma en su Gobierno que el propio primer ministro dijo que tres de los miembros de su Gabinete eran unos «bastardos». Europa es también un motivo de tormento para David Cameron por apoyar la permanencia del Reino Unido en la UE.
En The Sunday Times, un diputado no se cortó lo más mínimo, bien es cierto que de forma anónima:
«No quiero apuñalar al primer ministro por la espalda. Quiero apuñalarle de frente para poder ver la cara que pone», dijo un diputado rebelde. «Tendría que retorcer el cuchillo porque lo necesito para Osborne» (el ministro de Hacienda). En un arrebato inaudito, añadió: «Lo único que necesitamos es coger al primer ministro con un chico vivo o con una chica muerta y lo solucionamos».
Dos diputados tories han anunciado que tras el referéndum resulta imprescindible una moción de censura interna para elegir un nuevo líder en vez de Cameron. Uno de ellos ya ha hecho la propuesta formal. Se necesitan 50 firmas de parlamentarios para provocar una votación. Se da por hecho que el primer ministro lo tendría muy difícil para seguir en caso de victoria del Brexit. Gestionar la salida efectiva quedaría probablemente en manos de Boris Johnson. Pero los diputados rebeldes pretenden llevar su rebelión hasta el final incluso si pierden en las urnas.
No es seguro que vayan a tener éxito. 142 diputados tories han firmado a favor del Brexit. 172 se han unido al primer ministro para no divorciarse de la UE. 16 han preferido no comunicar en público sus preferencias.
Al igual que en el caso de Major, el mayor problema de Cameron si sobrevive al referéndum no es una posible censura, sino el lento y continuado desgaste al que le someterá un grupo numeroso de diputados euroescépticos radicales, enfurecidos por su derrota en el referéndum. Más que una muerte a puñaladas, será una agonía que él mismo podrá cortar, porque a fin de cuentas ya anunció que no se presentará a las próximas elecciones.