Un juicio en Londres, que comenzará en enero de 2014, ha deparado este diálogo revelador sobre cómo hace negocios la familia real saudí y qué puede ocurrir con aquellos que no siguen sus instrucciones. La transcripción de la conversación fue aportada por el empresario Faisal Almhairat que se enfrenta en la demanda al príncipe Abdulaziz bin Mishal bin Al Saud, hijo de Mishal bin Abdulaziz Al Saud, hermano del rey Abdulá, ministro de Defensa en los años 50 y probablemente uno de los hombres más ricos del país.
Los dos príncipes alegaron que tenían inmunidad ante un tribunal británico, pero su recurso fue rechazado.
«Príncipe Abdulaziz: X nos ha hablado de la conversación que tuviste con él. No estoy contento.
Faisal Almhairat: Siento oír eso.
Príncipe: Faisal, pensaba que eras un hombre inteligente y que conocías tu posición. No hay que explicar nada más. Sin embargo, parece que tengo que gastar más tiempo explicándotelo.
Almhairat: Sólo pregunté a X por qué debíamos hacer negocios con Hizbolá.
Príncipe: Faisal, escúchame con atención. Sólo lo contaré una vez.
Almhairat: Sí, Alteza.
Príncipe: Hacemos negocios con quien queramos, sea con Hizbolá, la mafia o incluso los judíos. Lo importante es que tú pongas en práctica las órdenes que recibas sin cuestionarlas. Ni siquiera tu rey plantea preguntas. ¿Quién coño eres tú para plantear dudas sobre mi negocio? Cuando trabajas para nosotros, es un compromiso para toda la vida. Aceptaste obedecernos y a cambio recibes nuestra protección.
Ten la seguridad de que si te quitamos nuestra protección, tú y toda tu familia estaríais muertos un segundo después. Sólo hay una lección que debes comprender. Haz lo que se te diga. De lo contrario, alguien dejará tu cabeza a mis pies.»
Es difícil subestimar el sentimiento de impunidad con el que se mueve la familia real saudí, en especial si hablamos de los niveles superiores de la élite en los que se mueve el príncipe que aparece en este diálogo. Hacer negocios con Hizbolá puede sonar algo incongruente a causa del desprecio de los saudíes hacia los chiíes, pero no lo es tanto si hay dinero de por medio y dos intereses comunes: blanquear dinero en el caso de Hizbolá y cobrar la millonaria tasa correspondiente por sus servicios en el caso del príncipe saudí.
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Otra noticia reciente que tiene que ver con Arabia Saudí: un blogger ha sido condenado a siete años de prisión y 600 latigazos supuestamente por sus comentarios ofensivos hacia el Islam.
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Vale, que terrible y tal, pero… «Alguien dejara tu cabeza a mis pies»… ¡Como mola! Todo el dialogo parece sacado de las Mil y Una Noches.
Cada día que pasa estoy más de acuerdo con el póster que tiene Nelson Muntz en su habitación.
Como los politicos españoles.
¿DiTomasso, te refieres a «Nuke the whales»? ¿Qué te han hecho las pobres ballenas y qué tienen que ver con la familia real saudí?