Un sondeo realizado poco después de las elecciones es por definición irrelevante. Como mucho, sólo tiene interés para periodistas y profesionales de la política. En la situación económica actual y tras las primeras e impactantes medidas del Gobierno de Rajoy, adquiere un valor especial, aunque no dé lugar a grandes sorpresas. Los votantes no cambian de opinión en cuestión de semanas.
La encuesta que publica hoy El País lo confirma. Ni siquiera las medidas más impopulares (las subidas de impuestos siempre lo son) impactan en la credibilidad del Gobierno en su conjunto. Si bien un 61% se opone a la subida del IRPF y del IBI, los encuestados creen que el Gobierno sabe lo que hace (58%), su primera impresión es positiva (51%), y las medidas se toman en el momento adecuado (61%) y van en la dirección correcta (44%, frente a un 38% que opina lo contrario).
El PP obtuvo una victoria arrolladora y una amplia mayoría absoluta, pero no hay que olvidar que su porcentaje de voto en las urnas fue del 44%.
La cobertura del estreno del Gobierno ha hecho lógicamente hincapié en el aumento de impuestos, negado una y otra vez por los dirigentes del PP en la campaña. Los votantes pueden estar en contra de esa medida. No tanto como para sentirse estafados. En un 86%, sostienen que ya se la esperaban.
En cierto modo, la situación económica crítica juega en favor de Rajoy y su Gobierno. Y limita las posibilidades de hacer oposición del PSOE. Hay ciertos argumentos que no tienen mucho recorrido al iniciarse la legislatura. La subida fiscal podrá ser munición de grueso calibre en favor del PSOE dentro de uno o dos años si la situación económica empeora, en especial si el Gobierno termina por subir el IVA. No ahora. Lo único que no aceptarían los votantes es que el Gobierno no hiciera nada.
No por nada dicen que las decisiones más impopulares hay que tomarlas al comienzo de una legislatura.
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