Estas dos noticias de finales de enero a cuenta de la visita de Theresa May a Turquía lo dicen todo sobre la política exterior de EEUU y Europa de las últimas décadas en Oriente Medio. Periódicamente, se dan lecciones sobre derechos humanos a algunos países, obviando siempre la responsabilidad propia, para después hacer negocios con ellos. A la pregunta de por qué la condena de las violaciones de derechos humanos no es más severa, se dice que de esa manera no se podría influir en esos gobiernos.
La realidad: ¿cómo vamos a venderles armas entonces?
Entre los periodos 2007-2011 y 2012-2016, las importaciones de armamento por los estados de Oriente Medio han crecido un 86% y suponen un 29% de las importaciones globales en 2012-2016.
Arabia Saudí fue el segundo mayor importador de armamento del mundo en 2012-2016, con un incremento del 212% comparado con 2007-2011. Las importaciones de armamento de Qatar crecieron un 245%. Aunque a niveles inferiores, la mayoría de los demás estados de la región también ha aumentado sus compras. «En los últimos cinco años, la mayoría de estados de Oriente Medio se ha dirigido a EEUU y Europa en un proceso acelerado de compra de activos militares», dice Pieter Wezeman, investigador principal del Programa de Compras Militares de SIPRI. «A pesar de los bajos precios del petróleo, los países de la región continuaron comprando más armas en 2016 al considerarlas instrumentos básicos para afrontar los conflictos y tensiones regionales».