Michelle Obama joins #BringBackOurGirls, saying «Our prayers are w/missing Nigerian girls & their families» (@FLOTUS) pic.twitter.com/LyWo7CCIPe
— Capital Journal (@WSJPolitics) Mayo 7, 2014
Políticos, artistas y famosos en general posan con el mensaje Bring Back Our Girls (algunos con resultados que no esperaban). Es un gesto de solidaridad con las familias de las más de 200 niñas secuestradas en Nigeria y un llamamiento a los gobiernos de todo el mundo para que hagan algo al respecto. Para que no se quede todo en otra tragedia inevitable.
Siempre es demasiado tarde cuando todo se reduce a un hashtag en Twitter o a declaraciones dolidas de presidentes y ofertas de colaboración de última hora. Algo parecido a lo que sucedió con la campaña a favor de los niños secuestrados por Joseph Kony en Uganda.
He escrito sobre Boko Haram, el grupo yihadista responsable del secuestro masivo, que no es el primero que ocurre desde el año pasado. Lo que ha impresionado ahora es el número de víctimas y algunas informaciones que contaban que el Gobierno nigeriano no había demostrado el menor interés en hacer algo al respecto. Parece increíble de entrada que una organización fanática que no había disparado un tiro hasta 2009 ahora suponga una amenaza en algunas regiones de un país como Nigeria.
Hay que decir dos cosas. No es el único conflicto violento existente en Nigeria, un país de 170 millones de habitantes. En segundo lugar, cuando se dijo que Osama bin Laden podría inspirar a caudillos integristas en otros lugares del mundo después de muerto, no se trataba de un cálculo exagerado. Los mensajes grabados del dirigente de Boko Haram, digamos que con su propio estilo, recuerdan a los del líder de Al Qaeda, en algunos casos incluso en la escenografía.
Pero en lo que se refiere a la respuesta que pueden dar los países occidentales, es conveniente prescindir de cuentos de hadas o de operaciones militares propias de películas de Chuck Norris. Desde luego, ayuda militar específica al Ejército nigeriano podría servir para estrechar el cerco sobre Boko Haram y convencer al Gobierno de que debe pasar a la ofensiva y no limitarse a detener de forma indiscriminada a civiles en las zonas en las que es fuerte el grupo (o aplicar la ley de fugas a centenares de presos encarcelados sin derecho a juicio). Eso es lo que ha hecho hasta ahora, además de mantener en la miseria a los habitantes de esa región del norte.
Creo que hay algo más importante. Dejar que se pudran algunos conflictos es una receta que no funciona. Ahora mismo se están produciendo matanzas o gravísimas violaciones de los derechos humanos en la República Centroafricana, en Eritrea o en Sudán del Sur, y no son los únicos casos.
Para los gobiernos europeos, África es el lugar del que vienen los inmigrantes a los que hay que mantener alejados. Cuando de improviso llegan los titulares que esta vez sí conmueven a la opinión pública occidental suele ser demasiado tarde. Eso es algo que no van a cambiar una foto y un hashtag.